El diario El Economista dialogó con Enrique Carrier, Director de Carrier y Asociados
Por: Ernesto Nimcowicz
A fines de junio pasado se anunció la fusión de Cablevisión y Telecom que deben autorizar el Ente Nacional de las Comunicaciones (ENaCom) y la Comisión Nacional de Defensa de La Competencia y que podría resolverse antes de fin de año. La operación ha generado malestar entre sus competidores (Telefónica) y Claro porque alegan que se crea un operador que desequilibra el mercado las telecomunicaciones. Por eso, El Economista entrevistó al consultor en telecomunicaciones Enrique Carrier para analizar algunos aspectos clave de la operación en un sector que en el mundo se han producido muchos cambios tecnológicos. Y la gran novedad es que en la Argentina el negocio, por sus características, ha hecho que los operadores no inviertan en las redes de fibra óptica.
¿Cuál es su visión con respecto a la autorización de la fusión entre Telecom y Cablevisión que deben resolver el Gobierno, más concretamente el ENaCom y Defensa de Competencia? Desde el resto de los operadores, aseguran es va a salir la aprobación aunque la duda es si le va a imponer algunas condiciones
Más allá de algunos aspectos, en líneas generales no veo motivos para oponerse a la fusión y creo que el Gobierno la va a aprobar. Aunque puede ser que haya algunas exigencias al respecto. Yo creo que se observa mucha complementariedad más que concentración. Sobre los puntos donde puede haber algún tipo de conflicto son con respecto a la banda ancha y al espectro. En relación a la banda ancha no sólo por el 55% de participación que pasan a tener sino también por la posición monopólica que pudieran adquirir en determinadas zonas donde las de Cablevisión y de Telecom son las únicas redes que pasen. Y por otro lado se debe tener en cuenta que el mercado argentino de las telecomunicaciones es un caso muy particular. Cuando se lo analiza al interior más profundo siempre existe un operador monopólico. Es cierto, que esta vez es producto de la fusión. Pero en la definición ahí más que el ENaCom el que debe actuar es Defensa de la Competencia.
¿Esto es una novedad en Argentina?
Porque ese organismo estuvo prácticamente desactivado la última década Correcto. Recientemente hubo un antecedente que fue el caso Visa y los bancos propietarios que abarcó también a Banelco y donde actuó Defensa de la Competencia.
¿Qué alternativas se presentan?
No hay ninguna sencilla. Para las redes de banda ancha, una opción es que donde se superpongan se exija vender las redes. Y si bien existen casos puntuales como el de Córdoba de superposición de redes, por lo general se trata redes muy asimétricas. La red de fibra óptica del cable es muy superior a la red de ADSL (montada sobre cobre) que tiene Telecom. Por eso, yo creo que Cablevisión si tiene que vender prefiere abandonar la red de cobre que es vieja y que lo único que le trae son problemas ya que hay que actualizarla. O migrar a los usuarios a una red que sea un mix de fibra y coaxil. Los operadores de la competencia reconocen que si sólo le exigen a Telecom que devuelva la red de Arnet (que es toda de cobre) ellos van a estar en problemas porque su principal competidor se quedaría con la mejor red de fibra óptica. Por ejemplo, las redes de Telefónica también quedaron muy viejas. En 90% hechas de cobre. Correcto. Y encima se debe encontrar un interesado en adquirir esa red que es muy vieja. Tampoco se puede apagar y dejar a los clientes sin servicio. Por eso, más allá de los conceptos teóricos en cuanto a la concentración, a la hora de la verdad es relativo lo que se puede hacer. Otra alternativa pero que es más compleja desde el punto de vista técnico es exigir la apertura de las redes como se les pedía antes a las telefónicas. Pero el problema es que las redes de cable son más complicadas de abrir desde el punto de vista técnico. Otra alternativa que no me parece mal que están analizando los organismos del Gobierno, según me consta, es que para que no se aproveche de su posición monopólica, se piensa en exigirle a la compañía fusionada tarifas nacionales. Es decir que no pueda cobrar más en un mercado competitivo como CABA, donde hay fuerte competencia con Telefónica, iPlan o Telecentro, que en el interior del país, donde en muchas localidades es el único operador.
¿Y con respecto al espectro de la telefonía móvil?
Representa el otro aspecto clave sobre el que se debe actuar. Una alternativa para el espectro es que se resuelva como cuando fue la fusión entre Movicom y Unifón, que luego dio lugar a Movistar hace más de una década. Allí se les exigió que devuelvan una parte del espectro. Pero incluso esta vez sería más sencillo porque mucho de ese espectro excedente no está siendo utilizado en la actualidad como ocurrió anteriormente. Ese espectro otorgado proviene de la última asignación de espectro en 2017. De todas formas, por algunos mensajes oficiales no se estaría pensando en hacerles devolver espectro excedente que suman con la fusión (producto de las licencias de Personal y de Netizen, operador celular adquirido por la empresa de Grupo Clarín) sino en subir el límite. Creo que si el Gobierno, en vez de hacerles devolver espectro decide subir ese límite automáticamente tendría que brindar la posibilidad de asignación de espectro equivalente para los otros dos operadores (Movistar y Claro) en las mismas condiciones. De esta forma, el límite de espectro actual, que es de 140 Mhz, y se decide subirlo a 220 Mhz, es decir ese excedente de 80 Mhz demás debería estar disponibles para Movistar y Claro en las mismas condiciones. Eso encuadraría además con la política que tiene este Gobierno de habilitar todo el espectro disponible. Por eso, más allá de la decisión también va a ser clave cómo se instrumente.
Fuente: El Economista