El sábado 6, la edición de Perfil incluyó un suplemento especial de su sección Espectáculos dedicado al músico Gustavo Cerati, muerto dos días antes, tras cuatro años en estado vegetativo originado en un accidente cerebrovascular.
La nota de apertura de ese suplemento, titulada “Te busqué en la rima que duerme con todas las palabras” (imagen poética de su tema Puente), llevaba la firma del periodista Sergio Marchi y hacía las veces de recorrido personal y artístico por el universo del músico.
Es habitual que los medios –también Perfil– recurran a especialistas para ocupar sus páginas con temas que exceden la producción habitual.
Hasta ahí, nada que objetar ni analizar desde estas líneas. Sin embargo, ese mismo día, Marchi expuso en Twitter y en su muro de Facebook una conflictiva situación que obliga a este ombudsman a ocuparse del tema. Expuso Marchi en un tuit que la nota en cuestión “es falsa”.
Y luego lo amplió en Facebook: “Soy muy quisquilloso con mi trabajo. A veces, uno debe quedarse callado a fin de preservar el mango cotidiano que nos permite pagar las cuentas. No en este caso, porque no trabajo en Perfil, medio con el que colaboré pero con el que dejé de trabajar porque no lograba entenderme con Marita Otero, la editora que publicó hoy, 6 de septiembre de 2014, una nota que me encargó sobre Gustavo Cerati en mayo de 2010. Publico aquí el original de esa nota porque me parece que el medio obró de mala fe. Nadie congela una nota durante cuatro años. Bueno, ahora me doy cuenta (de) que no. El problema principal es que la nota se editó como para que parezca escrita tras la muerte de Gustavo Cerati, pero aquí publico el original, para que los lectores puedan leer lo que verdaderamente escribí. Encuentro varios errores, entre ellos que me equivoco con las edades de los hijos de Gustavo: Benito es mayor que Lisa. Le agradezco a Damián Benetucci que me lo aclaró. No corregí los errores, hice copy/paste, y aquí tienen lo que yo escribí en 2010”.
Este Defensor de los Lectores envió primero un mensaje a Marchi y luego se comunicó con él telefónicamente.
Aceptó que la nota original le fue pedida en 2010, que no fue publicada en aquel momento y que recibió por ella la remuneración acordada. Y aseguró que nadie se comunicó con él desde el diario para informarle que sería publicada el sábado en el suplemento especial, y tampoco –claro está– que sería modificada por cuestiones de extensión o para adecuar su texto a la noticia de la muerte de Cerati.
Se le envió un correo a la editora jefa de Espectáculos, Marita Otero. Estas fueron las preguntas y –encomilladas– sus respuestas:
1. Según Marchi, la nota le fue pedida en mayo de 2010, como consecuencia del ACV. ¿Fue publicada en aquel momento? De no haber sido así, ¿se le advirtió que no saldría? ¿Le fue pagada, según lo previamente pactado, haya sido publicada o no?
“No, no se le dijo que no había salido. Quedó stand by. Se le pagó en tiempo y forma. Y Marchi lo cobró como corresponde. Tampoco volvió a comunicarse para saber si se había publicado”.
2. Al decidir la publicación el sábado 6, como repetición o como inédita, ¿se le avisó al autor de la nota?
“No, no se le avisó al autor de la nota, ya que era una nota que se le había pedido sobre vida y obra. En rigor, le pedimos una cronología, una semblanza de Cerati. Que fue lo que se terminó publicando”.
3. ¿Por qué razón no se les advirtió a los lectores que ese texto había sido escrito en 2010 y editado con un número considerable (diez, en una primera leída) de cortes y modificaciones, algunos de ellos de importancia porque afectaron la adecuada comprensión de la nota?
“Lo que se editó del texto fue reemplazar ACV por falleció. Por razones de espacio se eliminaron tramos que no afectaron a la lógica de la nota. Eran 10 mil caracteres, tal como lo aclara Marchi, y quedaron alrededor de 6 mil. No se aclaró que había sido escrita en 2010 porque desde entonces los datos biográficos incluidos en la nota eran los mismos”.
Se han cometido con este trabajo varios errores de procedimiento que afectaron a los lectores y al autor de la nota en cuestión:
- No se le comunicó a Marchi que no se publicaría, como ocurrió, ni que sería incluida en el suplemento del sábado 6. Informarle al colaborador y proponerle que fuese él mismo quien cortara y adecuara el texto es un mínimo gesto de respeto personal y profesional que en este caso se omitió.
- Fueron al menos diez los cortes o modificaciones efectuados por razones de espacio y de actualidad. En dos casos, sí se afectó la continuidad del texto y su comprensión.
- No resulta satisfactoria la respuesta a por qué no se informó a los lectores que el texto tenía cuatro años de añejamiento. Es una obligación del medio y lo menos que merecen saber quienes compran este diario, que promete la mejor calidad.
Fuente: Diario Perfil
Ver anterior: Periodista sostiene que el Diario Perfil "obró de mala fe"