miércoles, 12 de enero de 2022

Más de 80 organizaciones piden a YouTube que tome medidas contra la desinformación

Más de 80 organizaciones de verificación de más de 40 países piden que YouTube tome medidas para dejar de ser "uno de los principales canales de desinformación del mundo"

Más de 80 organizaciones profesionales de verificación de hechos de más de 40 países enviaron una carta a la directora general de YouTube Susan Wojcicki el pasado 12 de enero de 2022, en la que la instan a tomar al menos cuatro medidas para que la empresa deje de ser "uno de los principales canales de desinformación del mundo".

Los verificadores de hechos enumeran en su carta varios ejemplos de videos de YouTube de diferentes países que han causado verdaderos daños en la vida real y que, sin embargo, pasaron desapercibidos por las políticas actuales de la empresa. Para la comunidad de verificación de datos, estas son solo algunas pruebas de que las políticas puestas en marcha por YouTube para combatir la desinformación son "insuficientes" y "no funcionan".

Los verificadores de hechos destacaron en su carta que la situación es aún peor en los países no anglófonos y en el sur global, donde las políticas se aplican aún menos.

Las organizaciones de verificación de hechos han solicitado cuatro medidas a la directora general de YouTube:
  • Ejercer una transparencia significativa acerca de cómo viaja la desinformación en la plataforma y divulgar públicamente sus políticas para abordarla.
  • Centrarse en proporcionar el contexto en lugar de eliminar los videos. Esto puede hacerse estableciendo una colaboración significativa y estructurada con organizaciones de verificación de hechos e invirtiendo en su trabajo.
  • Actuar contra los infractores reincidentes que producen contenidos constantemente marcados como desinformación e impedir que sus videos sean recomendados o promocionados por los algoritmos de la empresa.
  • Ampliar estos esfuerzos a las lenguas distintas del inglés y proporcionar datos específicos para los países e idiomas, así como servicios de transcripción eficaces.
Los verificadores de hechos también rechazan los intentos de YouTube de enmarcar el debate como una falsa elección entre borrar o no borrar videos. El grupo le recuerda a la empresa las pruebas disponibles hoy en día que apoyan la eficacia de presentar información adicional con verificación de hechos en lugar de hacer desaparecer los videos. Esta solución, dicen los signatarios de la carta, "preserva la libertad de expresión al tiempo que mitiga los riesgos de daño a la vida, la salud, la seguridad y los procesos democráticos".

En su comunicación a Wojcicki, los signatarios expresaron su voluntad de apoyar a YouTube para poner en práctica esas solicitudes y "hacer de YouTube una plataforma que realmente haga todo lo posible para evitar que la desinformación y la información errónea se conviertan en armas contra sus usuarios y la sociedad en general".

El grupo espera tener una reunión con la directora general de YouTube para discutir las cuestiones planteadas en la carta.

Carta abierta a la CEO de YouTube de los fact-checkers del mundo
Estimada Susan Wojcicki:
Han pasado casi dos años desde que comenzó la pandemia del COVID-19. El mundo ha visto una y otra vez lo destructiva que puede ser la desinformación para la convivencia, la democracia y la salud pública; se han arruinado demasiadas vidas y medios de vida, y demasiadas personas han perdido a seres queridos por culpa de la desinformación.

Como red internacional de organizaciones de verificación, nos dedicamos a observar cómo se difunden las mentiras en Internet, y cada día comprobamos que YouTube es uno de los principales canales de desinformación del mundo. Este es un tema importante y preocupante para nuestra comunidad global de verificadores.

No vemos un esfuerzo real por parte de YouTube a la hora de aplicar políticas que aborden el problema. Por el contrario, YouTube permite que actores sin escrúpulos utilicen su plataforma como un arma para manipular y explotar a otras personas, y para organizarse y recaudar fondos. Las medidas actuales resultan insuficientes. Por esta razón, le instamos a que tome medidas eficaces contra la desinformación y la información errónea, a que elabore una hoja de ruta de intervenciones que mejoren su ecosistema informativo, y a que lo haga de la mano de las organizaciones independientes y apartidistas de verificación.

En el último año hemos visto cómo los grupos negacionistas prosperaban y colaboraban más allá de fronteras, incluyendo un movimiento que comenzó en Alemania, saltó a España y se extendió por América Latina, todo ello a través de YouTube. A la vez, millones de usuarios tenían acceso a vídeos en griego o árabe que les animaban a unirse a boicots contra las vacunas o a tratar las infecciones de COVID-19 usando falsas curas. Aparte de la información falsa relacionada con la pandemia, vídeos de YouTube han estado promoviendo falsos remedios para el cáncer durante años.

