martes, 7 de enero de 2014

Dice La Naranja de Prensa "se rompe el Frente de Unidad Multicolor"

Rechazamos que el Ministerio de Trabajo intervenga nuestro sindicato
El 16 de diciembre pasado, los compañeros que representan al Colectivo de Trabajadores de Prensa (CTP) en la lista Multicolor pidieron al Ministerio de Trabajo -en nombre de la lista- que intervenga la UTPBA desplazando a su actual conducción para poner en su lugar un interventor de la cartera laboral que se haga cargo de la conducción del sindicato.
Casi al final de un extenso documento, se le pide a la cartera laboral que "designe un 'Delegado normalizador' que, al término de la prórroga de 90 días (se refieren a la que el Ministerio otorgó a la conducción actual para que siga dirigiendo el sindicato), sustituya a la Comisión General Administrativa de la Unión de Trabajadores Prensa a los fines de realizar los actos de administración indispensables para la continuidad de la entidad sindical; revise el estado de gestión del sindicato (el subrayado es nuestro) y organice un nuevo acto electoral, en una fecha concertada con todas las agrupaciones que participan de la vida interna de la asociación, con criterios de apertura y transparencia".
Desde La Naranja de Prensa queremos aclarar ante el gremio que jamás prestamos consentimiento a esa iniciativa, con la que estamos completamente en desacuerdo.
Creemos que esta decisión unilateral rompe el Frente de Unidad Multicolor, que hasta ese momento tomó todas sus decisiones en base al consenso entre las distintas agrupaciones que lo integran.
Porque no sólo La Naranja no fue consultada; tampoco a las otras agrupaciones que integran el Frente se les pidió opinión. Esto con independencia de la posición que, ante el hecho consumado, cada una de ellas tenga frente a la conveniencia o no de que el Gobierno mismo pase a dirigir nuestro sindicato, ya que de eso se trata la presentación inconsulta realizada por los compañeros del Colectivo.
Rechazamos esa injerencia oficial y no avalamos que se realice, en nombre de la Multicolor, ninguna presentación más que siga esa línea.
Entre la presentación inconsulta, nuestro acceso a ella y los días que corren, realizamos toda una serie de reclamos y pedidos de rectificación, que ahora reiteramos por este medio.
El pedido de intervención gubernamental se opone incluso al programa del Frente de Unidad Multicolor, que se declara independiente de las patronales y del Estado.
Para nosotros es un principio básico que las organizaciones de los trabajadores deben mantenerse en completa independencia del Estado.
Que se reclamen o exijan a la cartera laboral acciones administrativas concretas en cuestiones específicas, no tiene nada que ver con pedir que el Estado tome en sus manos la dirección de nuestras organizaciones.
Nuestro país no registra un solo antecedente histórico donde una intervención estatal como la que se reclamó haya acarreado algún beneficio a los trabajadores.
Así, por ejemplo, cuando falta poco más de un mes para que comiencen las discusiones paritarias, la representación de los trabajadores de Prensa quedaría en manos de funcionarios del Ministerio de Trabajo de un gobierno que no quiere que se firme por más del 20% para todo el año con una inflación esperada del 35 o el 40 por ciento.
Quedaría en manos de funcionarios de un Ministerio que avaló hasta el día de hoy todas las porquerías que hizo la burocracia de la UTPBA, entre ellas la última asamblea de junta electoral y las elecciones truchas de septiembre, que sólo detuvo una decisión judicial.
El Ministerio de Trabajo está interviniendo en todo este proceso con el fin de encarrilar la crisis terminal que la movilización de los compañeros de Prensa le ha  provocado a la dirección de la UTPBA, que está liquidada.
Todas sus acciones han estado dirigidas a rescatar a la dirección de la UTPBA, fundamentalmente de su superación mediante la acción colectiva del gremio.
Tomada sabe que los paritarios electos en asamblea fueron una imposición de las bases y el activismo opositor a una conducción raquítica y en retirada. No quiere que una expresión genuina de esas bases y de ese activismo dirija el gremio.
Su última decisión, que suspende las elecciones de fines de enero, es una nueva soga tirada al medio del río para tratar de salvarla.
En primer lugar porque si la burocracia presenta los padrones con los requisitos que le exigió el Ministerio (que se individualice a cada afiliado con su DNI y la dirección de su lugar de trabajo) queda en pie que la actual conducción y la junta electoral trucha y fraudulenta serían quienes conducirían el proceso electoral.
Y, en la otra variante, si no lo hiciera, serían los funcionarios del Ministerio quienes se convertirían en interventores y dirigirían el sindicato por el tiempo que, en su criterio, demande la organización del acto electoral. En el caso de los petroleros de Santa Cruz este plazo fue de más de un año.
No hay elección democrática posible si no es conducida por los propios trabajadores de Prensa.
Pero, además, el padrón no sólo tiene afiliados que no son trabajadores de prensa sino que no están los que sí lo son. Los miles y miles de compañeros de las empresas que no están afiliados por repudio a la burocracia y porque ésta ha hecho lo imposible para que no se afilien.
No hay elección democrática posible si esos compañeros no forman parte del  padrón y pueden votar.
Este no es el camino que proviene ni provendrá de las resoluciones del Ministerio.
El Ministerio se encamina a establecer él mismo un nuevo cronograma electoral, que incluirá algunos cambios cosméticos al cuadro de fraude alevoso que ha caracterizado a la UTPBA en estas décadas.
Tomada busca digitar un acuerdo por el que la vieja y decrépita burocracia que dirige la UTPBA eche lastre y se garanticen algunas correcciones al andamiaje fraudulento de todas sus elecciones y accionar.
Acorralada la burocracia por la movilización y las conquistas judiciales de la oposición, el Ministerio dio una voltereta  y quiere embretarnos en una "salida normalizadora", que puede ofrecer como zanahoria la posibilidad de conseguir –en un acuerdo tripartito que debe incluir a la propia burocracia-, una minoría en una directiva manejada por los mismos sátrapas de hace décadas.

La Naranja no estará ahí
El Plenario autoconvocado de la prensa escrita, radial y televisiva, por el que tampoco pasó el debate acerca del pedido de intervención, debe debatir el punto y fijar una posición.
Llamamos al Plenario y a las asambleas de base en las empresas que se pronuncien contra la intervención y voten el pliego de condiciones mínimas para una verdadera elección democrática: renuncia de la directiva y la junta electoral, interdicción de todas las cuentas de los burócratas para que vuelvan a trabajar, apertura del padrón a la inclusión inmediata de los trabajadores de las empresas no afiliados sin prescripciones de ningún tipo, elecciones libres, limpias y democráticas, controladas por los propios trabajadores de prensa.
Pero los trabajadores de Prensa necesitamos un sindicato. Creemos que este no es el cuadro que el Ministerio quiere armar. Por esa razón y sin abandonar le pelea contra la burocracia en todos los terrenos y el reclamo de democracia sindical y electoral en nuestros términos, el plenario de delegados debe elegir una junta promotora representativa de todas las fuerzas que lo integran -refrendada en las asambleas de base- para que dé los primeros pasos prácticos para inscribir un nuevo sindicato de los trabajadores de Prensa basado en la democracia sindical, en las decisiones por asamblea y en una clara independencia respecto a las patronales y el Estado.
La Naranja de Prensa