Con la FM 94.7 cumplieron el sueño de la emisora propia luego de circular por varias FM locales. Con plata propia y una torre prestada, acondicionaron una parrilla para dar sus primeros pasos. En 2012 estuvieron 8 meses sin transmitir por un tornado, pero los oyentes la volvieron a poner al aire con la campaña solidaria #UnDiegoParaLaTorre, que logró montar una nueva planta transmisora
Por: Martín Iglesias y Juan Pedro Legarreta
Pasión por la radio y compromiso con la palabra. Sobre esos dos cimientos se apoyó el inicio de Ahijuna, recuperando el legado de las emisoras populares en América Latina e inscribiéndose en la historia de las organizaciones que decidieron gestionar un medio de comunicación sin fines de lucro en nuestro país, a contramano de la ley de radiodifusión de la dictadura y asumiendo la comunicación como un derecho humano. Tuvieron la locura de imaginar una realidad que parecía inmodificable. De eso se trata la experiencia de las radios comunitarias y populares: pensar en un imposible para posibilitarlo luego.
Ahijuna es una emisora comunitaria que gestiona solidariamente la cooperativa de trabajo La Usina de Ideas, un colectivo formado por periodistas, comunicadores, docentes, músicos, y otros trabajadores de Quilmes y de localidades vecinas de la zona sur.
El proyecto nació hacia fines de 2001 motorizado por un grupo de jóvenes que encontró en la comunicación una forma de participar y desarrollar iniciativas desde la cultura cuando estos espacios escaseaban en la Argentina. En el camino hacia la puesta en marcha de la emisora se realizaron muestras artísticas, obras teatrales, cursos y talleres dedicados al periodismo y la comunicación. Recién en 2004, en un nuevo contexto político y social en el país, salió al aire FM 94.7 Radio Ahijuna con su eslogan “bien de acá”. La apuesta fue, nada más ni nada menos que celebrar la voz humana, poniendo a disposición de vecinos, vecinas y organizaciones sociales una herramienta para cambiar su cotidianidad.
En 10 años de trayectoria, Ahijuna fue declarada de interés cultural por la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación y el Concejo Deliberante de Quilmes; es centro de prácticas de radio de los estudiantes de comunicación de la Universidad de Quilmes, dicta cursos de formación profesional en radio, integra el Nodo Sudeste del Programa Polos Audiovisuales de la TV Digital Abierta (TDA) y es Punto de Cultura en la provincia de Buenos Aires.
Ahijuna transmite las 24 horas, los 365 días del año desde la Biblioteca Pública y Complejo Cultural Mariano Moreno, para un área de influencia que alcanza a un millón y medio de personas de la zona Sur del Gran Buenos Aires. En la programación se destaca la producción periodística propia y una variada selección musical que enlaza el equilibrio entre estilos, ritmos y épocas de la música nacional y latinoamericana. Además, la emisora realiza acciones junto a otras organizaciones e instituciones, aprovechando a la radio como medio abierto a las necesidades de comunicación de la comunidad.
La solidaridad da aire
El tornado del 4 de abril de 2012 destruyó la planta transmisora, dejando a Ahijuna fuera del aire. Desafiando la crisis y las consecuencias del clima, sus integrantes idearon una estrategia de comunicación que apeló a la solidaridad del público: la campaña “Un Diego para la torre”. La misma invitaba a oyentes, colaboradores y a la población en general, a realizar un mínimo aporte de diez pesos a cambio de un bono contribución autoadhesivo y numerado. Como valor agregado de la campaña, el ex futbolista y actual comentarista deportivo Diego Latorre cedió su imagen. También sumaron la voz de Norberto “Ruso” Verea y el apoyo de Bersuit Vergarabat y Diego Capusoto, entre otros.
Apelando al humor y al lenguaje urbano y coloquial - el juego de palabras que se expresa en “Un Diego”-, la campaña sumó el aporte solidario de más de 2500 personas. Ocho meses después de la caída de la torre, Ahijuna volvió al aire gracias a la fuerza de miles de personas que personal, familiar o colectivamente, en las redes sociales, en un banco, en una universidad o en su lugar de trabajo, dieron una mano. De a diez pesos, con remeras y mates, juntaron el dinero para montar la nueva planta transmisora.
Los desafíos
Para una emisora comunitaria la radio no es un negocio, sino una herramienta que facilita la comunicación de las personas y sus posibilidades de expresión. La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (26.522) entiende que la radiodifusión comunitaria cobra interés en tanto puede lograr que los habitantes de una ciudad pongan en marcha sus propios medios de comunicación. Esto se traduce en la propiedad y el sostén económico del medio, así como también en el aporte de temas y problemas específicos de una comunidad.
La apuesta es que la programación de un medio como Radio Ahijuna se traduzca en la diversidad sonora de ese conjunto de voces que demandan espacios para expresarse. Y, a la par, que la radio seduzca, sea más escuchada y se consolide como una referencia de la comunidad. Estos son los desafíos de Radio Ahijuna en su primera década de vida.
Fuente: Radio Ahijuna