El panorama de asesinatos, secuestros, agresiones y amedrentamientos constantes hacia periodistas en América Latina, es una clara señal de que "la búsqueda de la verdad, el acceso irrestricto a la información y la libertad fundamental de expresarse libremente, no están garantizados", de acuerdo con la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.
"Los reporteros son la voz de los sin voz", apunta Bachelet en un video difundido por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), de ahí la importancia de garantizar un tranquilo desenvolvimiento de la profesión periodística, principalmente en países como Brasil, Nicaragua, Perú y Venezuela, en donde se ha reportado la privación de la libertad de algunos periodistas desde el inicio del presente año.
El desprecio de algunos gobiernos por el poder de la prensa en general, y de los periodistas considerados molestos, en particular, ha llevado a parte de la población a desconfiar, y en muchos casos a denostar la información publicada por los medios de comunicación tradicionales.
"En vez de contar con información basada en estrictos estándares de profesionalidad y rigurosidad, muchos hoy abrazan sin filtros informaciones falsas pero compartidas en las redes sociales y emitidas por intereses egoístas que nada tiene que ver con el vital objetivo de transmitir información veraz", expresa la Alta Comisionada de la ONU.
En este sentido, Michelle Bachelet destaca que la pérdida de credibilidad en los medios de comunicación representa una seria amenaza para las sociedades de América Latina.
De igual forma, dijo que según datos de la Unesco en 2018 Latinoamérica registró el asesinato de 32 periodistas. De los cuales 22 fueron en relación directa por su trabajo periodístico, cuatro fueron asesinados mientras trabajaban; 13 investigaban por lo menos un caso de corrupción o crimen organizado; y 10, aunque no se ha encontrado una causa directa de su muerte con su profesión, habían recibido amenazas.
Un ataque a un periodista es un acto de silenciamiento, es un atentado contra la libertad de expresión y contra la libertad de prensa. Cuando se agrede a un reportero se agrede a toda la sociedad, por lo tanto esa agresión es una afrenta a la democracia. Sin información verás no hay sociedades libres y justas; sin acceso a la verdad, la manipulación se impone; sin contrapeso al poder, sea este político, económico, criminal, la dictadura del más fuerte reina".
Fuente: La Silla Rota