Denunciamos que los Noble-Magnetto ejercen sistemáticamente la represión contra los derechos sindicales de los trabajadores de todas sus empresas, siendo los casos más emblemáticos la prohibición de la organización gremial en la más importante de ellas, el diario Clarín, y el desconocimiento de los fallos judiciales que han ordenado la reincorporación de delegados despedidos en Canal 13. En el caso particular de la planta donde se imprimen la revista Viva y otros productos y materiales del Grupo Clarín, denunciamos que, en complicidad con el gobierno del por entonces presidente Néstor Kirchner, la patronal despidió ilegalmente a la comisión interna durante un reclamo salarial. Ahora, tras verse obligada a reincorporar a casi todos los integrantes de esa CI, los persigue, desconoce sus fueros gremiales y su escala salarial, a la vez que ejerce contra los restantes trabajadores todo tipo de atropellos.
Advertimos, sin embargo, que el bloqueo a Clarín no forma parte de una real acción gremial sino que se encuentra en la línea de amenazas que la burocracia sindical ha venido ejerciendo contra su socio, el gobierno nacional, para que intervenga en desarmar los procesos judiciales que sufren varios de sus jefes. Está en la misma línea que las protestas de UATRE y las patronales rurales y la CGT para defender al esclavista Momo Venegas de sus responsabilidades en la mafia de los medicamentos o de los paros truchos de la Unión Ferroviaria y La Fraternidad para excarcelar a Pedraza, responsable del asesinato de nuestro compañero Mariano Ferreyra.
Rechazamos el bloqueo como una medida inconsulta y ajena a los intereses de los trabajadores del Grupo Clarín, se trate de los de AGR, en Pompeya, o los de la planta de Zepita, en Barracas, donde se imprime el diario, que en ningún caso votaron o prestaron conformidad con tal acción.
Queremos señalar que la instrumentación de justas reivindicaciones obreras y de los métodos para obtenerlas por parte de burocracias sindicales patoteras y ajenas a los intereses de los trabajadores cumple la función política de bastardear y desprestigiar nuestras luchas y acciones. Son, así, funcionales a la represión patronal.
El bloqueo a Clarín vino pocos días después de que Moyano amenazara explícitamente con movilizar cien, mil, diez mil, frente a aquellos medios que “informaran” agravios al camionero. El rechazo al piquete por parte de canillitas y público ha hecho un flaco favor a la causa de los trabajadores, y en cambio, un grueso favor a la campaña autovictimizante de Clarín en defensa de la “libertad de expresión”.
El putch moyanista contra Clarín, luego incluso del paro general que pretendió lanzar contra el exhorto suizo, colaboran contra la “invisibilización” del reclamo de los trabajadores de AGR en los medios y la oposición patronales. ¿Cómo atraer la atención de la opinión pública al reclamo obrero si, luego de 15 años de ver pasar las más atroces medidas contra los trabajadores sin un paro, Moyano se acuerda de la huelga general justo cuando se siente ofendido?
Por lo tanto, 6,7,8 tiene que ir también a la CGT a quejarse por cómo se ocultan las justas reivindicaciones obreras.
Las burocracias sindicales, el Gobierno y las patronales arman y desarman pactos constantemente y para procesar sus rencillas al interior de esos acuerdos pretenden, unos, valerse de apelaciones a las libertades democráticas, que son patrimonio de la sociedad y no vehículo para sostener su tasa de ganancia, y los otros, de reivindicaciones obreras largamente vapuleadas por las empresas frente a las cuales el poder político y sus gremialistas adictos capitulan casi sin excepción.
Como parte de esos pactos espurios los delegados de AGR que bloquearon la puerta de Clarín vienen de complotarse, con el Ministerio de Trabajo y la patronal de Noble y Magnetto, para excluir de las reincorporaciones arrancadas a la empresa a Pablo Viñas, delegado despedido junto con ellos en 2004. La razón es que Viñas milita en La Naranja Gráfica, una agrupación opositora a la lista que conduce el sindicato gráfico y, desde su militancia además en el Partido Obrero, forma parte de la joven generación de dirigentes sindicales antiburocráticos que amenazan los privilegios de los burócratas como Moyano, Pedraza y demás.
La exclusión y traición a Viñas es, además, funcional a los atropellos patronales en AGR. Semejante sectarismo desmoviliza y desmoraliza al taller, al ver que uno de sus delegados más representativos es discriminado en la pelea por la reincorporación, desconociendo la votación de centenares de compañeros.
Por supuesto que rechazamos por cínicas e hipócritas todas las declamaciones de Clarín por la libertad de expresión y contra el autoritarismo, cuando ha sido un colaborador abierto y fervoroso de todas las dictaduras militares que asolaron al país. Para sus empleados, además, no rige ninguna garantía constitucional: se les niega derechos básicos como el de peticionar, organizarse para mejorar sus condiciones, o tan siquiera expresarse.
Denunciamos, asimismo, a las entidades patronales de medios y sus alcahuetes políticos, intelectuales y hasta periodísticos, quienes con la excusa de defender la libertad de expresión de Clarín y la propia, pretenden abolir, de paso cañazo, todo el arsenal de medidas a las cuales podemos recurrir los trabajadores de prensa para hacer escuchar nuestra vos y reclamos, en las condiciones completamente desventajosas que nos impone el régimen de monopolio patronal de los medios y el sostén estatal y gubernamental que lo vehiculiza y hace posible. La más elemental de las medidas que podemos adoptar para defender nuestros derechos supondrá, en esta línea de razonamiento, afectar “la libertad de expresión” de nuestras patronales y el “derecho a informarse del público”, al cual se apela solamente cuando se trata de usarlo como un ariete contra nuestras luchas, mientras que se lo ignora olímpica y cotidianamente mediante la manipulación informativa, la mentira y las operaciones mediáticas al servicios de oscuros pactos de intereses.
No se alza la voz en defensa de los “lectores” y su “derecho a informarse” cuando las patronales cotidiana e impunemente censuran a los periodistas que trabajan en los medios, sean estos oficialistas u opositores, cierran medios, achican o despiden trabajadores si los números no les cierran.
- Abajo la dictadura patronal en Clarín y todas las empresas del Grupo
- Plenos derechos sindicales para los delegados de AGR
- Reincorporación de Pablo Viñas en AGR y de Ricardo Junghanns y Marcelo Moreira en Canal 13
- Proponemos a todo el gremio de prensa una campaña en defensa de la libertad sindical en las empresas del Grupo Clarín, para que sean sus propios trabajadores quienes resuelvan cómo enfrentar a su patronal
- Paritarias ya en el gremio de prensa: 35% de aumento, 5000 de mínimo en mano, pase a planta de colaboradores, contratados y tercerizados y defensa estricta de nuestros estatutos y convenios
- Fuera las burocracias de nuestros sindicatos