En diciembre de 2015, desde la comisión directiva de la Biblioteca Popular Constancio C. Vigil, hicimos pública la pretensión de los Sres. Marcelo Scalona y Marcelo Abaca dentro del expediente judicial de liquidación de la Vigil, (N.º 436/77) - iniciado en 1977 por la dictadura cívico-militar – para que se les abonaran honorarios profesionales en la suma de $10.871.650 por su labor como abogados de la “Asamblea de socios para la recuperación de la Biblioteca Vigil”, primero, y de la institución después, tanto en ese expediente, como en otras actuaciones judiciales y administrativas.
Cabe aclarar que el mismo expediente que fuera creado a partir de la intervención liquidadora, bajo el imperio del Terrorismo de Estado, para destruir Vigil, fue ahora el vehículo utilizado para atacar su incipiente resurgimiento. Desde el 25 de febrero de 1977 hasta bien entrado el siglo XXI, ese expediente de liquidación, fue la razón legal mediante la cual, miles de rosarinxs perdieron su lugar en el mundo, su espacio de trabajo, de educación, de arte y cultura popular.
Como compartimos públicamente en el año 2015, la exorbitante demanda por liquidación de honorarios, supuso un ataque directo a los bienes que fuesen recuperados por la comunidad, ponía en riesgo la continuidad institucional de la Vigil y representaba un intento de apropiación individual de una lucha colectiva, que llevó más de tres décadas y dio sus frutos gracias al trabajo de socixs, vecinxs, fundadores, ex miembros de comisión directiva, ex estudiantes, organizaciones sociales, políticas y de DDHH. También vale aclarar que hasta esta presentación de diciembre de 2015, los Sres. Scalona y Abaca nunca habían manifestado ningún reclamo o pretensión de cobrar honorarios ni ante la asamblea de socios ni ante la Vigil recuperada.
El juez interviniente (del Juzgado de Distrito Civil y Comercial N° 14 de Rosario), inicialmente rechazó el pedido, pero luego ambos abogados, a través de un recurso que interpusieron, consiguieron que el magistrado variara ese criterio regulándoles honorarios por un monto aproximado de $ 12.000 a cada uno, a valores de junio de 2016 (más específicamente, se regularon los honorarios de los Sres. Scalona y Abaca en el equivalente a 8 y 7 “jus”, respectivamente, que es una unidad de medida con la que se cuantifica los honorarios de los abogados en nuestra provincia). Aquí queda de manifiesto lo ridículo de la pretensión, cuando el Juez les regula por el uno por mil de lo que pretendían, sin que la Caja Forense hiciera ninguna objeción.
No conformes con ello, los Sres. Scalona y Abaca apelaron esa decisión en agosto de 2016, si bien una vez que se estaba tramitando el recurso en la Sala 3ra. de la Cámara de Apelación, Marcelo Abaca desistió del mismo. Marcelo Scalona, en cambio, se mantuvo en su reclamo de que se fijaran los honorarios de acuerdo a la millonaria suma estimada originariamente.
Ello desembocó en el dictado de una sentencia por la mencionada Sala, a finales de junio de 2019, que fijó los honorarios a favor del Sr. Marcelo Scalona en la suma equivalente a 13 jus, es decir, alrededor de $43.000 a esa fecha.
Ahora bien, la Cámara estableció una distinción, complementada con otra decisión del juez de primera instancia (fines de setiembre de 2019), y según la cual, quedó definido que de los honorarios regulados al Sr. Scalona, 6 “jus” (aproximadamente $ 20.000) son a cargo de la Biblioteca Vigil, por planteos que realizó como patrocinante o apoderado de la entidad. Mientras que los restantes 7 “jus” deben soportarlos en forma personal aquellos socixs que integraron las distintas “asambleas” por la recuperación de la entidad - que a partir de 2004 hicieron diferentes presentaciones dentro del expediente judicial -, al considerar el tribunal que Marcelo Scalona “los patrocinó”, aunque se aclara que también actuó “por derecho propio”.
