Por: Luisa María González*
El primer ministro David Cameron ordenó contactar a directivos del periódico The Guardian para presionarlos a destruir información polémica que él prefiere esconder; son las más recientes noticias del Reino Unido, uno de los paladines de la democracia occidental.
Pero la historia no termina ahí. Ante la negativa de la publicación a obedecer, la decisión fue enviar a agentes de la seguridad a hacer el trabajo: eliminar los archivos secretos filtrados por el exanalista de la inteligencia estadounidense Edward Snowden.
"Los estados miembros de la Unión Europea (UE), incluido el Reino Unido, ponen el grito en el cielo cuando algo semejante ocurre en países de otros continentes", alertaron los integrantes del grupo Socialistas y Demócratas del Parlamento Europeo.
Es un escándalo, agregaron, la manera en que las autoridades británicas intimidaron al periódico y violaron los derechos que protegen las libertades de información y expresión.
El pasado 20 de agosto, el editor del diario británico The Guardian, Alan Rusbridger, había denunciado que agentes del Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno (GCHQ) destruyeron los discos duros de las computadoras donde almacenaban las informaciones secretas provistas por Snowden.
Según el periodista, el hecho ocurrió cuando ya habían recibido varias advertencias por parte del Gobierno acerca de la necesidad de destruir los datos.
Hace un tiempo, "fui contactado por un alto oficial que decía representar la posición del primer ministro, David Cameron. A ello le siguieron dos reuniones en las cuales él demandó la devolución o destrucción de todo el material en que estábamos trabajando", explicó.
El diario no obedeció la solicitud, agregó, lo cual suscitó nuevos encuentros con figuras gubernamentales en las cuales la demanda era la misma: entregar toda la información de Snowden o destruirla.
Confirman denuncia: La orden vino de Downing Street
Un día después la denuncia de Rusbridger se confirmó y la fuente fue el propio Gobierno: el primer ministro en persona había ordenado al funcionario de su gabinete Jeremy Heywood ejecutar las acciones que ya conocemos.
Con aire de infalible lord inglés, el vocero de Downing Street -así se conoce la residencia del jefe de gobierno por la calle donde se ubica-, Nick Clegg, explicó al mundo las razones de la intromisión gubernamental en el trabajo de la prensa: la preservación de la seguridad nacional.
Si esas informaciones caen en las manos equivocadas, declaró, podrían significar una amenaza para la seguridad del Reino Unido.
¿Y qué elementos riesgosos contienen los documentos secretos filtrados por Snowden?
En esencia, la manera en que los servicios secretos (NSA) de Estados Unidos operan para vigilar a millones de personas en su país y en el mundo mediante las comunicaciones de teléfono e Internet, para lo cual colaboran con sus pares de otras naciones, principalmente la inteligencia británica.
Desde mediados de junio último, los periódicos The New York Times y The Guardian comenzaron a publicar las informaciones confidenciales filtradas por el exanalista de la NSA, quien poco después debió huir de las autoridades de su país y asilarse en Rusia.
Las revelaciones causaron revuelo mundial, en tanto evidenciaron un asalto a la privacidad ciudadana en niveles que la gente y algunos gobiernos no parecen estar dispuestos a tolerar.
De hecho, recientemente se conoció que la seguridad norteamericana tiene capacidad para espiar más del 75 por ciento de todo el tráfico en Internet en ese país.
Tras las primeras informaciones sobre la cuestión, Washington y Londres, protagonistas del espionaje, se apresuraron a justificar el programa de vigilancia con palabras mágicas: seguridad nacional y lucha contra el terrorismo, como si en el planeta no hubiera ya demasiados conflictos en nombre de esa misma excusa (dígase Irak, Afganistán y Libia, entre otros).
No obstante, los acontecimientos recientes parecen indicar que el Reino Unido decidió poner freno a la ola de descubrimientos sin importar cuán lejos debía llegar.
Arresto e incautaciones en caso Snowden
El periodista de The Guardian que divulgó los documentos de Snowden se llama Glenn Greenwald y su compañero, el brasileño David Miranda, fue detenido de manera sorpresiva el 18 de agosto último en el aeropuerto Heathrow de Londres, cuando hacía escala en un trayecto de Berlín a Rio de Janeiro.
Las autoridades lo mantuvieron retenido por nueve horas en las cuales lo interrogaron, amenazaron y le incautaron todos los dispositivos electrónicos que llevaba consigo.
Un día después Miranda denunció la ilegalidad de su detención, posición que el gobierno de Brasil apoya y así lo expresa públicamente en pronunciamientos diplomáticos. En este sentido, los senadores del país suramericano exigieron explicaciones por la acción que calificaron de injustificada a partir de la ausencia de evidencias concretas contra el joven.
Por su parte, la policía defendió sus procedimientos y aseguró que estaban basados, una vez más, en las leyes de lucha contra el terrorismo, pues Miranda podría llevar consigo datos potencialmente útiles para los terroristas.
Más tarde, la ministra británica de Interior, Theresa May, declaró conocer de antemano que las autoridades policiales detendrían al brasileño, y aseguró apoyar totalmente esta decisión.
En resumen, lo sucedido deja pocas dudas acerca de dos cuestiones: primero, el Reino Unido ha realizado actos extremos dirigidos a impedir la continuidad de las polémicas revelaciones de Snowden; segundo, todo ha transcurrido con la anuencia, e incluso bajo las órdenes, de los más altos dirigentes del Gobierno del país.
