domingo, 4 de noviembre de 2012

Jaime Serra, el Infografista: "De la crisis se sale con buen periodismo"

Jaime Serra fue reconocido como el infografista más influyente de los últimos 20 años. Creador del área de arte de numerosos diarios, en diálogo con Señales analiza la actualidad de los medios gráficos
Por: Lisy Smiles, lisy@lacapital.com.ar
El curriculum de Jaime Serra impresiona (ver aparte). Periodista, columnista y artista multidisciplinar, ha recibido más de un centenar de premios y asesorado a numerosos medios de Latinoamérica y Europa en las áreas de infografía. Es, sin duda, un referente mundial en infografía periodística. De hecho, en marzo de este año, el capítulo español de la Society for News Design (SND-E) lo reconoció como el infografista más influyente de los últimos 20 años. Actualmente, Serra es jefe del departamento de infografía y arte de La Vanguardia en Barcelona y sorprende con su columna dominical. Lo cierto es que él prefiere definirse como un comunicador, "sólo eso —dice—, me interesa comunicar, provocar una reflexión en el lector". Serra es un provocador.
Sus columnas dominicales sorprenden. Ya el sólo hecho de pensar infografías con un formato de columna es algo inquietante. A ello se suma su particular mirada y su profesionalismo, hoy placenteramente mezclado con la subjetividad. Explora. Serra busca los límites, los cruza o se para sobre ellos, mira para atrás y para adelante. Y desde ese lugar, mínimo, busca qué contar y cómo contarlo. Periodismo.
Nació en Lleida, en 1964. En diálogo con Señales dice que llegó a la infografía por casualidad. "Por entonces no existía internet", comenta con una sonrisa cargada de ironía. "Porque nosotros somos de la generación que hizo periodismo cuando no existía internet; parece que fue hace mucho tiempo, pero no ocurrió hace tanto", explica.
Por entonces, un par de veces por semana, llegaba a la redacción de un diario catalán con sus dibujos. Era ilustrador. "Una vez que me dijeron «Jaime, ¿no conocerás algún infografista? » y yo le dije «¿De qué me estás hablando?». Era el director de arte, y me explicó un poco. No me pareció para nada interesante, pero tenían una Mac Plus, y yo tenía en claro que quería aprender a usar el ordenador para dibujar. Y le respondí: «Yo soy tu persona» y el resto fue engancharse. Inventamos una época muy bonita, porque creamos un poco esa profesión. Copiábamos y recreábamos los snapshots del USA Today, después decidimos que eso no funcionaba bien y buscamos otras formas", recuerda ahora el multipremiado Serra, minutos antes de dar una conferencia en el Centro Cultural Parque España, organizada para el ciclo Hacer Diseño Hoy de la Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño y auspiciada por Fundación La Capital.
El tipo se ubica en la cabecera de una mesa y desde allí contesta no sin sorpresa algunas preguntas. Es alto, su mirada muestra interés, curiosidad. No responde en forma automática. Es como si moldeara las respuestas (¿las dibujará?).
Algo sobre la historia de la infografía es una pregunta típica. Y la contesta.
"La infografía es un lenguaje que viene casi con el individuo, explicar cosas con dibujos —apunta—. Muchos pintores eran en realidad cronistas de la época, eran también fotógrafos; incluso, los modelos de infografías más parecidos a los actuales que incorporan textos son también algo muy antiguo. Leonardo, Copérnico, las hacían. Es que la infografía es una forma de explicarnos cuestiones entre nosotros, todo el mundo ha hecho algún gráfico. Te invito a comer a mi casa, nunca viniste, te hago un gráfico para que te guíes, puedes estacionar aquí, ten cuidado con esta esquina... el dibujo con apoyo de textos, todo el mundo lo hace. Otra cosa es la acepción más moderna de la infografía periodística".

¿Cuándo logra su lugar la infografía periodística?
Como ocurre con muchas cosas, de la mano de la tecnología, cuando aparecen los ordenadores que te permiten producirla. En el Times Magazine, New York Times o Newsweek y probablemente si miráramos la hemeroteca en La Capital, también. Igual, yo recuerdo el Daily Courant (N. R.:el primer periódico de publicación diaria de la historia, fundado en marzo de 1702, en Londres), a dos meses de haber salido, tenía en el número 60 un gráfico a doble página. Hay dos acontecimientos clave, la aparición del USA Today (fundado en septiembre de 1982), que apuesta por un diario más visual, y eso incluye la infografía, época en que todavía no existen las Macintosh (N.R.:el primer modelo comercializado por Apple surge en enero de 1984), y poco después con la aparición de las Macintosh que te permiten crear los gráficos con la velocidad que demandan los diarios. Y ese es el punto de partida. Luego, algunos acontecimientos: la Guerra del Golfo, la primera de todas, que es como la prueba de fuego, un acontecimiento donde no hay fotos. Es una guerra a distancia, con misiles, las imágenes que había eran como una pantalla negra con una línea que era el misil. La infografía funcionó ahí como un recurso para resolver esa ausencia informativa, se hicieron muchas barbaridades, pero fue un campo para aprender mucho.