Cabe remarcar que esta decisión judicial (en cuanto a los montos) es definitiva, ya que no proceden otros recursos procesales contra la misma, y que incluso Marcelo Scalona ya ha practicado una planilla de liquidación de sus honorarios, incluso antes de la determinación final del Juez, en la cual, no casualmente, pretendía que Vigil se hiciera cargo del monto total (13 jus).
Desde la comisión directiva hemos resistido desde el primer momento este reclamo, incluso cuando los Sres. Scalona y Abaca negaban públicamente el monto y haberlo dirigido contra Vigil. Lo hicimos con sólidos argumentos jurídicos, éticos y políticos, asumiendo la defensa de la entidad y de lxs socixs, a lo largo de este agobiante derrotero judicial y siempre dando cuenta de ello, en asambleas y reuniones institucionales.
Esta definición judicial nos impone ahora una valoración y un compromiso.
Destacamos como positivo:
- El apoyo de lxs socixs, de instituciones hermanas, del concejo municipal de la ciudad y de la comunidad en su conjunto.
- La sanción por unanimidad de una ley provincial (Nº 13569 del 18/10/2016) que declara inembargables e inejecutables la totalidad de los bienes inmuebles de la entidad, protegiéndolos entonces de cualquier intento de agresión patrimonial, no solo de estos abogados, sino también de terceros.
- La resistencia eficaz a una pretensión dineraria exorbitante, que superaba holgadamente el millón de dólares al momento en que fue planteada, que de haber prosperado hubiera significado el cierre de la Biblioteca Vigil.
- La suma determinada por la Justicia, aunque ínfima de acuerdo al reclamo inicial, sigue siendo significativa para una institución sin fines de lucro como Vigil, máxime en estos momentos de profunda crisis económica.
- Nos parece inconcebible que se exponga en forma personal a quienes participaron en un espacio colectivo inspirado en una militancia (como lo fueron las distintas asambleas de socixs abocados a la recuperación de la Vigil) a reclamos patrimoniales de abogados que integraban ese mismo espacio, en las mismas condiciones que el resto de sus compañeros.
- Como ya lo expresamos en otras oportunidades, consideramos de mucha gravedad el hecho de que este fallo sienta un peligroso antecedente en instituciones de bien público y espacios de construcción colectiva, al instalar el criterio de que toda actuación de abogados dentro de estos ámbitos siempre debe retribuirse en dinero, desconociendo el valor simbólico de una militancia abocada a justas causas sociales y culturales, y en la cual cada integrante (profesional o no), participa de igual manera.
A pocos días del cumpleaños Nº 60 de nuestra Biblioteca, seguimos construyendo, tratando de hacer más anchas las puertas para que más gente entre a nuestra biblioteca, establecer puentes con nuestra propia historia, para que la memoria sea un camino por el que más de mil estudiantes pasen anualmente en nuestro programa de recorridos guiados, para que el arte popular y comunitario siga convocando a lxs jóvenes, a nuevas generaciones que siguen haciendo la Vigil, adentrándola en la complejidad de la actualidad, renovando así su compromiso con los sectores populares. Celebramos la compañía de todxs lxs que han participado de la presentación de los libros de nuestra Editorial Biblioteca, de lxs que bailaron en nuestros festivales, nuestras peñas, nuestros encuentros. A las miles de personas que asisten a las funciones gratuitas en nuestra sala de teatro Saulo Benavente, a lxs artistas, educadores, escritores que nos acompañan, a lxs feriantes que acampan con sus productos en cada Feriazo, a las personas que habitan los talleres a diario, a lxs que hacen la Vigil día a día.
Hoy Vigil volvió a ser de lxs rosarinxs, patrimonio de todo Rosario, una institución declarada de bien público por nuestro Concejo Deliberante, cuyos bienes son inembargables y están protegidos de lxs oportunistas de siempre. Hoy seguimos defendiendo con orgullo un espacio que pertenece a una comunidad que sigue creciendo y aprendiendo en el camino de lucha por un mundo mejor para todxs.
Comisión Directiva, octubre de 2019