Por: Paula Escalada Medrano
Viven rodeados de lujo y peligro, sus crímenes llenan las páginas de los periódicos de sangre, pero ahora protagonizan también exitosas telenovelas en México y otros países de Latinoamérica, cuyo riesgo es hacer apología del narcotráfico y de la violencia.
El cineasta Carlos Bolado es consciente de que evitar esto es uno de los retos que tiene a la hora de darle vida a una de las leyendas del narcotráfico, Camelia la Texana, tan inexistente como parte de la cultura popular de México.Una mujer fuerte, con carácter, apasionada y vengativa, protagonista del narcocorrido "Contrabando y traición" que Los Tigres del Norte popularizaron y que habla de cuando el tráfico de drogas comenzaba a florecer.
Estos días se encuentra rodando la serie, recreando aquellos años setenta cuando los narcotraficantes todavía no protagonizaban las portadas de periódicos con sus sanguinarios crímenes y extorsiones.
El objetivo es que se entienda "un poco la historia, de dónde venimos, para no repetir lo mismo", añadió el cineasta, quien aseguró que en México hasta hace unos años existía la costumbre de "negar el pasado" y eso supone "no saber hacia dónde va el futuro".
Bolado se está inspirando en otra exitosa narconovela, "La reina del sur", una serie basada en el libro homónimo de Arturo Pérez Reverte, quien a su vez se inspiró en el narcocorrido de Los Tigres.
Ambas tienen un argumento de similares rasgos: la mujer buena y noble que se enamora del delincuente y que las distintas traiciones que sufre la hacen volverse dura y convertirse en más poderosas que los hombres a los que aman.
Y es que, tal y como recuerda a Efe la socióloga Carola García, aunque estén envueltas en un ambiente rudo, el amor y el romanticismo también está presente y es uno de los protagonistas de estas historias.
"El punto central es el argumento del amor. Este no deja de estar presente en las telenovelas de narcotráfico", dijo la experta, quien recordó que estos culebrones comenzaron a surgir en países como Colombia y su popularidad se ha extendido por casi toda América Latina.
García cree que contar la vida de estos personajes que viven en "en espacios de dinero y lujo" sí puede suponer hacer apología de la violencia, aunque "depende mucho del espectador, depende de los ojos con que lo mire".
"Se crea una suerte de fascinación por quien lo ve. En un espacio de crisis, de falta de empleos, en donde no hay qué cultivar porque la gente se va a vivir a otros lados, muchos jóvenes les atrae este modelo, aunque no quiere decir que se harán sicarios por ver la telenovela, sino por todo ese entorno que los rodea", explicó.
En opinión de la socióloga, es complicado evitar la apología porque sería irreal presentar a un narco pobre, pero sí habría que "ser mucho más contundentes en no ensalzar la figura del villano, sino aumentar la figura del que los combate", "mostrarlos también con los elementos negativos" y cuidar mucho los finales.En este sentido, se manifestó el vicepresidente de Comunicaciones y Estrategia de Talento de Telemundo Media, Alfredo Richard, empresa que está produciendo "Camelia la Texana" y que ha hizo "La reina del sur" y "El señor de los cielos".
"Este tipo de series deja en claro que al final del día el crimen no paga y el bien triunfa sobre el mal", dijo a EFE Richard, quien explicó que "en este tipo de historias conocemos a personajes que a pesar de tener tanto dinero y poder, ni siquiera pueden salir a la calle y viven en la clandestinidad. No tienen paz, no viven, solo sobreviven".
Con estas temáticas, lo que busca Telemundo es hablar de "hechos de la vida real" que "reflejan el día a día de la comunidad hispana y latinoamericana, problemática que muchas veces no vemos en la típica telenovela rosa", aseguró.
Así, añadió, novelas como "Camelia la Texana" tienen la misión de crear conciencia y fomentar "un diálogo abierto acerca de los problemas sociales que afectan a nuestra comunidad" y en ningún momento "glorificar el problema de alguna manera".