Sobre vos se dice que experimentás con y en los límites de la información gráfica....
Se podría decir, ¿no? La información gráfica es tanto una fotografía como un gráfico y también la composición de una página, y los límites... hay un montón de límites, sobre todo si nos atenemos a las convenciones, si te acercas a romper las convenciones te acercas al límite. Por lo que los límites varían de un lugar a otro, de una cultura a otra, de un diario a otro. Yo creo que sí, es un poco cierto esto de andar siempre por los límites, es que sino me aburro, aprender a manejar algo y llevarlo al límite y experimentar hasta dónde podemos revolucionar, mejorarlo. Ahora creo que estoy probando y experimentando más con la subjetividad, que es un tema muy límite. La información en los diarios se supone que es objetiva, yo estoy un poco cansado de eso. Eso de objetividad es un poco una panacea, ¿por qué no apostar por la subjetividad, proponiéndole al lector nuevas formas de abordar la información?

Creo que el arte o algunos recursos que aporta la literatura aplicados en la prensa gráfica son herramientas que corroen algunas de esas convenciones.
Sí, sin dudas. Subjetividad y arte se acercan pero hay que cuidar el contenido, no sólo la forma de explicarlo sino qué estás explicando o cómo. La parte de subjetividad es la parte que puede innovar y mover más las cosas. Igual me parece un poco raro hablar de arte e infografía. Si hablamos de infografía periodística es un poco contradictorio.
Pero mucho de lo que vos hacés juega con ese límite, de hecho algunas de tus infografías se transformaron en piezas de arte, fueron y son expuestas en galerías o museos...
Fíjate que yo no sé qué estoy haciendo ahora, estoy un poco en crisis. Es decir, a mí siempre me molestaba, incluso me caía mal, cuando alguien me decía "pero eso que tu haces es arte". Soy periodista, hago periodismo, no entiendo qué hace una persona que quiere hacer arte en un diario. Los fotógrafos cuando te dicen "porque la luz...", pues yo les contesto: "Pero de qué me estás hablando, ¿tenemos la información, el momento, explica el suceso?". Lo veía así. Ya no lo tengo tan claro. O sea, ¿hay espacio en un diario para formas de comunicación más cercanas a lo artístico, filoperiodísticas? Eso es lo que me tiene ahora más inquieto. Yo hace años vengo publicando unas columnas muy particulares en el diario y bueno, no sé. De hecho, en un encuentro reciente me preguntaron "¿si fueras el dueño del diario las publicarías?". Y me pillaron un poco, pues no lo sé.

Vos decís que estás en crisis, es probable  pero lo cierto es que los medios o cierta forma de presentar las noticias, al menos en los diarios, están en crisis. Vos mismo has dicho que "estalla lo masivo". Inclusive está en duda quién es el sujeto que definirá el cambio. No se sabe, los periodistas, los dueños de los medios, las audiencias, los lectores. Ahí está el valor de la subjetividad, de piezas innovadoras, de estar en el límite.
Sí, claro, estamos en una crisis profunda que pareciera que tiene que ver con la tecnología, el soporte, pero en realidad no es así. O en todo caso a partir de esa crisis tecnológica se juegan otras, muchas, que nos han llevado a plantearnos cuál es la información que les damos a los lectores, de ahí tendría sentido buscar nuevas fórmulas, quizá para enterarme sobre sucesos concretos no recurra al papel sino que vaya a internet.

Claro, la información más dura el lector la tiene, en muchos casos, antes que la edición papel del diario.
Mientras en un diario se está discutiendo la edición de mañana, el lector ya tiene la información. Ese lector, entonces, lo que espera y en cierta medida exige es cuál será el valor agregado. Desde ese punto de vista, es una oportunidad para revalorizar algunas piezas que aparecieron en la historia del periodismo gráfico como accesorias. La infografía podría ser entonces revalorizada. La infografía vivía hasta hoy una cierta meseta. Creo que puede ser un nuevo despegue y en particular en los diarios porque no veo que sus posibilidades exploten en el plano digital. No soy muy optimista respecto de la infografía en soporte digital.

