Por: Eduardo Anguita
El vínculo entre Héctor Magnetto y Mauricio Macri no es sencillo. Hay quienes creen que el Grupo Clarín la va a tener fácil porque aspira a la derogación de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y que el nuevo presidente será quien le haga ese favor. Pese a la vigencia de la ley de medios, una medida cautelar prorrogada por el juez Horacio Alfonso y ratificada por la Corte Suprema, tiene congelada la llamada “adecuación de oficio” del multimedios. Es decir, pese a ser votada en el Congreso hace más de seis años y ratificada en sus artículos vitales sobre concentración por las máximas autoridades judiciales, Clarín mantiene su conglomerado de medios gracias a las sólidas ganancias de Cablevisión. Si el grupo tuviera que dividirse en seis empresas sin poder contar con el auxilio de su empresa de cable, las cuentas del resto de sus compañías se complicarían. El escenario es otro desde que no está Cristina en el Gobierno y ahora recibirán parte de la pauta oficial para mejorar sus ingresos. Más allá de la ecuación actual de sus negocios, Clarín aspira a contar con telefonía y no solo evitar la concentración. Siempre estuvieron detrás de Telecom. Hoy una empresa de telefonía es la base para los nuevos procesos de comunicación audiovisual.
Pero la historia de Telecom es un laberinto borgeano: el fondo Fintech, del mexicano David Martínez, con oficinas en Dalaware, un estado norteamericano con normas de refugio fiscal, es el dueño del 40% de las acciones de Cablevisión. Pero el vínculo de Martínez con Magnetto es un misterio. A su vez, el mexicano tuvo relaciones cercanas con varios funcionarios del gobierno de Cristina. Podría pensarse que estos obraban con la máxima de que el enemigo de mi enemigo es mi amigo y lo ayudaron a comprar Telecom. En octubre de 2013, Telecom Italia le otorgó a Martínez su filial en la Argentina. Debe entenderse que Telecom Italia tiene como controlante a Telefónica de España, a su vez titular de Telefe. Al menos, se puede corroborar que las dos grandes operadoras de telefonía tienen vasos comunicantes que contravienen la mismísima decisión original de los pliegos de privatización ¡de 1989!
El hecho es que Martínez desembolsó un dinero para quedarse con Telecom sin que la ley le permitiera ser, al mismo tiempo, operador telefónico y fuerte accionista de medios. Sin duda, estaba confiado en que las autoridades le darían una mano. Durante dos años sucedió lo del perro del hortelano: el mexicano –que tenía una pelea histórica con Paul Singer, principal litigante en el juzgado de Thomas Griesa- no vendió sus acciones en Cablevisión ni tampoco obtuvo la autorización para operar Telecom. Poco antes de terminar el gobierno, los funcionarios del área de telecomunicaciones de Cristina (en rigor, la AFTIC, creada por una ley posterior al affaire Telecom) le negó a Martínez operar telefonía. No se sabe qué une o separa a los funcionarios de Cristina de Martínez, ni a este de Magnetto, pero todo indica que se usa mucho tiempo en promover leyes pero siempre quedan los agujeros negros del poder discrecional. Quizás sea útil recordar otros episodios de discrecionalidad como que Cablevisión llegó a ser lo que es gracias a su fusión con Multicanal, aquella que el gobierno de Néstor Kirchner autorizó en diciembre de 2007 –pese a los severos cuestionamientos de la entonces fiscal Alejandra Gils Carbó-, que el de Cristina intentó cuestionar mediante una resolución del entonces ministro Amado Boudou y que la Justicia terminó por confirmar en septiembre de este año. Nada de esto pretende restarle validez legal a la pulseada que Martín Sabbatella y Norberto Berner, titulares de la AFSCA y la AFTIC, tienen con el gobierno de Macri. Ellos reclaman seguir en sus cargos porque las leyes de Servicios de Comunicación Audiovisual (2009) y de Argentina Digital (2014) los amparan.
Magnetto quiere Telecom. No se sabe si con Martínez o contra Martínez, pero se trata de una jugada clave para consolidar su poderío y entrar realmente al siglo XXI. Y Macri, con su visión hemisférica, tiene en carpeta promover la llegada de operadores de Estados Unidos que podrían dañar el esquema empresarial de Clarín. Si se toman los desafíos mayores, la Argentina necesita más inversión en las comunicaciones móviles, porque allí y en las redes de fibra óptica está el futuro cercano del negocio de la convergencia entre las funciones que cumplen las computadoras, los teléfonos, la radio y la televisión. Hoy los dispositivos telefónicos están capacitados para realizar todas esas funciones y muchas más, incluyendo redes sociales, comercio electrónico, cursos a distancia o entretenimiento con los nuevos prestadores de películas como Netflix, monitoreo de seguridad, GPS y tantas otras que las nuevas generaciones toman con completa naturalidad y los más veteranos se esfuerzan por aprender.
De la nota: Precios y salarios en un mundo distinto, en Infonews