"Las medidas tomadas por las autoridades británicas en torno a The Guardian están fuera de sintonía con los postulados de ese país sobre los derechos humanos universales, incluida el área de los medios de comunicación, la protección de los derechos de periodistas y la vida privada", observó al respecto el portavoz de la cancillería rusa, Alexander Lukashevich.
Estamos en la era de Internet
Para el editor Rusbridger los hechos recientes constituyen un indicio de un peligro al acecho: la profesión periodística puede enfrentar en el futuro grandes complicaciones para su funcionamiento, derivadas del gran aparato de vigilancia articulado por el Estado.
"No estamos en ese punto, pero puede no pasar mucho tiempo antes de que sea imposible para los periodistas tener fuentes confidenciales. La información, de hecho, la vida humana en 2013, deja ya demasiada huella digital", señaló.
Pero esa moneda tiene otra cara: en la era de las nuevas tecnologías, aunque alguien borre o incaute información, nunca podrá quedar con la certeza total de que no existan otras copias.
Al referirse al asunto, el presidente de los socialistas y demócratas del Europarlamento, Hannes Swoboda, consideró que la destrucción de los archivos de The Guardian fue apenas un acto simbólico, pues se sabe que hay copias de la información en otros lugares.
Por su parte, Rusbridger vaticinó que continuarán pacientemente haciendo su trabajo: "seguirán las revelaciones, aunque ya no sean desde Londres".
*Periodista de la redacción Europa
Fuente: Prensa Latina
'The Guardian' se alía con 'The New York Times' para informar sobre el espionaje
Tras revelar nuevos datos sobre los servicios de espionaje de EEUU -en este caso, sobre la relación del Gobierno y los gigantes de Internet-, 'The Guardian' ha anunciado haber llegado un acuerdo con 'The New York Times' (NYT) para seguir informando sobre los documentos que filtró Edward Snowden
Tal y como ha anunciado, permitirá que el diario estadounidense acceda a los informes de la NSA que actualmente se encuentran en posesión de la publicación británica.
"El acuerdo se ha llevado a cabo después de que 'The Guardian' se haya enfrentado a varias peticiones del Gobierno para que entregue los archivos", explican en una breve nota publicada en su página web.
Y subrayan "el clima de intensa presión" como detonante clave para decidir trabajar "junto al NYT y otras cabeceras" en este tema.
En este sentido, el diario recalca que en América los periodistas "están protegidos por la primera enmienda, que garantiza la libertad de expresión y que, en la práctica, previene las peticiones pre publicación".
El objetivo final, por tanto, es que ambos diarios puedan seguir sacando a la luz los documentos sobre la existencia de un espionaje masivo. "Snowden está al día de este acuerdo", aclaran.
No es la primera vez que estos periódicos se asocian. Ya hicieron lo propio, por ejemplo, en 2012 cuando se unieron también a Der Spiegel para trabajar en los documentos publicados por Wikileaks sobre la diplomacia y las técnicas militares de EEUU.
Fuente: Diario El Mundo
"The Guardian": NSA pagó millones a empresas de Internet
El diario británico The Guardian presentó por primera vez pruebas de la implicación de grandes empresas de computación y de Internet en el espionaje de datos por parte del servicio secreto estadounidense NSA
El rotativo publicó copias de documentos originales de la NSA (Agencia Nacional de Seguridad estadounidense) que corroboran la participación de empresas como Yahoo, Facebook y Google en el programa de espionaje Prism.
Según el periódico, esas empresas recibieron millones de dólares a cambio de su cooperación con el servicio secreto.
Los documentos publicados, reunidos por el ex técnico de la NSA Edward Snowden, tratan, entre otros aspectos, de las consecuencias de un fallo jurídico estadounidense de 2011 que ponía trabas a las actividades de los espías de la NSA y exigía rediseñar la cooperación con las empresas de Internet.
Un portavoz de Google reiteró en declaraciones a dpa que esta empresa nunca ha colaborado con la NSA: "No hemos participado en Prism ni en ningún otro programa de vigilancia del gobierno". Por su parte, Facebook aseguró que nunca ha recibido una compensación económica por su supuesta participación en un programa de vigilancia. Facebook, en cambio, reconoció haber participado en el programa Prism.
De acuerdo con la legislación estadounidense, las empresas tienen que ser indemnizadas cuando son obligadas a colaborar con el gobierno. Yahoo ha reclamado el pago de esa compensación.
El viernes, el diario británico The Independent había revelado que el servicio secreto británico GCHQ opera una base de espionaje en Cercano Oriente y que intercepta casi todo el tráfico de datos en la región.
El periódico no reveló, sin embargo, el lugar donde se encuentra la base de espionaje. Snowden, quien consiguió asilo político en Rusia, aseguró que nunca ha colaborado con The Independen".
El ex informático de la NSA acusó al gobierno británico de haber difundido intencionalmente la información para poder acusar a los medios de una falta de responsabilidad.
"El gobierno está haciendo lo mismo por lo que se acusaría a cualquier persona privada de un acto criminal", señala la declaración de Snowden. Supuestamente, las informaciones sobre la existencia de una base de espionaje en Cercano Oriente fueron uno de los principales motivos por los que el primer ministro británico, David Cameron, ordenó ejercer presión sobre The Guardian y destruir discos duros en el sotáno del periódico. Sin embargo, el diario dijo tener copias de seguridad de los discos duros.
Según el gobierno británico, la base de espionaje es un elemento importante en la "guerra contra el terrorismo" y funciona como un sistema de alerta temprana sobre posibles atentados.
Fuente: Agencia DPA