sábado, 8 de febrero de 2014

Cartas abiertas desde las barriadas pobres de Rosario a los funcionarios

En las Señales dos referentes sociales contaron las sendas cartas abiertas que escribieron y dirigieron a las autoridades nacionales, provinciales y municipales acerca de la situación que se vive las villas de Rosario. El padre Juan Jose Gravet desde su territorio, en Ludueña Sur, le responde a la presidenta que el otro día dijo que "No creo que ningún argentino se muera de hambre". Margarita, de la Corriente Clasista y Combativa, habla desde Villa Banana sobre las carencias a días del comienzo de clases, los bajos aportes que reciben en las cooperativas de trabajo y la necesidad de sumar aportes nacionales que promuevan trabajo
Carta de Juan Jose Gravet, respondiendo a la Sra. Presidenta:
Dijo Cristina Fernández de Kirchner

Escribió el párroco de Ludueña Sur:
"En nuestro territorio Parroquial, Rosario, Barrio Ludueña Sur, tenemos villas y asentamientos irregulares, cada vez más grandes. En la Capilla Señor del milagro un comedor de mil raciones diarias donde se entrega la comida a diario y la llevan a sus hogares. Cada día se hace una cola extra, por si queda algo, para los que no están anotados... En Cristo Redentor, Cáritas atiende a 150 familias con bolsones de alimentos no perecederos y cada mes vienen a anotarse muchas familias, aunque no podemos anotarlas por carecer de alimentos para más cantidad. En nuestra zona, la "década ganada", lo ha sido en el tema de la droga, de la delincuencia y de la inseguridad. La cultura del trabajo, otra meta perdida. Municipalidad, Provincia y Nación no apoyan proyectos de formación en actividades artístico-culturales y menos en cursos de oficios varios. Nadie se muere de hambre, creo, pero las condiciones de vida, en muchísimos casos es paupérrima".
La nota con el padre Gravet:

Margarita escribió:
Rosario, febrero de 2.014
Sra. Presidenta de la Nación
Sr. Gobernador de Santa Fe
Sra. Intendenta de la ciudad de Rosario
Presente
De mi mayor consideración:
Escribo esta carta con la esperanza que escuchen nuestras necesidades. Somos un grupo importante de mujeres a las cuales nos preocupa el comienzo del año lectivo. Muchas de nosotras tienen seis o siete niños en edad escolar; en mi caso personal, tengo tres niños. Como es de esperar, todos los años su indiferencia nos obliga a volver con gran sacrificio a la misma lucha de cortes y marchas que son eternas, y que lamentablemente conducen al enojo del común de los vecinos al interrumpir el tránsito, cierre de comercios y el malestar de todos por ello. Las voces de los más débiles deben ser escuchadas por quienes gobiernan. Abogando a su buena voluntad, quisiera pedir que se llegue a un acuerdo lo más pronto posible, pues ya es indignante el hecho de tener que mendigar por nuestros derechos de trabajar en condiciones dignas, y tener más programas de trabajo y aumento para los que están trabajando.
Creo que es un pedido auténtico, y hablo por todas las mamás del movimiento, del cual estoy orgullosa de integrar, ya que creo firmemente en esta odisea de luchar por nuestros derechos y el de nuestros hijos. Yo. Particularmente, llevo años de lucha con la enfermedad de mi hijo menor, recorriendo y tocando miles de puertas por ayuda de una pensión o aunque sea el boleto gratuito que jamás me dieron. Ya pasaron doce interminables años y todo sigue igual.
Volviendo al tema del presente reclamo, confeccioné una lista de cosas básicas que necesitamos para poder comenzar un año de clases medianamente digno. En primer lugar se necesitan: zapatillas, guardapolvos, mochilas, carpetas, gomas, marcadores, pinturitas, cuadernos tapa dura y blanda, block de hojas de dibujo, plasticolas, reglas, compases. Esos elementos en principio, servirían para arrancar las clases y después iremos viendo sobre la marcha.
Es obvio que nuestras necesidades no terminan con esta canasta escolar, son mucho más profundas, pero ahora la urgencia es que las clases comienzan en pocos días y la verdad es, que, con la inflación que estamos viviendo es casi imposible comprar todo esto para una familia con cuatro o más niños, como son la mayoría de las nuestras.
Sin quitarles más tiempo, espero que hayan leído y puedan entender y comprender que dependemos de sus decisiones para tener un poco de paz en esta hermosa ciudad, sin el abandono que sufrimos, que nos obliga a piquetes y marchas que nos afectan a todos, en primer lugar a quienes los protagonizamos, especialmente a los más vulnerables como los niños y los ancianos. Gracias por su atención y pido disculpas por las molestias ocasionadas.
Margarita
Mamá integrante del Movimiento Corriente Clasista Combativa (C.C.C.)
Su diálogo con las Señales