domingo, 26 de septiembre de 2010

Editores de diarios, divididos por el proyecto oficial para Papel Prensa

Críticos de la ofensiva política, prácticos en los negocios. Arrancaron las audiencias públicas para discutir la iniciativa K. Un proyecto para sentar a editoriales en el directorio de la fabricante de papel. Estarían en representación del Estado
Por: Sebastian Iñurrieta
Algunos lo definen como “unidos por el espanto” y otros, “enemigos que se alistan contra otro enemigo en común”. Con ambas definiciones, en el mundo de los editores de diarios se intenta explicar cómo medios que apoyan al Gobierno, otros que coquetean con él y quienes no pierden la oportunidad de defenestrar cada medida oficial, se encolumnaron detrás del embate estatal contra los socios privados de Papel Prensa, es decir, Clarín y La Nación.
Confluyen en la misma vereda empresarios con medios abiertamente kirchneristas, como Sergio Szpolski, y socios de enemigos políticos del matrimonio presidencial, como el mendocino Daniel Vila, que selló acuerdos comerciales con el diputado Francisco de Narváez.
En el mismo bando se alineó Ámbito Financiero. Hasta su muerte, Julio Ramos, fundador del matutino económico, fue uno de los pocos que levantó casi en soledad la bandera contra la política comercial de la papelera que controlan el Grupo Clarín, el diario La Nación y en la que el Estado, es socio minoritario.
Hace diez días, en la primera audiencia convocada por la Comisión de Comercio de la Cámara de Diputados para discutir el proyecto oficial que busca declarar de “interés público” el papel, el diario hizo honor al legado de su creador. “Ámbito Financiero pagó el año pasado $ 2,5 millones extra por no acceder al cupo de la papelera mixta”, denunció su director periodístico, Gustavo Isaak, ante la mirada de un puñado de diputados oficialistas. Los legisladores opositores no participan de las audiencias.
Dos denuncias en común encolumnan a este grupo de medios gráficos: discriminación y los cupos en las compras. “Para perjudicar a Diario Uno, que compite con Los Andes en Mendoza, Papel Prensa nos negaba como clientes”, acusó Daniel Vila ante Perfil. A principios de mes, su diario rosarino encabezó este alineamiento con un editorial titulado: “La Capital es víctima de la situación monopólica”.
Crónica también movió sus fichas. Esta semana Raúl Olmos, que junto a su hermano Alejandro compró la marca registrada por Héctor Ricardo García, apuntó contra Clarín en Diputados. En diálogo con Perfil, opinó que los diarios que están fuera de la papelera deberían “tener voz en la empresa”.
Con pequeños matices, es una idea que sobrevuela la cabeza de varios empresarios periodísticos del país. Si el Estado logra capitalizar una futura inversión y pasar a tener un mayor paquete accionario, no pocos apuestan a que ese lugar en el directorio deberían ocuparlo figuras designadas por los otros diarios.
En el bando que milita abiertamente contra el proyecto K hay mayor homogeneidad: sobretodo aquellos que tienen participación directa en la empresa por estar ligados al Grupo Clarín (como Los Andes y el cordobés La Voz del Interior).
Pero hay otros casos en este universo; por ejemplo, La Nueva Provincia de Bahía Blanca. “Detrás de los Kirchner hay un proyecto hegemónico. El ataque a Clarín y a La Nación esconde una forma de controlar la distribución de papel en el país”, disparó a Perfil Vicente Massot, su director, al tiempo que afirmó que “nunca” tuvieron problemas con Papel Prensa.
Varios diarios aún no explicitaron en forma oficial su postura. Algunos de ellos dejan entrever una inclinación en sus páginas o en las mentes de sus dueños. El Territorio, de Misiones, es uno de ellos. “No fijamos posición pero no confío en este gobierno, porque si controla el papel, nos controla a nosotros”, opinó su director Gonzalo Peltzer.
Otros adoptaron un lugar neutral. El Tribuno, de Salta, propiedad de la familia del senador Juan Carlos Romero, se plantó a través de un artículo de opinión de su jefe de redacción, Francisco Sotelo, a fines de agosto. Al tiempo que acusaba al Gobierno de “malversación de los derechos humanos”, criticaba el “manejo caprichoso” de Papel Prensa contra los “400 diarios de las provincias”.

‘Crónica’ quiere tener voz en la empresa
Raúl Olmos, cara visible del grupo que controla Crónica y El Atlántico, apoya decididamente el proyecto oficial.
Crónica de una verdad. Así tituló el Grupo Olmos a su minidocumental que presentó en la tercera audiencia pública convocada por la comisión de Comercio de la Cámara de Diputados el jueves.
Olmos lo presentó en persona. En el video, acusaron a Clarín de beneficiarse en tres ocasiones durante su historia:
1) Con la clausura de La Razón en 1951, “dándole el negocio de los clasificados”.
2) Con el traspaso de lectores por el cierre de Crónica en el ’74.
3) Con la “entrega” de Papel Prensa. “El lobby político del monopolio es muy fuerte y siempre fueron funcionales a los gobiernos para obtener ventajas”, acusó Olmos frente a Perfil. Y agregó: “Los diarios tenemos que tener voz en las decisiones de la compañía”.

Szpolski: “Para todos y al mismo precio”
Propietario de los diarios El Argentino, Tiempo Argentino y Diagonales, que reciben una porción importante de la torta de publicidad oficial, Sergio Szpolski se define.

¿Es cliente de Papel Prensa?
Nunca nos quiso vender papel hasta hace cuatro meses, gracias a la resolución judicial.

¿Qué opina del proyecto oficial?
El papel es el insumo básico de la libertad de expresión. No se puede seleccionar a unos u otros, sino que hay que garantizar papel a todo el que quiera expresar sus ideas. Hay dos alternativas: o todo el papel debe ser nacional o se subsidia al papel importado.

¿Cuál prefiere?
La inversión estatal; la política de subsidios puede llamar a sospechas.

¿Y de esa manera el Gobierno no controlaría el papel?
El Estado debe garantizar que el papel sea para todos a un mismo precio, no controlar el papel. Antes de que lo controle Clarín, prefiero que lo controle el Estado.

“El Estado no produce”
Daniel Vila, el principal accionista del Grupo UNO, con diarios en Cuyo y la Mesopotamia apoya la intervención estatal.

¿Se sintió discriminado por Papel Prensa?
Había una negativa de venta a los diarios de mi grupo. Para beneficiar a Los Andes, nuestro competidor en Mendoza, Papel Prensa no le vendía a Diario Uno. Teníamos que importar todo el papel, lo que repercutía en los costos.

¿Qué opina del avance oficial contra la empresa?
Hay una idea oficial de estatizar Papel Prensa, de otorgarle un rol más importante al Estado a través de una fuerte inversión y con la capitalización de acciones, de dejar en minoría a los privados dentro de la compañía.

¿Prefiere que la empresa sea controlada por Clarín o por el Gobierno?
Ninguna de las dos. Con un activo estratégico como el papel, la lógica es que todos los diarios tengamos participación, un cupo equivalente de acceso a la materia prima determinado por las ventas. Entiendo que como cliente no es lo mismo Diario Uno que Clarín.

¿El Estado debe garantizar el papel?
En el escenario actual, donde un privado monopoliza el papel, está bien que el Gobierno se involucre. Pero no debe ser un productor.

Fuente: Diario Perfil