En Brasil, la plataforma se ha utilizado para amplificar el discurso de odio contra grupos vulnerables, con mensajes que han llegado a decenas de miles de usuarios. Los procesos electorales tampoco han permanecido al margen: en Filipinas, contenidos falsos con más de 2 millones de visitas que niegan la vulneración de los derechos humanos y la corrupción durante los años de la dictadura de Marcos se han utilizado para mejorar la reputación del hijo del último dictador, uno de los candidatos a las elecciones de 2022. En Taiwán, las últimas elecciones se vieron empañadas por acusaciones infundadas de fraude. El mundo entero también fue testigo de las consecuencias de la desinformación cuando una turba violenta asaltó el Capitolio de los Estados Unidos el pasado año. Desde la víspera de las elecciones presidenciales de EE. UU. hasta el día después, los vídeos de YouTube que apoyaban la narrativa del "fraude" habían tenido más de 33 millones de visualizaciones.

Los ejemplos son demasiados para llevar la cuenta. Muchos de esos vídeos y canales siguen activos a día de hoy y todos se colaron a través de los controles de YouTube, especialmente en los países de habla no inglesa y del Sur global. Nos alegramos de que la compañía haya tomado algunas medidas para tratar de solucionar este problema, pero a tenor de lo que vemos a diario en la plataforma, creemos que estas iniciativas no están funcionando, y YouTube tampoco ha publicado datos de calidad que respalden su eficacia.

Hasta el momento, la compañía ha limitado el debate sobre la desinformación a una falsa dicotomía entre borrar o no borrar contenidos. De este modo, YouTube evita la posibilidad de hacer aquello que realmente funciona: nuestra experiencia como verificadores y la evidencia académica demuestran que dar contexto con información contrastada es más eficaz que eliminar contenidos. Esta alternativa también preserva la libertad de expresión al tiempo que reconoce que aportar esa información adicional puede mitigar los riesgos para la vida, la salud, la seguridad y los procesos democráticos. Y dado que una gran parte de las visualizaciones en YouTube proceden de su propio algoritmo de recomendación, la plataforma también debería asegurarse de no promover activamente la desinformación ni recomendar a los usuarios contenidos procedentes de canales poco fiables.

Teniendo en cuenta todo esto, proponemos algunas soluciones que marcarían una gran diferencia a la hora de reducir la difusión de la desinformación y la información errónea en YouTube.
  1. Un serio compromiso de transparencia con respecto a la desinformación en la plataforma. YouTube debe apoyar la investigación independiente sobre el origen, alcance e impacto de las diferentes campañas de desinformación, y sobre los métodos más eficaces de combatir la información falsa. También debe publicar de forma íntegra su política de moderación respecto de la desinformación y la información errónea, incluyendo el uso de inteligencia artificial y los datos en que esta se basa.
  2. Más allá de eliminar los contenidos que incumplan la ley, YouTube debe centrarse en proporcionar contexto y desmentidos claramente superpuestos en los vídeos o como contenido de vídeo adicional. Eso sólo puede llevarse a cabo mediante una colaboración significativa y estructurada en la que YouTube asuma responsabilidades e invierta sistemáticamente en iniciativas independientes de verificación de hechos que trabajan en todo el mundo para resolver estos problemas.
  3. Actuar contra los desinformadores reincidentes que producen contenidos que se señalan constantemente como desinformación e información errónea, en particular aquellos que monetizan esos contenidos dentro y fuera de la plataforma. En concreto, se trata de impedir que los algoritmos de recomendación promuevan contenidos de esas fuentes de desinformación.
  4. Ampliar los esfuerzos actuales y futuros contra la desinformación y la información errónea en lenguas distintas del inglés, y proporcionar datos específicos por países y lenguas, así como servicios de transcripción que funcionen en cualquier idioma.
Esperamos que usted valore la posibilidad de poner en práctica estas ideas por el bien público y para lograr que YouTube sea una plataforma que realmente ponga todos los medios para evitar que la desinformación y la información errónea se conviertan en armas contra los usuarios y la sociedad en general. Estamos preparados para prestar a YouTube toda la ayuda que necesite en esta tarea. Nos gustaría reunirnos con usted para hablar sobre estos asuntos y encontrar formas que conduzcan a una colaboración eficaz. Esperamos su respuesta a esta propuesta.

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