La periodista Mariana Moyano falleció hoy a los 54 años, tras permanecer tres semanas internada en terapia intensiva luego de haber sufrido un accidente doméstico que le había dejado la mitad de su cuerpo quemado.
Moyano estaba internada en terapia intensiva en el Instituto del Quemado y esta madrugada murió producto de una infección hospitalaria, confirmaron a TelAm familiares y allegados. Según explicó su colega periodista Gustavo Silvestre, "le había explotado un mechero que le quemó parte del cuerpo". "La venía luchando pero aparentemente fue por una de esas infecciones que a veces se toman en la terapia intensiva", puntualizó. La noticia fue confirmada por los propios compañeros de trabajo de C5N y Radio 10, donde se desempeñaba como columnista.
De 54 años y con una hija, Moyano era periodista, investigadora y docente universitaria.
Trabajó en las revistas La Maga y Tres puntos, escribió para los diarios Página 12 y Tiempo Argentino y formó parte -como conductora o columnista- de distintos ciclos de la televisión, entre ellos el recordado programa de debate político 678.
En materia radial, otra de sus pasiones, condujo programas en distintas emisoras, entre ellas Radio 10, FM La Patriada y Radio Nacional.
También fue docente de la Carrera de Comunicación de la UBA, donde la conocieron muchos profesionales del periodismo que se formaron en la Facultad de Ciencias Sociales de esa casa de estudios.
Además, colaboró en los últimos años con la agencia pública de noticias TelAm, donde realizaba un podcast semanal titulado con una canción del rock nacional de los '80 ("¿Y ahora qué pasa?"), del que se publicaron ocho capítulos en 2022 y seis en 2023; además, escribió varias columnas de opinión.
La ex conductora de 678 era además docente de la Universidad de Buenos Aires y había escrito varios libros. También estaba al frente del podcast “Es al revés” y realizaba una columna en el programa “2022” de Lucho Galende. Además, participó del ciclo «Fuerte al Medio» con Coco Sily y estuvo a cargo de la conducción de “Las Malas”. «Lamentamos comunicar el fallecimiento de nuestra compañera y amiga Mariana Moyano. ¡Te vamos a extrañar Marian!», escribieron desde las redes sociales de la radio.
El candidato a vicepresidente por Unión por la Patria (UxP), Agustín Rossi, publicó desde su cuenta de X (antes Twitter): "Lamento profundamente el fallecimiento de Mariana Moyano, compañera valiosa y comprometida", y expresó sus condolencias a sus familiares y amigos.
Desde la organización Hijos Capital también la despidieron desde las redes con una foto en la que la periodista sostenía un cartel con la consigna "Juicio y castigo", al tiempo que recordaron "la alegría y la rebeldía" que la caracterizaron.
"La alegría y la rebeldía se llamaban como vos. Mariana Moyano. Nos encontró la lucha, el compañerismo y la resistencia. La vida", la recordaron desde Hijos.
Por su parte, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, expresó "profundo dolor y tristeza de la querida compañera, docente y gran periodista", mientras que los trabajadores del diario cooperativo Tiempo Argentino compartieron el "inmenso dolor" por la muerte y destacaron la "generosidad" de Moyano por su permanente apoyo "con sus textos y compromiso personal".
Sus colegas de C5N la despidieron: "Era una estudiosa, profesora en la UBA. Una excelente compañera. Fue muy perseguida, pero se rehizo con la inteligencia y la capacidad que tenía. Hemos perdido una gran persona, una de las más lúcidas para leer la realidad de este momento".
La periodista Bernarda Llorente, presidenta de TelAm, recordó a Moyano como "una colega talentosa y comprometida con todo lo que hacía", como también "una compañera de ruta entrañable", y la describió como una mujer "inquieta, curiosa, vital, reflexiva y de una calidez única".
El Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBa) transmitió también la "tristeza" del gremio por el fallecimiento y recordó el desempeño de la periodista en diversos medios como Radio Nacional y Tiempo Argentino.
En el año 2009, Moyano había participado en las discusiones que precedieron a la sanción de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que incluyeron la realización de foros de participación ciudadana en distintos puntos del país como también debates en espacios de carácter institucional.
"Nuestra pelea debería ser por la ciudadanía digital, que es que conozcamos qué está pasando ahí. Por ejemplo, suponete en Twitter, que es la red más política de todas, donde está el círculo rojo del pensamiento político mundial. Entonces ahí hay una idea de que ah, es un tuit y nada más, qué me importa. Claro, porque cuando vos decís eso, lo que estás pensando es en el tuit que escribiste. Ahora si vos estudiás la comunicación, no tenés que pensar en el tuit que escribiste sino en la recepción de ese tuit que viene en catarata con una ráfaga de otros tantos. Entonces, si lo tuyo se dice una vez pero el que lo recibe, recibe una catarata de tuits diciendo lo mismo, uno ahí dice: pará, ¿estoy fijando una idea o empalagando a la audiencia? Entonces esa mirada tiene que estar por lo menos presente a la hora de pensar la cuestión. Porque si no, como usuario medio que no importa, ahora si vos querés hacer política desde la comunicación y no conocés el territorio, vamos a tener un problema", dijo Mariana Moyano en diálogo con Emanuel Rodríguez y Luis Zarranz en Contraeditorial.
Las derechas, estas derechas que vivimos ahora, son nacidas y criadas en el mundo digital, entonces lo manejan como pez en el agua. Son casi como nuestros hijos, que son nativos digitales, bueno, ellos en términos políticos, también lo son.
En Contraeditorial, siguió su análisis sobre cómo salimos de la pandemia, ¿mejor o peor? respondió: "Nunca fui muy optimista en el sentido de que salíamos de acá buenos y con la revolución en marcha. En ese sentido, no. Al contrario, todo lo que trabajé los últimos años me llevó a laburar justamente el discurso del odio, la industria del odio, comprendiendo una cantidad de variables que tienen que ver con los modos de funcionamiento de los algoritmos de las redes sociales, cuanto más se virtualiza nuestra vida y se digitaliza nuestra vida, más estábamos yendo hacia ese tipo de universo del odio. Lo que pasa es que la parte optimista mía es lo que me pasó a mí misma. A mi hacer el libro me funcionó casi como una especie de decálogo de autoayuda. Yo fui aprendiendo, fui cambiando mi relación con ese universo. No me gusta decir yo lo manejo porque justamente en el libro una de las cosas que digo es que el yo lo manejo es lo que dicen los adictos. Mentira, cuando uno dice eso es porque tiene un problema. Pero lo que sí puedo decir es que me modificó el comportamiento, el darme cuenta cómo es ese universo me ayudó a tener anticuerpos, valga la figura, como para sentir por lo menos que lo transito un poco mejor".