Las organizaciones sociales trabajan con niños y adolescentes en una propuesta pedagógica y de educación popular
Por: Yásser Gómez C.
En 2002, poco después del estallido social de diciembre de 2001, en la localidad de Liniers, al oeste de Buenos Aires, surge la propuesta audiovisual Cine en Movimiento a partir de un grupo multidisciplinario de profesionales que trabajaron con unos niños en situación de calle.
Como complemento del trabajo social, se realizó el cortometraje “Los de andar con los pies descalzos”, que contaba la experiencia de estos niños y que fue hecho por ellos mismos. Luego se obtiene la convocatoria “Cielo Corto” del Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, con ese soporte se filma el largometraje “Los Nadies”, con los mismos niños y objetivos del cortometraje anterior.
Durante sus 13 años de existencia, Cine en Movimiento ha laborado con 300 organizaciones sociales, jóvenes encarcelados, sindicatos, escuelas, espacios ecuménicos, siempre vinculados a los sectores populares. Los promotores del proyecto lo iniciaron preocupados por el hambre que sufrían los niños en las villas y convencidos de que los barrios necesitaban de la belleza, de tener propuestas artísticas desde su realidad.
De manera habitual los talleres duran entre 10 a 12 meses, pero hay organizaciones, con las que trabajan desde hace siete años, en las que mantienen vínculos con los jóvenes con el objetivo de convertirlas en un espacio de comunicación comunitaria.
Pedagogía de la liberación
El proyecto de cine se complementa con una propuesta pedagógica y de educación popular, que es el trabajo que se realiza en Argentina desde las organizaciones sociales con la niñez y la adolescencia.Además, también realizan talleres con adultos y adultos mayores.
Carlos Rotela es psicólogo social, educador y referente de Cine en Movimiento. Ingresó como parte de los niños y adolescentes que participaron en un taller realizado en el Centro de Día “La Paloma” en el barrio La Matanza. Hoy trabaja en el proyecto.
Rotela asegura que el objetivo de Cine en Movimiento es: “crear espacios pedagógicos que sean contenedores, que le den la posibilidad a los niños de seguir asistiendo a nuestro espacio después de la primera vez. Si así lo hacen, les enseñamos cómo usar las herramientas audiovisuales. El trabajo se complementa con miradas de nuestros integrantes: educadores, psicólogos, sociólogos, antropólogos y jóvenes con proyectos independientes de cine”.
El proyecto trabaja con sectores que tienen sus derechos vulnerados, porque en sus barrios estos niños y adolescentes no tienen acceso a las herramientas para la comunicación audiovisual. Es importante abordar esta situación –agregaRotela- con una mirada integral, conocer por ejemplo si los niños comieron o durmieron la noche anterior, y a partir de ahí desarrollar la herramienta audiovisual. Es decir, se pretende transformar esta realidad de postergación.
Contar historias
Cine en Movimiento es parte de este proceso desde la creación de un vínculo afectivo, desde la conformación de un grupo. Como parte de esta pedagogía de liberación son capaces de acercar sus conocimientos y nutrirse de los niños de los barrios.
Las organizaciones y los integrantes del barrio son los que plantean, por ejemplo, la narrativa que se va a utilizar y qué trabajo van a desempeñar. Hay una relación colectiva que les permite producir, y donde se respetan las decisiones. De los 270 cortometrajes realizados, ninguno fue pensado por Cine en Movimiento, ha sido un proceso colectivo.
Ley Audiovisual
La Ley Audiovisual ha sido muy importante para este colectivo audiovisual porque ha planteado una discusión que estaba invisibilizada: el monopolio de las empresas de comunicación sobre los medios masivos. La norma plasma todas las discusiones que daban las organizaciones sociales y la militancia al respecto.
Se plantea, por ejemplo,un porcentaje en la programación para la televisión comunitaria, lo que le da la oportunidad a las productoras, canales y radios comunitarias para que desarrollen sus proyectos.
Cine en Movimiento ha firmado un convenio con la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), el ente regulador de la Ley, mediante el cual han organizado tres encuentros en la Argentina, dos regionales, uno nacional y un cuarto, que será internacional, en el que convocan a los canales y a las productoras comunitarias, para discutir qué comprende la comunicación comunitaria.
A partir de la Ley de Medios existe un reto: cómo y de qué calidad producir lo comunitario o cómo lograr llenar la programación de las televisoras comunitarias con un buen contenido. “Somos una organización que piensa cine comunitario de calidad, que no piensa una comunicación para los pobres, porque si no, estaríamos haciendo lo mismo de lo cual le venimos cuestionando a los medios masivos”, sentencia Carlos.
Fuente: Diario UNO