viernes, 15 de diciembre de 2017

El gran capital está distorsionando la libertad mediante la compra de silencios

¿Por qué lanzamos openMedia? Olvídense de las noticias falsas. El gran capital está distorsionando la libertad de prensa de manera mucho más inquietante: a través de los anuncios publicitarios y mediante la compra de silencios. Esto es lo que nosotros vamos a hacer al respecto
Hombre leyendo un periódico, 21 de mayo de 2012. Imagen de Flickr / Frank Knaack
Por: Mary Fitzgerald is Editor-in-Chief of openDemocracy @maryftzTodos creemos saber lo que son las fake news, las "noticias falsas". Pero es muy probable que tu percepción al respecto varíe según si apoyas o detestas a Donald Trump, si votaste a favor o en contra del Brexit, o de quiénes son tus amigos en Facebook. En menos de 18 meses, el término ha sido tan usado y abusado que de le ha despojado de todo significado:

(Uau! Cuántas historias de Fake News tenemos hoy. No importa lo que yo diga o lo que haga, no escribirán ni dirán la verdad. ¡Fake News! ¡Los medios están fuera de control!)

Cuando sin noticias es noticia, patrocinado por HSBC
Pero ya en 2015, antes de que las 'noticias falsas' fueran cosa conocida, una historia muy real irrumpió en el sitio web de open Democracy. La dimisión explosiva Peter Oborne del Daily Telegraph, alegando que el periódico había suprimido las investigaciones sobre el banco HSBC, que era un gran anunciante del Telegraph, se convirtió en noticia a nivel mundial.

El señor Oborne , uno de los comentaristas políticos conservadores más conocidos del Reino Unido, también reveló que este tipo de "protección" editorial se extendía a varios de los principales clientes publicitarios del Daily Telegraph, incluidas empresas como Tesco, el gigante de los supermercados en el Reino Unido. Jay Rosen en NYU lo llamó:

“Una de las cosas más importantes que un periodista haya escrito sobre el periodismo últimamente, y las revelaciones provocaron que varios periodistas que trabajaban en otros medios acudieran a openDemocracy con historias similares sobre interferencia editorial, o de 'relieve', de los que hablaremos más abajo.

¿Qué pasó después? Sabemos que la historia tuvo un fuerte impacto interno en el Daily Telegraph, incluso tras emitir sus desmentidos. Fuentes internas han confirmado que a raíz del escándalo algunos ejecutivos del Daily Telegraph han estado menos dispuestos a publicar historias desfavorables para los anunciantes, y el periódico se comprometió públicamente a establecer nuevas pautas para que los empleados refuercen la independencia de la publicidad editorial.

Tras las acusaciones de que había eliminado dos artículos desfavorables para los anunciantes, Buzzfeed fue criticado y se vio obligado a aclarar su política. Y salieron a la luz más denuncias de otros periodistas, lo que incitó a muchos más a investigar la implicación del Daily Telegraph con una serie de importantes anunciantes. Mientras tanto, The Guardian reveló que, al parecer, HSBC había intentado aplicar una presión similar sobre ellos para detener una investigación que resultaba profundamente dañina para el banco.

También sabemos que, efectivamente, el 'impacto' no pasó de aquí. Y que las, con bastante celeridad volvieron su curso habitual: business as usual.

Nuestros pequeños secretos sucios
El problema de que hay intereses creados que influyen en las informaciones, en la decisión de sobre qué se informa y de cómo se hace, es antiguo. Ha sido el pequeño y sucio secreto del periodismo durante largo tiempo. Pero con el colapso de los modelos tradicionales de ingresos de los medios, ha aumentado dramáticamente en los últimos años la presión para inclinarse ante los anunciantes y ante los propietarios corporativos.

Esta dinámica de poder tóxico puede obstaculizar las investigaciones sobre bancos, grandes farmacéuticas, agronegocios, gigantes de combustibles fósiles, compañías de energía y muchos más.

1. Véase el informe de Crina Boros sobre cómo se compraron grandes partes de los medios rumanos sobre la controvertida mina Rosia Montana.

2. Vea nuestro proyecto Climate Unspun, que analiza cómo las empresas de combustibles fósiles gastaron mucho en espín y relaciones públicas durante la cumbre climática de París.

3. Vea la respuesta hilarante de Lucy Kellaway a un ejecutivo de relaciones públicas que quiso interferir en el Financial Times.

Dicho esto, relativamente pocos periodistas están dispuestos a hablar públicamente sobre lo que sucede entre bambalinas. Para muchos, las consecuencias profesionales son demasiado desalentadoras.

