La película está inspirada en la experiencia del Grupo de Teatro rosarino Arteón. Escrita allá por 1978 por Néstor Zapata y Chiqui González, donde se presentaban las andanzas de un grupo de actores que llevan de pueblo en pueblo la magia del Radioteatro.
Esos mismos actores que todos los días, a través de la radio, mantenían en vilo a una audiencia que vivía pendiente de las aventuras y desventuras de sus personajes de leyenda. Cuánta imaginación despertaban las andanzas del León de Francia que, con su espada y una rosa, tenía encandilados a sus oyentes. Relata también las alegrías y miserias de los integrantes de la compañía, en esos días de convivencia por el interior de la provincia.
La compañía radioteatral...
La acción transcurre entre el convulsionado escenario político que se inicia con el bombardeo a la población civil en Plaza de Mayo el 16 de junio de 1955, la posterior caída de Perón y los fusilamientos a civiles en León Suárez el 10 de junio de 1956. Un grupo de actores del Radioteatro encarnan los típicos prototipos de una compañía de la época que transmitían diariamente el folletín por capítulos en la radio y luego salían corriendo a representar, pueblo por pueblo, los ingenuos y queridos de la novela que “ya está en el aire”.
Y había que arreglárselas para “darles vida” en aquellos precarios escenarios (con paisajes y castillos pintados en telones) a esos personajes que tan idealmente habían imaginado sus oyentes.
De pueblo en pueblo, en un destartalado colectivo, por esos caminos de tierra y de barro cuando llovía, arrastrando el cansancio finalmente llegaban. Y cuando se abría el telón... ¡el milagro! Allí estaban ellos que habían sido hasta ese momento solo una voz. Ahora sí eran reales, espléndidos, vigorosos, arrancando aplausos, risas y lágrimas. Una y otra vez. Incansables.
Pero también fueron seres de su tiempo, de sus circunstancias. Hombres y mujeres con sus propias pasiones e intereses. Como uno.
Por eso más allá de la historia, aquí y ahora, en nuestra historia, a ellos les tocará protagonizar una instancia común: terminar con la ficción y con sus propias vidas.
Se dispararán y se mezclarán sus fantasías junto a sus propias y reales pasiones, intimidades, mezquindades y deseos.
Entonces será como un sueño, que se amalgama y se confunde en un “final feliz” y trágico a la vez. Un final que terminará en un mismo lugar, en un mismo e inevitable desenlace.
Por fin los actores deberán encarnar su propio destino, unido inexorablemente al destino del Radioteatro que en esos años comenzó a recibir las heridas que lo obligarían a retroceder hasta desaparecer.
También llegaría el final de una etapa en la vida de los argentinos, junto al presagio de los años difíciles que luego viviríamos.
La pieza es el reconocimiento entonces, a un género popular por excelencia, y a esos hombres y mujeres que siendo tan queridos por un público humilde, vasto y mayoritario, entregaron con humildad su capacidad, sus sueños y su oficio incansable, en forma tan cálida, que sería injusto no testimoniarlos.
Ahora sobre el escenario los actores representarán los típicos prototipos de una compañía, pero además serán a la vez seres de su tiempo, con sus miserias, pasiones e intereses.
Así es que en Bienvenido León de Francia!, se rinde reconocimiento a un género popular por excelencia, en el que a los actores les toca protagonizar un destino: el del esplendor y el del final del Radioteatro. El final de una época.
Para que los más jóvenes lo conozcan
Para nuestro recuerdo
Para alimentar esa quimera de la memoria
Nuestros padres y nuestros abuelos lo conocían bien. Era...el Radioteatro..!
Era escuchar la novela, todos los días, a la misma hora y en el mismo punto del dial.
La Televisión aún no había entrado a los hogares de los argentinos.
Era la Radio, dueña y señora de la información, la música, el fútbol, y por sobre todo de las fantasías y los sueños apasionados.
Allí la Radio fue el gran motor de la imaginación. Personajes, rostros, paisajes y aventuras, besos y peleas, cabalgatas y raptos, venganzas y amores, se creaban en la mente y el corazón de cada persona a partir de ese simple hecho: escuchar la Radio.
Antes de la Telenovela, señores y señoras, en la Argentina fue el Radioteatro..!
Pero además deben saber que esos actores trasmitían en vivo y salían corriendo hacia el ómnibus que esperándolos en la puerta de la Radioemisora, los llevaría hasta cada localidad adónde esa Radio era escuchada, para representar esa misma noche la obra que se estaba trasmitiendo.
Y allí si...se producía el fenómeno: el contacto masivo del público con sus seres queridos y con sus fantasías, y también con los personajes odiados, los villanos de la historia.
