El fiscal general palestino, Akram Khatib, anunció la entrega a investigadores estadounidenses de la bala que asesinó a la periodista Shireen Abu Akleh al tiempo que desmintió que la bala vaya a ser entregada después a Israel, como habían informado poco antes varios medios israelíes.
Las autoridades palestinas acordaron permitir que un equipo de expertos norteamericanos realice un examen técnico, explicó en declaraciones a la agencia oficial de noticias Wafa.
No obstante, aseguró que tiene confianza y certeza en las investigaciones y resultados sobre el tema realizados por los peritos palestinos.
En una conferencia de prensa el 26 de mayo último, Khatib reveló que la pesquisa confirmó la responsabilidad del ejército israelí en el asesinato de la comunicadora dos semanas antes.
Los uniformados le dispararon cuando intentaba huir de la zona, durante una redada en la ciudad de Jenin, en el norte de la ocupada Cisjordania, precisó el funcionario al presentar las conclusiones de la investigación.
Ella huía hacia adelante como se puede ver por la trayectoria de la bala, detalló el fiscal en esa ocasión.
La bala fue disparada desde una distancia de 170 a 200 metros por un francotirador con una línea de visión clara, subrayó.
En declaraciones a la televisora Press TV, la también comunicadora palestina Shatha Hanaysha, quien se encontraba en el lugar cuando estalló el tiroteo, acusó a las fuerzas de Tel Aviv del asesinato.
"Vimos que se acercaban vehículos militares israelíes y también notaron nuestra presencia (…) No fue en absoluto un caso de identidad equivocada", aseguró.
Una investigación de la televisora estadounidense CNN también apuntó a los militares israelíes.
Según el medio noticioso, al estudiar un audio de un video grabado en el momento del incidente, los peritos estimaron que los disparos procedían de unos 200 metros, la misma distancia que había en ese momento entre Abu Akleh y los uniformados.
También citó a Chris Cobb-Smith, un consultor de seguridad y veterano del ejército británico.
Luego de analizar las marcas de balas en un árbol justo donde la periodista perdió la vida, Cobb-Smith aseguró que los disparos fueron dirigidos y controlados.
La muerte de la Abu Akleh desató una ola de condenas internacionales a Israel, cuyos dirigentes en un principio negaron cualquier responsabilidad, aunque luego admitieron que era posible.
Fuente: Prensa Latina