lunes, 17 de junio de 2019

La agenda la sigue marcando el periodismo escrito

El uso que han adquirido las redes sociales son una amenaza para los medios de comunicación tradicionales. Sin embargo, los especialistas afirman que comunicar no es lo mismo que periodismo.

En la actualidad, cualquier persona puede comunicar algo a través de las denominadas redes sociales: Facebook, Twitter, Instagram, entre otros.

Ana Celina Puebla, Licenciada en Ciencias de la Comunicación, investigadora y docente jubilada de la Universidad Nacional de San Juan, abordó la problemática en su visita al Canal El Zonda. “Yo respondo a una corriente en la que tratamos de no hablar de redes sociales, sino de redes digitales de uso social”, y lo argumentó en el hecho de que “no dejan de ser tecnologías, como lo fueron cuando se descubrió el cine, la radio y la TV”. expresó.

Ana Celina analiza que “la convergencia tecnológica afecta en distintos sentidos. Por un lado, la generación de noticias está en relación con quiénes son los dueños, porque hay una fuerte concentración de medios que aprovechan las redes, ya sea para generar noticias falsas o convalidar alguna ideología determinada, comercial, política etc”.

Aquí es cuando asegura que “afecta a los periodistas” porque “es muy difícil discriminar cual es la fuente, la veracidad de lo que circula”. Observa que en los medios on line (digitales), están demandando constantemente una mayor cantidad de visualizaciones y eso “atenta contra la investigación, el uso de la fuente, de ser ecuánime”.

Contempla, además, que en el uso de las redes sociales “tiene que ver el sector social y el etario. La gente joven cada vez usa menos el Facebook, usa mucho más Instagram, Twitter u otras que van surgiendo. Hay un sector etario que tardó mucho en ingresar a Facebook, pero ahora es el que mayormente lo usa, los jóvenes siempre se van corriendo”.

Ante esta realidad la licenciada no soslaya que los públicos (lectores, oyentes, televidentes), “están directamente afectados porque siempre hay una filtración respecto de lo que el periodista percibe. Además, afecta a algo que está en la Constitución Nacional, que es la comunicación como derecho humano. El acceso al que todos tenemos derecho a tener y estar bien informados. Significa que frente a un hecho se puedan conocer las distintas posturas. Tienen que ver con un tema legal, cual es la escuela de derecho que siempre hay para un lado o para otro. Los públicos deben tener la libertad de elegir y decidir, la posibilidad de acceder a distintas voces”, asegura.

Por otro lado, rescata. “En nuestro país está el derecho a la libertad de expresión, pero en otros existe con responsabilidades ulteriores. Es decir, cuando el periodista se para frente a una cámara, un micrófono o escribe, se tiene que hacer cargo de lo que transmite. Está legislado y hay una instancia penal”.

La referencia viene a colación porque los medios digitales en el mundo no están legislados. No hay penalizaciones. Y traslada el análisis hacia los que direccionan la información, tergiversan la realidad, las Fake News (noticias falsas), la proliferación actual de la post verdad, de los denominados trolls. “Eso es tremendo porque la comunicación se multiplica y llega un punto que no se sabe cómo hacer para cortarlo, porque no hay derecho a réplica y el daño que provoca resulta irreversible”. Pero al mismo tiempo asume: ”Me resisto al control de Internet porque es un arma de doble filo y, además, no garantiza nada, porque siempre hay algún tipo de filtración. En procesos democráticos me resisto, porque se corre el riesgo de prohibir la libre expresión”.

Ana Celina reconoce la importancia y el espacio que han adquirido las redes sociales, la competencia desleal que afrontan con ellas los periodistas ante la fugacidad e inmediatez (aún cuando no niega que en algunos casos se tensiona y se establece una agenda y se invisibilizan otros casos que son muy importantes), pero afirma que “la agenda la sigue marcando el periodismo escrito”, precisamente por esa capacidad esencial que posee de investigar, de ir a las fuentes, chequear la existencia y veracidad de los hechos.

A su vez constata que “un trabajo de investigación que realizó Periodismo Sin Fronteras (organización colombiana), arrojó que el 67% de los ciudadanos se informan a través de los medios tradicionales”, concluye.
Fuente: Diario El Zonda