Ahora sí el enamoramiento hacia pico..! El León de Francia estaba allí, a unos metros, sobre el escenario, mirándonos. Y ya nunca más podría irse de nuestro recuerdo...
Fueron éxitos únicos en el historial del Teatro Nacional.
Se agregaban capítulos, y se agregaban funciones. A la tarde y a la noche, y hoy y mañana y pasado...Y todos los días del año. A veces al mediodía, y a la tarde y a la noche...! Y a veces en distintas localidades. Claro, se cerraba el comercio cuando llegaba el Radioteatro. Todo se paraba. Salíamos un rato antes de la Escuela...!
Eso fue el Radioteatro.
Alimentó durante décadas las fantasías, los sueños y las esperanzas de todo el Pueblo. Allí no hubo barreras sociales ni políticas. Desde las más acomodadas familias hasta los peones golondrinas. Todos juntos a gozar y a sufrir...!!!
El golpe militar del año 55 se ensañó con el Radioteatro.
Por el sólo pecado de ser un género popular, de lenguaje y valores populares, pagó muy caro el cariño del Pueblo. Se censuraron los temas y los textos, se prohibieron las transmisiones en vivo de Radioteatros en las Emisoras del País..!
Allí comenzó su larga agonía.
Hasta principios de los 80 aún se podía ver algunas Compañías en gira. La Televisión le fue dando el golpe de gracia.
Al Radioteatro y a la Imaginación.
Atrás quedaron los años de esplendor de las décadas de los 40 y los 50. En nuestros queridos “pueblos del interior”, bastante más que en las grandes ciudades, se acuña en recuerdo del Radioteatro. En el corazón de los hombres y mujeres a quienes les permitió, en sus duras vidas, por lo menos soñar.
Ahora sobre esta blanca pantalla de la memoria, nuestros Actores representarán los típicos prototipos de una “Compañía”, pero además serán a la vez: seres de su tiempo, con sus propias pasiones, miserias e intereses. Y aún más allá de todo eso, hoy y aquí, les ha tocado protagonizar un destino.
El del esplendor y el del final del Radioteatro.
El final de una época y el presagio de los años difíciles que luego vendrían para todos los Argentinos.
Por eso, al fin, con esta película, nosotros....Ustedes y nosotros, queremos expresar la profunda gratitud a aquellos que hicieron el Radioteatro.
Aquellos Actores, Autores y Cabezas de Compañía, que siendo tan queridos por el público, nos brindaron humildemente su emoción, su experiencia y sus anécdotas, en forma tan cálida, que sería injusto no realizarles este homenaje.
Como en los primeros cines argentinos: “Terminado, muchas gracias”.
El director
Néstor Zapata nació en Rosario en 1941, es docente, director y autor de cine y teatro, ha puesto en escena más de 60 obras y dirigido decenas de cortos, telefilms, series y unitarios TV; su actividad internacional abarca más de 15 países. Fundador y director de la primer Escuela de Cine de Rosario: Taller de Cine Arteón (1976-1983) y Director de Estudios Culturales del Ministerio de Innovación y Cultura de la Provincia de Santa Fe. Sus obras fueron puestas en escena por Elencos de Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, España, Estados Unidos de Norte América, Guatemala, México, Paraguay, Panamá, Perú, Uruguay y Venezuela. Bienvenido León de Francia es su ópera prima a los 73 años.
Ficha técnica y artística
Raúl Calandra, Sara Lindberg, Naun Krass, Matías Martínez, Griselda de Lorenzi, Maru De Rosa, Matías Tamburri, Luis Machín como el Sr. Interventor, Darío Grandinetti como Don Roman.
Guión y Dirección: Néstor Zapata
Música original: Jorge Cánepa
Dirección de Fotografía: Héctor Molina
Producción: Quicho Fenizi
Edición y Post-producción: Ignacio Roselló
Dirección de Arte: Hugo Salguero
Post Sonido: Daniel Guglielmi
Sonido directo: Carlos Rossano
Arreglos y orquestación: Pablo Pasqualis
Canciones a cargo de Litto Nebbia - Raúl Goldín
Productor asociado: Gustavo Postiglione
Dirección de producción: Carlos Piwowarski
Post Color: Marcos Garfagnoli
Director orquesta cámara: Fernando Ciraolo
Solista guitarra: Luis Baetti
Duración: 99 min. - Arteón Grupo Teatral Argentino - Argentina - 2014
Fuentes: Bienvenido León de Francia, UNO SantaFe
Ver anterior: Se filma en Rosario "Bienvenido León de Francia"