lunes, 17 de junio de 2019

La Tribu cumple 30 años: Ícono de la comunicación comunitaria y autogestionada

Mucho más que una FM, la asociación civil de Almagro, fundada por estudiantes de Comunicación en 1989, reivindica la pluralidad de voces de un espacio democrático y horizontal
Por Federico Trofelli
Con cariño, los integrantes de La Tribu se refieren a la radio y a la sede en la que funciona como "la casa". El ícono cultural del barrio de Almagro cumple 30 años y Tiempo dialogó con algunos de sus referentes para repasar los orígenes y el presente de este ya mítico espacio autogestionado, un faro para todos los medios de comunicación alternativos, que se encuentra en evolución permanente.

Entre las 35 personas que se reúnen una vez por mes en asamblea para delinear el camino a seguir por el colectivo de FM La Tribu, ya no queda ningún socio fundador de la asociación civil sin fines de lucro que se constituyó en junio de 1989. Todo surgió de la voluntad de un puñado de estudiantes de Ciencias de la Comunicación de la UBA, en su mayoría militantes del PC. Con la excusa de realizar un taller de radio, los jóvenes montaron una emisora clandestina en un departamento de tres ambientes en el piso 13 de un edificio de Gascón y Sarmiento.

A los pocos meses, la situación se tornó insostenible para los vecinos, quienes llegaron a sacar la antena que habían colocado en la terraza y recién la devolvieron cuando se acordó que no volverían a instalarla allí. Así fue que "alquilaron, a unas cuadras, 'la casa', un antiguo hotel de inmigrantes en Lambaré 873, que funcionaba como un espacio cultural y que reunía a carpinteros, ceramistas y gente de teatro", explica Alejandro Demasi, a cargo de la comunicación externa e interna de La Tribu.

"La radio comenzó a ser parte de un colectivo más grande y a medida que fue pasando el tiempo esos otros espacios que habitaban la casa se retiran y La Tribu empezó a asentarse más físicamente en el lugar y a expandirse. Ya no sólo se pensó como radio, sino como centro de capacitación, bar y otros proyectos que se fueron sumando", continúa Alejandro, que es sociólogo y trabaja como administrativo en una empresa para llegar a fin de mes.

Laura Pérez Portela, integrante de la asamblea y una de las coordinadoras de capacitación de La Tribu, destaca que "es importante entender a los medios comunitarios como procesos que adoptan formas de organización de acuerdo a la situación que se esté transitando. Pero el espíritu democrático y horizontal siempre se preservó. Uno va aprendiendo de las viejas generaciones de tribales". Para Laura, esa organización es la que garantiza que "una radio comunitaria como esta se mantenga viva durante 30 años, gestionada por su comunidad".

Alejandro acota que para que el proyecto siga en pie "se necesitan recursos y personas que pongan el cuerpo para conseguirlos. Esto fue así desde el año cero". Hoy, las principales fuentes de financiamiento son la propia radio y el bar.

La grilla de FM La Tribu (88.7 MHz) cuenta con unos 60 programas, los cuales debieron pasar el filtro de los criterios de la asamblea. Hay tres tipos de programas: las producciones independientes, las coproducciones con otras organizaciones afines a la radio y los programas llevados adelante por organismos invitados por La Tribu para que participen de la radio. Además, suelen concursar para la realización de diferentes proyectos o investigaciones nacionales e internacionales, con los que pueden conseguir un monto de dinero importante para destinarlo a gastos particulares. Los Fondos de Fomento Concursables de Comunicación Audiovisual (FoMeCA) también fueron una buena oportunidad para la realización de gastos extras, pero el actual gobierno se retrasa en concederlos y aplicarlos, a pesar de tener el presupuesto para hacerlo.

"De vez en cuando nos juntamos todos los integrantes de los programas y reflexionamos por qué consideramos a La Tribu 'alternativa'. Uno de los chicos, que estuvo muchos años acá, dijo que se debía a la gran pluralidad de voces que tiene el espacio, donde conviven y a la vez se puede discutir y debatir. Construimos desde ahí", analiza Alejandro.

¿Cómo tomaron los dichos de Alberto Fernández de que la comunicación es un negocio?
Laura: –Para nosotros, ejercer la comunicación es nuestro derecho. Entendemos que así la sociedad es más democrática. Es un error poner en duda que el tercio del espectro debe ser para las sin fines de lucro. No se estaría dando cuenta de la comunicación comunitaria, lo que construye, y su disputa por el sentido.

La importancia del barrio
"Si La Tribu existe –dice Alejandro–, es porque está inserta en un barrio y el vecino es parte de La Tribu. Nos gusta pensarnos como comunidad. Hoy es más difícil porque la ciudad se fue para arriba. Cada vez hay más vecinos que consumen el "quedate en tu casa encerrado y no salgas a la calle", y nosotros tenemos una visión distinta. Nos gusta estar en la vereda, juntarnos en el bar o que de vez en cuando un músico o una música salga al balcón y haga una serenata".

El último gesto solidario de los vecinos fue hace un mes, cuando la Agencia Gubernamental de Control clausuró el bar de "la casa". Si bien La Tribu tenía todo al día, los inspectores insistieron con dos trámites que estaban trabados por la burocracia del propio Estado y cerraron el lugar. Luego, desde Cultura pidieron disculpas a través de las redes sociales, pero durante diez días el colectivo no generó recursos. Ahora, esperan la multa. "No creemos que nos persigan a nosotros, sino a una forma de pensar la cultura en la Ciudad de Buenos Aires", concluye Laura.

El festejo por los 30 años de La Tribu será con música en vivo y diferentes performances y talleres. El próximo sábado 22 de junio desde las 14, la calle Lambaré al 700 estará cerrada para que los vecinos, los integrantes del colectivo, de diferentes organizaciones y los oyentes puedan compartir una jornada distinta. "Estamos manija de que ese festejo sea sin techo. Con el viento en la cara. Al aire libre. En la calle", dice la invitación al público en general.
Foto: Diego Martínez
Fuente: Tiempo Argentino