Los trabajadores de prensa de Clarín-AGEA, reunidos en Asamblea, expresamos nuestra profunda preocupación por varias actitudes adoptadas por la empresa en las últimas semanas que enturbian la relación laboral, nos desmotivan profesionalmente y producen desgaste e incertidumbre crecientes
Por un lado exigimos que la empresa cumpla con el doble aguinaldo (BGA, bonificación graciable anual), cuyo pago lleva semanas de demora, sin explicaciones. Se trata de un derecho adquirido, parte plena de nuestro salario. Por lo tanto reclamamos que el total de la suma adeudada a los trabajadores sea cancelada con la próxima liquidación salarial correspondiente a enero.
Tomamos el insólito silencio de la empresa para al menos anunciar que no iba a cumplir con su deuda con los trabajadores como un agravio. Desde los primeros días de enero, la Comisión Interna pidió una y otra vez que la gerencia de Recursos Humanos informara esta demora. Siendo hoy 24 de enero, aún no hay ninguna comunicación oficial al respecto. Clarín-Agea es una empresa de comunicación que no comunica.
Por otro lado, reclamamos que la empresa deje de jugar con el salario de decenas de trabajadores contratados de modo completamente ilegal. Ellos se presentan a trabajar todos los días, tienen una línea telefónica y hasta un e-mail con su nombre, pero no son considerados empleados efectivos; se les exigen facturas y que estén inscriptos como monotributistas. Reclamamos una solución de fondo a esta precarización, a la vez que decimos que Clarín-AGEA no puede maltratar más a este grupo de trabajadores depositando su salario a mitad de mes o hasta con varias semanas de retraso. Retraso que también se ha extendido a los colaboradores eventuales.
Los trabajadores no aceptaremos ser la variable de ajuste ante cada peripecia financiera de la vida empresaria. Hace unas semanas, Clarín-AGEA informó que no cumplirá con un pago de 1.000 pesos adeudado a sus trabajadores desde el Acuerdo Paritario de 2012. Adujo que no tenía dinero para honrar esa deuda. Pero al mismo tiempo, una vez más, avanza hacia costosas reformas edilicias. No entendemos estas constantes contradicciones. No aceptaremos financiar las inversiones de la empresa con nuestro salario. Es ilegal. No corresponde.
Exigimos que de una vez por todas las autoridades de la empresa acepten con naturalidad que los trabajadores de Clarín-AGEA contamos con una Comisión Gremial Interna. A través de ella, hemos manifestado repetidas veces nuestra vocación de diálogo y de aporte. Pero nuestros delegados nunca fueron recibidos por el gerente de Recursos Humanos, Jorge Figueiras. Tampoco recibieron aclaraciones de los máximos responsables periodísticos de la empresa ante las dudas cotidianas que despierta el proceso de convergencia entre redacciones, que amenaza con alterar de modo sustantivo nuestras actuales condiciones de trabajo.
Pedimos que la empresa reflexione y modifique su modo de actuar. No entendemos las razones del silencio, del maltrato. Nos preocupan algunas decisiones arbitrarias que se han tomado en los últimos tiempos. Notamos que en muchas determinaciones predomina una mirada contable, con objetivos financieros de corto plazo, que ignora muchas otras variables clave en un momento de honda transformación del mundo del periodismo y de las comunicaciones.
Ese camino es el peor para construir entre todos las nuevas propuestas superadoras, de cara a los cambios que se acercan.
Asamblea de Trabajadores de prensa de Clarín-AGEA