Sentarse junto a los hijos a ver televisión, jugar con ellos a la playstation o en la computadora permite a los adultos intervenir en el mensaje de los medios y direccionarlo de modo de generar espectadores críticos, sacó como conclusión la comunicadora e investigadora del CoNICET, Carolina Duek
"El problema no es si los niños miran televisión o no, el tema es si lo hacen solos todo el tiempo", indicó Duek, investigadora de CoNICET, docente de la Universidad de Buenos Aires y autora del reciente libro "Infancias entre pantallas".
Según la especialista, "no podemos dejar a los chicos solos frente a los medios, hay que acompañarlos porque de esa manera vamos construyendo categorías de análisis que les permitirán ser espectadores críticos".
"Esto que desde las ciencias sociales llamamos `contextos de recepción´ implica que los códigos y las estructuras con que ese niño crece van a condicionar la forma en la que mira y consume medios", describió.
Y, haciendo uso de su condición de comunicadora, tradujo el concepto en un sencillo ejemplo: "si uno está mirando un programa y al lado hay alguien que nos dice que eso es una pavada, o que está buenísimo, o se burla, todas esas observaciones van a modificar nuestra percepción".
"Pero, además, si uno se sienta con su hijo/a un rato a ver televisión va a notar que surgen mil preguntas. El tema es que esas preguntas están siempre, por eso es importante que los adultos estén allí para responder", indicó.
Luego de una exhaustiva investigación bibliográfica y de campo, la autora de "Infancias..." concluyó que "los niños de ahora no son genios de la tecnología, ni tampoco son víctimas de los medios; son sujetos que nacen en un contexto, se crían y desarrollan sus capacidades y recursos en funcion a ese entorno".
"Una frase que se repite hasta el hartazgo es `los pibes vienen con el mouse abajo el brazo´. Esto es falso, no hay ningún tipo de evidencia científica que demuestre algo semejante, sólo nacen en un contexto que los organiza", sostuvo.
Duek aseguró que "estas afirmaciones buscan simplificar responsabilidades, si los niños a los dos años saben usar una compu es porque ven a sus padres hacerlo".
En el desarrollo del libro la autora realiza, además, un análisis minucioso, sobre todo de programas infantiles, en los que advierte representaciones de un mundo sin conflictos a la vez que, en varios de éstos, se coloca a los chicos en situaciones de adultos, particularmente en lo concerniente a la toma de decisiones.
Por otra parte, la investigadora detalló que "desde los medios la oferta es cada vez más segmentada, entonces los programas, los juegos e incluso los productos son dirigidos por sexo, edad, intereses, etc".
"Esto hace que la idea de la familia mirando junto la tele tienda a ser cada vez más rara y que muchísimas casas cuenten con más de una televisión y más de una computadora", detalló.
Y añadió: "También hay que decir que los adultos no pueden tener expectativas sobre sus hijos que ellos mismos no puedan alcanzar".
A modo de ejemplo, la comunicadora mencionó el caso de una madre que se quejaba de que su hija no leía pero al hacer una observación de la casa surgió que "no había ni un libro, ni diario ni revista, entonces, si pretendemos que los chicos lean deberían vernos al menos ojear un escrito".
"Esto que parece una obviedad uno lo tiene que marcar, porque si un chico crece en una casa donde se miran programas con mujeres desnudas bailando eso va a condicionar sus estructuras -señaló- entonces deberíamos primero revisar nuestras prácticas antes de decir `los chicos miran tele todo el día´".
Duek indicó que "si este acompañamiento se realiza desde que los chicos son pequeños, éstos van creciendo en un contexto de confianza e intercambio con los adultos, entonces cuando son adolescentes no es necesario estar revisando la computadora cuando se duermen porque existe un vínculo ya establecido".
Fuente: Sala de Prensa