Los espectadores, tentados por plataformas como Amazon, Netflix y Hulu
Por: Pablo Scarpellini
La televisión por cable en Estados Unidos se está desangrando. Lo que hace un par de años parecía una tendencia preocupante pero aún reversible es hoy una fuga masiva de clientes hacia nuevas formas de consumir contenido. De acuerdo a la firma de investigación eMarketer, solo este año 22 millones de personas se darán de baja de la que siempre ha sido la forma tradicional de consumir televisión en el país.
La previsión es muy superior a la de la propia firma a principios de año, que hablaba de 15,4 millones de clientes menos suscritos al cable. Si se cumplen los pronósticos, el descenso será un 33% mayor que los 16,7 millones de clientes que se perdieron en 2016.
El motivo parece claro: las alternativas son mejores y más baratas. Ahora existen plataformas digitales como Netflix, Hulu o Amazon que ofrecen televisión a la carta, sin publicidad. Además, están ganando adeptos con contenido propio, a punta de inversiones millonarias, generando series de televisión que están golpeando incluso a la asistencia a las salas de cine. El modelo anterior, claramente, se ha quedado viejo.
Durante años imperó la opción de los paquetes televisivos a razón de 50 o 60 dólares al mes, captando clientes bajo el reclamo de tener acceso a 150 canales o más. Por un incremento de unos 40 dólares en esa factura, se incluían HBO y Showtime, con lo mejor de la parrilla televisiva, y un paquete con otros 300 canales más, un atracón monumental.
La idea de la abundancia y el exceso, tan americana, seducía de costa a costa. Pero entonces nació un concepto como Netflix, con un catálogo brutal de series y películas por 10 dólares al mes, y comenzó la fuga. Otras plataformas siguieron sus pasos y hoy la lucha es abierta. Incluso HBO funciona como servicio de suscripción y se puede obtener a través de Amazon, Apple TV o Hulu --en España ya funciona vía streaming-.
Ese concepto de streaming encaja con las generaciones más jóvenes, acostumbradas a navegar por internet y a recurrir a sus teléfonos para consumir contenido. "Las audiencias más jóvenes están cambiando a ver contenido por internet [gratis] o a otras formas de televisión gratuitas", indicó Chris Bendtsen, analista de eMarketer. "El año pasado, incluso los Juegos Olímpicos y las elecciones presidenciales no lograron evitar que las audiencias más jóvenes abandonaran la televisión de pago".
Toda esa corriente negativa de noticias para el sector también ha supuesto un descenso en el número de horas de consumo de televisión tradicional en Estados Unidos. Por primera vez se cerrará el año con una marca por debajo de las cuatro horas diarias.
La fuga de clientes también ha supuesto un problema de envergadura para gigantes como ESPN o CNN, vinculados a la televisión por cable como la ensaimada a los mallorquines. Su opción para mantenerse a flote pasa por convertirse en canales de suscripción usando sistemas de distribución como Apple o Amazon.
¿Y la publicidad?
La pregunta de todo el sector busca saber cómo afectará esto a la publicidad televisiva. Este año, el crecimiento en Estados Unidos ha sido pírrico, del 0,5% hasta los 71.650 millones de dólares, con un descenso paulatino del porcentaje de la inversión que se lleva la televisión con respecto a otros medios. El año pasado se hizo con el 36,6% de esos ingresos. Este año se espera que descienda hasta el 34,9% y que esté por debajo del 30% para 2021.
La otra cuestión compleja es predecir hasta qué punto las alternativas que se han puesto en marcha darán resultado. Compañías como Sling, con sede en Denver, están ofreciendo paquetes por 20 dólares que incluyen una selección a la carta de un buen puñado de canales, desde deportes hasta televisión latina.
Queda claro que el cambio en el sector es sustancial y que la televisión se ha vuelto práctica, rápida y dinámica. El cable ya no encaja con esa descripción.
En la España de 2020, la mitad de la televisión ya será móvil
En Estados Unidos, Netflix tiene ya más suscriptores que la televisión por cable. El mercado español es distinto, pero ya afronta una tendencia similar. Según un estudio de Ericsson, en 2020 sólo habrá un 9% de espectadores de sillón en los hogares de este país, en referencia al consumidor tradicional. El informe prevé que, para entonces, la mitad del contenido televisivo y de vídeo estará presente en pantallas móviles: ordenadores portátiles, tabletas y, por supuesto, teléfonos. El 46% del visionado se realizará bajo demanda, con el smartphone al alza -20% del tiempo total-.
Fuente: Diario El Mundo