El magnate mexicano Carlos Slim, de manera sigilosa, sin casi hacerse notar, construyó ladrillo por ladrillo un sólido imperio televisivo en América Latina, al grado de poder competir de tú a tú con los grandes consorcios mediáticos de la región
Por: Marcos Romero
La hegemonía de uno de los hombres más ricos del mundo, descendiente de una familia de comerciantes de origen libanés emigrada a México a principios del siglo XX, se profundizó en producción de contenidos y en la televisión paga.
El logro es más impresionante a pesar de que en este país no consiguió todavía hacerse de una concesión de TV abierta.
Slim recientemente debutó a través de su popular marca Claro y su productora UnoTV en el canal MVSTV 6.4 en la Ciudad de México, luego de sentar fuertes raíces en 16 países de la región, según la firma de análisis Dataxis.
Actualmente, es dueño del 19% del mercado latino en Estados Unidos, compitiendo codo a codo con el gigante de las telecomunicaciones AT&T (18,2%) y por encima del coloso mexicano Televisa (17%), que ofrece servicios a través de Sky.
Hasta el segundo trimestre de este año, América Móvil (AMX) tenía alrededor de 13.6 millones de los 72 millones de suscripciones de televisión por cable en la región.
En México tiene vetado ofrecer directamente el servicio por las restricciones que le marca su título de concesión impuestas por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), que lo clasificó como Agente Económico Preponderante.
Un panorama muy diferente es el que mantiene en el resto de América Latina, donde ofrece contenidos deportivos, de noticias y transmisiones de diversos deportes a través de Claro Sports.
Slim ha venido aparejando el terreno para su incursión arrasadora en el mercado televisivo desde 2011, cuando compró la firma DLA, que produce y distribuye en varios países contenidos de entretenimiento a medida para plataformas digitales.
En la producción de contenidos en Estados Unidos, participa por medio del canal Nuestra Visión, con programación para espectadores mexicanos en 13 ciudades, desde Los Angeles, hasta San Diego, Houston, Phoenix, y Orlando.
Por ello, logró hacerse de los derechos televisivos en los Juegos Olímpicos de Verano e Invierno hasta 2024, en exclusiva para 17 países de América Latina en plataformas digitales y siete naciones en televisión de paga. En México, Slim mantiene una dura pulseada con Televisa, aunque con la desventaja de que no contar por ahora con un canal de televisión abierta.
Daniel Hajj, director de AMX, señaló en conferencia con analistas que mantiene negociaciones con el IFT para lograr por fin la ansiada concesión.
Se trata de la "cereza del pastel" pues América Móvil domina las telecomunicaciones en América Latina en servicios de teléfono, internet, y televisión, desde hace tiempo.
En agosto de 2017, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) avaló que el grupo Slim incursione en el mercado de televisión paga, pues eso mejoraría la competencia y los precios en el país.
El problema es que Slim monopoliza más de la mitad del servicio de telefonía fija, móvil e Internet, por lo que está bajo presión para que divida su empresa.
A inicios de marzo, el IFT aprobó el plan para la separación funcional de Telmex, una de las filiales del Grupo Carso, de Slim, mediante el cual se creará una nueva empresa de servicios mayoristas conformada a partir de la infraestructura pasiva de la telefónica, con lo que la condición de la OCDE quedaría cumplida.
Telmex fue multada con 5,3 millones de pesos (unos 250,000 dólares) en abril pasado, por la alianza que mantiene con el proveedor de televisión satelital, Dish, que a juicio de sus competidores viola el título de concesión de Telmex.
Los especialistas sin embargo consideran que es cuestión de tiempo antes de que Slim pueda superar a su rival el magnate Emilio Azcárraga, dueño de Televisa, que ostenta el monopolio de la televisión abierta en México.
Fuente: Agencia ANSA