Narconovelas: Negocio que vende
El fenómeno de las narconovelas sigue vigente, y al parecer no tiene esperanzas de desaparecer, por lo menos mientras el público continúe gozando de estas historias reales o de ficción
Por: Domingo Banda
Las telenovelas crean un mundo ficticio que muchos creen que es realidad. Sin importar qué tan verídica sea la historia que se está contando, siempre habrá algo de fantasía frente a las cámaras.
Eso pasa con las telenovelas que hablan del narcotráfico y traen a las pantallas ese mundo que hasta hace unos años ni siquiera se tocaba, o del que se hablaba con tanto tacto que no lograba ser identificado por los televidentes. Claro que había villanos que se dedicaban a movimientos ilícitos, pero pocas veces se escuchaban las palabras narcotráfico, drogas, cargamento y todo ese vocabulario propio de ese ámbito.
Si mal no recuerdo, aquí en Estados Unidos todo comenzó con el culebrón Sin senos no hay paraíso de la cadena Telemundo. Ahí pudimos ver los movimientos de las chicas prepago, como llaman en Colombia a quienes dan placer por dinero.
Se habló de todo y hasta les pudimos ver la cara a los narcotraficantes de la pantalla, todos ficticios, pero al fin se observó cómo era ese mundo.
La euforia que causó esa telenovela fue tanta que en poco tiempo se convirtió en una de las más vistas de la época.
“Puedo poner el caso de la telenovela colombiana, que en los últimos tiempos empezó a registrar el fenómeno del narcotráfico que se vivió como problema y drama social, lo registraron y lo exportaron. Es un drama universal, pero en Colombia tuvo gran impacto”. Luis Zelkowicz.
Muy nuestro
“Si hay algún género inherente al público latinoamericano y muy propio, esa es la telenovela”, dijo Luis Zelkowicz, experimentado guionista venezolano en una entrevista.
De acuerdo al escritor, las telenovelas se han ido “actualizando a medida que los tiempos van cambiando en los pueblos donde tiene origen el libreto”, y un claro ejemplo de ello es el movimiento que creó las narconovelas.
“Puedo poner el caso de la telenovela colombiana, que en los últimos tiempos empezó a registrar el fenómeno del narcotráfico que se vivió como problema y drama social, lo registraron y lo exportaron. Es un drama universal, pero en Colombia tuvo gran impacto”, puntualizó Zelkowicz.
Totalmente basado en su experiencia, da la razón a los televidentes que se apegan a las historias y no se pierden los capítulos de estas intensas producciones.
“Cualquier tema que sea interesante es válido para ser tocado en una telenovela. En ese sentido éstas son muy dinámicas y nobles y permiten armar cualquier tipo de situación. Siempre y cuando la gente se sienta reflejada, funcionará”.
Y a tal punto llega la identificación del público con las historias que se presentan en la pantalla que incluso se crea la utopía de pensar que este tipo de vida es fácil; pero desgraciadamente la realidad es bien diferente.
Camelia La Texana y los orígenes del narco mexicano
La joven Camelia se topa por primera vez con la mirada de Emilio Varela, un hombre de cabello largo y sombrero, que quiere que le tome una orden bastante rara. El supervisor del restaurante en el que trabaja la reprende por no atenderlo, y Camelia accede: 30 hamburguesas. El hombre dice que son para "unas personitas que las necesitan más que nosotros".
Aunque la trama se desarrolla a mediados de los 1970, el cineasta Carlos Bolado, director del proyecto, asegura que se inserta a la perfección con el México actual, pues analiza la transición del narco que pasó de ser una "artesanía" a toda una industria.
"La historia contemporánea (de México) va muy ligada al narco. Ha sido algo que ha permeado y tiene que ver con los tipos de gobierno que hemos tenido. El narco penetró esos gobiernos a fuerza de golpes de dinero", dijo Bolado en una entrevista reciente durante las grabaciones de uno de sus capítulos. "Es una serie que habla de eso, de cómo empezó una cierta descomposición y cómo cambiaron los códigos de ética y honor (de los grupos armados)", agregó.
