Retorno lineal
El acceso al contenido audiovisual por Internet introdujo dos grandes modificaciones frente a las formas tradicionales de consumirlo. Por un lado, trajo esa sensación de infinitud de contenidos, de que “todo está en Internet”. Por el otro, quizás no tan notable inicialmente, la instauración del consumo bajo demanda como forma de que los contenidos se adapten al consumidor y no al revés.
Para ser justos, el consumo bajo demanda de contenidos audiovisuales arrancó hace décadas, con la llegada del VHS, a la cual el DVD le agregó mayor calidad de imagen y sonido. Claro que ambas tecnologías requerían de una mínima planificación, acceder al cassette o disco previamente. Algo que se mantuvo inclusive en tiempos en que las descargas desde Internet eran furor, aunque también su consumo requería cierta previsión. Pero luego las opciones de streaming (desde YouTube hasta Cuevana) y más recientemente los OTT (con Netflix como estandarte) impusieron la modalidad de consumo bajo demanda sin mucha planificación previa. Uno se sienta frente al televisor, computadora, tablet o smartphone y el entretenimiento arranca a voluntad.
Este escenario hizo creer que los contenidos lineales estaban condenados a los deportes y la actualidad, territorio casi exclusivo de la TV tradicional, tanto gratuita como paga. No obstante, en los últimos días diversas noticias dan cuenta de que quizás esto no resulte ser tan así.
Por un lado, BitTorrent, la empresa detrás de la del protocolo para compartir archivos en formato P2P, planea el lanzamiento de BitTorrent Live, un servicio de streaming de TV en vivo en opciones tanto gratuita como paga. Según la empresa, tendrá mejor performance que los servicios existentes que transmiten canales en vivo por Internet ya que éstos utilizan el protocolo HTTP que no se caracteriza por su baja latencia. Otro que está incursionando en las transmisiones en vivo es Netflix, que arrancó con Chelsea, un programa de entrevistas que se transmitirá tres veces por semana simultáneamente a los más de 190 países donde esta plataforma llega, incluyendo a Argentina.
La posibilidad de transmitir contenido audiovisual en vivo no ya por redes de TV (cableadas o inalámbricas) sino a través de Internet abre un escenario interesante para el surgimiento de propuestas OTT (donde no se asegura la calidad de servicio ya que no se controla la red) que en el caso de la regulación argentina no están prohibidas expresamente. Es, a fin de cuentas, un contenido más que se transmite por Internet. Y así como hoy algunos canales de TV transmiten su programación en vivo por YouTube o por sus propios sitios web, los contenidos de la TV abierta (incluyendo a la TDA que además está en HD) también podrían ser retransmitidos, en lo que sería más bien un servicio de valor agregado sobre Internet. Este tipo de servicio estaría fuera del ámbito de la resolución 1394/2016, correspondiente al “Reglamento general de los servicios de radiodifusión por suscripción mediante vínculo físico y/o radioeléctrico” que, como su nombre indica, no alcanza a los servicios OTT. Se viene un debate apasionante...
Fuente: Comentarios - Carrier y Asoc.
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