Y luego está el lado más suave de todo esto: el crecimiento del contenido patrocinado o 'publicidad nativa', que puede ser difícil de distinguir de otros contenidos informativos. Estas técnicas de comercialización son favorecidas por una gama de industrias, que incluyen las de productos farmacéuticos, energía, salud y belleza y alimentación. Por ejemplo, esta serie de publirreportajes descarados y completamente anónimos para Nestlé trata de alentar a las madres a usar sus productos después de haber tenido a sus bebés por cesárea. Incluso cuando uno piense que algo pudo haberse publicado simplemente para promocionar un producto o un servicio, a menudo resulta difícil de verificar.

De la misma manera, es raro que los periodistas declaren quién pagó sus viajes de prensa. Muchos reporteros también desempeñan ahora el doble papel de producir contenido patrocinado y contenido regular de noticias para los medios de comunicación, lo que desdibuja aún más las líneas entre publicidad / promoción y periodismo.

En todo el mundo, un grupo de vigilantes y ONG están haciendo un excelente trabajo, destacando las amenazas a la seguridad de los periodistas y desafiando las leyes que limitan la libertad de prensa. Sin embargo, no existe el mismo enfoque concertado y constante sobre el alcance y efectos de la influencia comercial sobre los medios de comunicación, a pesar de sus graves consecuencias para la libertad de prensa. 

Presentamos open Media
Es por todo esto por lo que hemos lanzado openMedia: un proyecto para investigar y exponer la interferencia comercial en decisiones editoriales en 47 países de Europa, y con la ambición de expandirse más allá de este continente a su debido tiempo. Soñamos con este proyecto antes de que apareciesen Trump, Brexit y la manía de las noticias falsas de los últimos 18 meses. Pero los acontecimientos no han hecho más que demostrar la acuciante necesidad de tratar este asunto.

El equipo del proyecto openMedia, compuesto por mí mismo, James Cusick y Crina Boros, además de nuestros socios del proyecto como el Index on Censorship, el King's College London, y la Federación Europea de Periodistas, estamos todo comprometidos a investigar los prejuicios comerciales y la censura en los medios. Expondremos los abusos de poder de los que no se informa lo suficiente, y sacaremos a la luz casos en los que las líneas entre el contenido patrocinado o pagado se han difuminado con la recopilación transparente de noticias y el periodismo libre.

Para ser claros, no se trata solo de exponer aquí el mal periodismo o aquellos medios de comunicación 'comprometidos' por sus intereses financieros, o incluso sus instintos de supervivencia. Si uno le pregunta a muchos periodistas de qué historias están más orgullosos, siempre encontrarán que hay por lo menos una de la que resultó un cambio positivo. Queremos inspirar a los muchos periodistas que saben qué historias son de interés público y les damos la posibilidad de informar con libertad y precisión. Y queremos fomentar el tipo de denuncias que conducirían a una prensa más libre y con mejores recursos.

Pero tampoco nos detendremos ahí. Nuestros socios en el King's College London también desarrollarán herramientas digitales destinadas a ayudar a los lectores a tomar decisiones mejor informadas sobre sus fuentes de noticias, y empoderar a los periodistas para que aboguen por la transparencia en sus organizaciones de noticias. Y usaremos nuestros hallazgos para hacer campaña a favor de una mayor transparencia en la industria de los medios y a favor de la libertad de prensa.

Pero para hacer todo eso, necesitamos la ayuda del mayor número posible de periodistas en activo. openMedia está llevando a cabo una encuesta confidencial y anónima a periodistas en toda Europa, preguntando sobre las prácticas laborales y sus propias experiencias de presión financiera en el interior de las salas de redacción.

Hasta el momento, las respuestas indican que las empresas farmacéuticas, las empresas de construcción, las empresas de tecnología de la información y los gigantes de la energía ejercen una gran influencia sobre qué noticias se publican y cuáles no. Algunos encuestados han hablado de la autocensura o, incluso, de que se les pide que no investiguen a un socio publicitario importante. En muchos países, los periodistas han indicado que los intereses políticos y comerciales, a menudo entrelazados, tienen un impacto en lo que no se publica.

Hacemos público nuestro proyecto y hoy pedimos a tantos periodistas como sea posible que completen nuestra encuesta y nos digan lo que saben, anónimamente si lo desean. Sin aportar evidencia de lo que está sucediendo y dónde, no podemos ignorar lo que está sucediendo en la industria y abogar por una mejor libertad de prensa y una mayor independencia financiera para los medios.

Y lo que es más importante, ante cualquier cosa tenga que decirnos, nosotros protegeremos escrupulosamente su identidad y su información. Los periodistas de toda Europa ya nos están contando cosas porque confían en nosotros, y saben que no haremos nada para poner en peligro sus puestos de trabajo o su seguridad. Por ejemplo, nuestros socios de King's College London pueden usar su software de monitoreo de medios para comprobar los hechos y comprobar confidencialmente la veracidad de la información que nos proporcione, sin que sus empleadores ni nadie más sepa que usted ha compartido esta información.
Fuente: opendemocracy.net

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