"Camelia La Texana" sería presentada oficialmente en la reunión anual de la Asociación Nacional de Ejecutivos de Programas de Televisión que arrancó el lunes en Miami.
La producción, cuya primera temporada tendría unos 80 episodios, se estrena a fines de febrero en Estados Unidos. Se suma a toda una gama de novelas, series y películas que retoman historias de narcotraficantes, ficticios y reales, como "La Reina del Sur", "El Cartel de los Sapos", "Pablo Escobar. El patrón del mal".
Como en la canción de 1973, la teleserie escrita por Diego Ramón Bravo e Hilario Peña, seguirá a Camelia, una joven originaria de San Antonio, Texas, que se enamora del capo Varela y por amor se convierte en asesina y narcotraficante.
Los mexicanos Sara Maldonado y Erik Hayser encarnarán a la pareja
"No es una telenovela, no hay bueno y malos. La historia plantea seres humanos como tú y como yo. La gente se puede sentir identificada, porque los buenos no son tan buenos, a veces se equivocan y los malos no son tan malos", indicó Hayser, con una indumentaria ostentosa en su papel de narcotraficante: botas, pantalones de mezclilla, camisa vaquera, una hebilla grande y sombrero.
Realizada por Argos Televisión, "Camelia La Texana" está respaldada por una investigación documental que hace un bosquejo de la evolución del narco y toma aspectos como el origen de ciertas rutas de distribución de drogas y el cambio de patrones de conducta entre los narcotraficantes.
"Refleja lo que ha pasado en México con el narcotráfico: cómo se plantea, cómo empezó la distribución de la marihuana y cómo se forman los carteles", detalló Maldonado. "Antes había ciertos códigos que se respetaban, no se tocaban a las familias, respetaban los territorios que se contralaban y actualmente eso se ha roto", completó Hayser.
A pesar de su éxito, las llamadas narcoseries y narcotelenovelas han sido objeto de censura pues supuestamente enaltecen la figura del narcotraficante.
"No podemos tapar el sol con un dedo, esos personajes existen. Siempre se ha exaltado en la literatura al bandido solitario que roba y ayuda a sociedad. La gente toma a esos personajes porque se parecen más a ellos, no son los reyes o príncipes que por obra y gracia gobiernan y les dan millones de dólares", aseguró Bolado, quien participó en el documental "Promises" nominado al Oscar en 2001.
Para los protagonistas de esta nueva historia, el argumento supera el típico conflicto de héroes y villanos, pues la investigación que respalda la trama puede ser un instrumento de reflexión y apertura al dialogo.
"No es enaltecerlos, no es generar héroes como tal y que la gente diga: 'yo quiero ser Emilio Varela'. Justamente, por la manera con que se está tratando, te permite caer en una reflexión y decir, esto no lo quiero", expresó Hayser.
Por su parte, Maldonado señaló que la serie plantea una mujer dispuesta a hacerle frente al mundo.
"Proyectamos en este tipo de historia una mujer fuerte que no necesita de nadie. El público agradece cuando la mujer ya no es la típica sumisa que espera llegue el príncipe millonario y la transforme en princesa", expresó Maldonado. "Hace cosas que yo nunca haría, es una mujer única, de mucha fuerza, carácter. No se deja, se defiende", agregó la actriz, traicionada por el modo de hablar norteño que da a su personaje.
Reina solo hay una
Pero el dilema también toca a los actores, muchos de los cuales difícilmente hubieran podido lograr el reconocimiento sin interpretar a personajes tan controversiales como Pablo Escobar o la famosa Teresa Mendoza.
Esta última, la inolvidable Reina del Sur, logró éxito a nivel internacional y trajo a Telemundo niveles de audiencia nunca antes registrados.
El personaje del narcotraficante según las narco-telenovelas y los narcocorridos
Por: Katherine Fracchia
Fuente: Agencia EFE, semananews.com y AP