Rosalino Duarte pertenece a la comunidad mbya Guavirá Poty, en San Pedro. Es el único operador técnico de radio oriundo de una comunidad aborigen en toda la provincia. Lleva cuatro años pidiendo que en cumplimiento de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual se le otorgue una emisora a su aldea. En Misiones hay más de cien comunidades aborígenes: ninguna de ellas tiene medios de comunicación propios
Por: Sergio Alvez*
En 2010, revista superficie publicó una nota titulada “Tuve un sueño”. El protagonista de aquella historia, era Rosalino Duarte, quien entonces tenía 24 años. Habíamos conocido a Rosalino un año antes, en su comunidad, Guavirá Poty, allá en la lejana Colonia Primavera de San Pedro, donde el desmonte y los pinares reemplazaron hace rato a la selva ancestral. Guavirá Poty fue testigo directo y víctima de aquella depredación de casi 600 hectáreas en torno a la aldea.
Por entonces, Rosalino estudiaba en la escuela de Guardaparques de San Pedro y una vez por semana, caminaba 20 kilómetros para llegar a la emisora radial en la que empezaba a aprender algo de operación técnica.
Decía Rosalino en aquella nota: “Necesitamos una radio para mantener nuestras raíces culturales, nuestra música, nuestras historias, pero también para poder denunciar lo que nos viene pasando en los últimos años, porque nos están quemando todos los montes las empresas forestadoras y nadie hace nada para detenerlo”.
Semanas después de la publicación en nuestro sitio digital, hicimos llegar la nota al entonces delegado de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual AFSCA-Misiones, Manuel Valenzuela. “La ley de medios contempla que los pueblos originarios puedan tener sus propias licencias de radios y que a través de ellas puedan desarrollar sus culturas, porque antes sólo el idioma oficial (español) se autorizaba a tener licencia. Hoy en día pueden utilizar su propia lengua, no hablar en castellano si así lo desean y esa es la herramienta más importante, para sentirse viva una cultura tiene que poder utilizar su lengua madre” dijo en ese momento Valenzuela sobre el pedido de Rosalino.
La ley de Servicios de Comunicación Audiovisual daba por aquellos meses sus primerísimos pasos en vigencia – fue promulgada el 10 de octubre de 2009 – y era bastante comprensible que las delegaciones del AFSCA en el interior del país no estuvieran en condiciones de afrontar las tareas y el despliegue que requeriría el real cumplimiento de la nueva ley. Pero han pasado más de cuatro años y la comunidad Guavirá Poty no tiene aún su emisora de Frecuencia Modulada. No es la única: del centenar de comunidades mbya que habitan la provincia de Misiones, ninguna posee medio audiovisual o licencia para explotación de un espacio en el espectro radiofónico.
Pese a que tanto el cuerpo como el espíritu de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (SCA) detallan como uno de sus objetivos la inclusión de los pueblos originarios como sujetos habilitados para la adjudicación directa de licencias habilitantes, en Misiones al menos, el incumplimiento en este sentido es, absoluto.
Rosalino, 4 años después
Esta última semana de febrero de 2014 volvimos a encontrarnos con Rosalino. Sigue viviendo en Guavirá Poty, donde ahora es segundo cacique. En la aldea, distante a casi 20 kilómetros de la ruta asfaltada más próxima, viven actualmente unas 22 personas. Rosalino brinda clases de computación a los niños y adolescentes de la comunidad y, además, hace 4 años trabaja en la FM Moconá (98.5, San Pedro) como operador y programador de la emisora.
“Han mejorado varias cosas en los últimos años, después que salimos en los medios. Ahora hay escuelita, pozo perforado, pero el problema sigue siendo el mismo de siempre: no nos dan los títulos de propiedad de nuestros territorios, así estamos indefensos” cuenta Rosalino a revista superficie.
Consultado si a raíz de aquel público pedido para que su comunidad pueda avanzar en la gestión de una emisora de FM para la comunidad motivó la visita de alguna autoridad u algún funcionario, Rosalino contesta con un contundente “no, nunca”.
Sin embargo, sostiene que “la radio para nuestra comunidad sigue siendo un sueño, pero ahora sabemos que además es un derecho y por eso queremos que nos consideren para que la alcancemos. Necesitamos una radio nuestra, para nuestra comunidad, en el marco de la Ley de Medios. Es muy importante para nuestra comunicación, para mantener y difundir nuestra cultura; hoy ninguna aldea en Misiones tiene una radio y creemos que es hora de avanzar en eso como se prometió. Cuando salió la Ley de Medios nos entregaron folletos que decían que los pueblos originarios íbamos a tener nuestras radios, nuestros canales”.
Lo que dice la ley
El espíritu de la ley de Medios es básicamente “democratizar la comunicación audiovisual, avanzar en el respeto por la diversidad cultural en el país y la promoción de contenidos locales y federales”.
El artículo 3º de la ley se refiere a los Objetivos y en el inciso ñ) establece “la preservación y promoción de la identidad y de los valores culturales de los Pueblos Originarios”.
El artículo 9º enuncia que “La programación que se emita a través de los servicios contemplados por esta ley, incluyendo los avisos publicitarios y los avances de programas, debe estar expresada en el idioma oficial o en los idiomas de los Pueblos Originarios”.
El artículo 151, del Título IX, menciona la “Autorización a los Pueblos Originarios para la instalación y funcionamiento de servicios de comunicación audiovisual por radiodifusión sonora con amplitud modulada (AM) y modulación de frecuencia (FM) así como de radiodifusión televisiva abierta en los términos y condiciones establecidos en la presente ley”.
El artículo 152 dice con respecto a los medios audiovisuales de los pueblos originarios: “Los servicios contemplados en este título se financiarán con recursos provenientes de: a) Asignaciones del presupuesto nacional; b) Venta de publicidad; c) Donaciones, legados y cualquier otra fuente de financiamiento que resulte de actos celebrados conforme los objetivos del servicio de comunicación y su capacidad jurídica; d) La venta de contenidos de producción propia; e) Auspicios o patrocinios; f) Recursos específicos asignados por el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas”.
Kvrvf Nawel, comunicador mapuche, militante de la comunicación indígena, entienden que es necesario trabajar para un real cumplimiento de la ley. “Nosotros venimos trabajando hace mucho tiempo en experiencias de Comunicación Indígena. Generamos medios, radios, producciones audiovisuales y luchamos duro para que la ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual contenga nuestro derecho a la comunicación indígena. Hoy es necesario hacer lo posible para defenderla y generar realmente su aplicación. El desarrollo de contenidos indígenas plantea realmente un nuevo paradigma donde la sociedad entera es la favorecida en cualquier ciudad. ¿Por qué? Porque el nuevo escenario político comunicacional nos debe permitir vernos, pensarnos y vivir en la diversidad cultural. Saber que en el noroeste somos Kollas o Guaranies y en el sur Mapuce o Aoniken; en el Cuyo somos Huarpe o Diaguitas y en el noreste somos Qom o Wichi. Imposible ocultar cuando el 56% de la población argentina tiene en sus venas sangre de alguno de los 35 Pueblos Originarios.La discusión de fondo es el paradigma comunicacional, que se puede traducir en: ¿qué sociedad queremos y cómo la planteamos? Le corresponde a los Pueblos Originarios afinar su política comunicacional y al organismo Federal le atañe aplicar la ley sin excusas y con decisión política. Claro que hay que aplaudir el fallo de la Corte Suprema. Pero festejemos cuando todos y cada uno de los medios de comunicación del país dejen de repetir que “los argentinos descendemos de los barcos” sostiene.
*Periodista
Fuente: Revista Superficie