Volver al futuro
Mientras Serra habla juega con sus manos. Y cada tanto vuelve a mirar una reproducción de una obra de otro Jaime Serra que lo esperaba sobre la mesa en la sala donde se hizo la entrevista. El otro Serra ("mi pariente", bromeó) es también catalán y en cierta medida un antecesor suyo. Una obra de este pintor gótico del siglo XIV es patrimonio del Museo del Prado. Se trata de un altar llamado Historias de María Magdalena. Allí, una sucesión de imágenes explica la pasión de María Magdalena. La vuelve a mirar y dice. "Pero, ¡me ganó de mano!". La dobla y guarda en una agenda y pide más preguntas.

¿Cuál es tu visión, entonces, sobre el lugar que hoy puede ocupar la infografía en los diarios?
La infografía en sí misma nace como un valor agregado, sigue siéndolo hoy. Sabemos que puede haber un diario sin infografía, creo que no pasaría nada, pero no puede existir un diario sin textos. Sigue siendo un valor añadido y es cierto que los valores añadidos son cada vez más importantes porque sino me voy a buscar la información a otro lugar. Yo creo que hoy por hoy lo que es preocupante es la calidad de los textos. No sé en Argentina pero en España seguro son peores, hasta límites realmente escandalosos, faltas de ortografía, malas construcciones en las oraciones, fuentes mal chequeadas.

Y para muchos la tecnología tiene la culpa.
Para mí la verdadera crisis del periodismo no es la cuestión tecnológica, la tecnología siempre jugó a favor. Puede ser una crisis en relación a la tecnología pero en sentido positivo, es decir estamos en un proceso de cambio, no sabemos dónde iremos a parar, en fin, pero encontraremos la manera. Seguro que terminaremos teniendo más posibilidades que antes, de hecho la tecnología hoy nos brinda un momento excepcional para informar, Pero quizás no es lo mejor para el negocio y esa es la cuestión. Cuando hace 25 años yo empecé a trabajar en periodismo el fin principal era hacer periodismo y como resultado de eso podías hacer algo de dinero. Ahora no es así, el fin primero es hacer dinero, y así no se puede hacer buen periodismo. Yo creo que el problema principal y la manera de salir de la crisis es hacer buen periodismo. Porque sino prefiero directamente leer el diario gratuito o voy a internet. También hay una perversión en el debate papel versus internet, porque en realidad el debate es pagado o gratis. La calidad no puede ser gratis, no sé quién la tiene que pagar, no digo que el lector, pero alguien tiene que pagar la calidad. Hay que volver a pensar que el diario tiene que ocupar un lugar en la sociedad. Claro, con eso puedes hacer dinero, pero como negocio te conviene invertir en bolsa.

Curiosos en la redacción
Siete trabajadores integran el departamento de Infografía que Serra dirige en La Vanguardia. La mayoría se formó en el diseño gráfico. "Pero son periodistas", aclara El Jefe.
"No hay carrera de infografistas —dice Serra—, podría ser que los periodistas aprendan diseño gráfico, pero en general no se da. Vienen del diseño gráfico y aprenden periodismo en las redacciones. Esa para mí es la mejor manera de aprender. No sé acá, pero en España las carreras de periodismo no forman muy bien para el trabajo concreto. Antes había tipos en las redacciones que venían de distintas disciplinas, un economista, otro que venía de filosofía y letras. Era muy divertido".
Y se arriesga y define qué es ser periodista. "Por lo pronto, un tipo curioso. ¿La curiosidad se enseña? Yo cuando he tenido que armar un departamento de infografía echaba mano de los estudiantes y veía en terreno si servían o no. Ahora no tengo esa posibilidad porque lo que veo es la antítesis de la curiosidad. Llegan con cinco años de estudiar periodismo pero no hay una actitud periodística. «Dime qué hago» es una de las frases que más se escucha en las redacciones de hoy".
Serra es columnista y redactor jefe adjunto a la dirección de La Vanguardia (Barcelona, España), desde octubre del 2007. Dirigió el departamento de infografía de El Periódico de Catalunya (1989-1995). Creó y dirigió el área de infografia de Clarín (1995-2001), tuvo a su cargo el arte del Diario Expreso (Ecuador, 2001) y comandó el rediseño y reestructuración de la redacción del diario La República (Perú). Creador del manual de estilo de infografía de numerosos diarios, asesoró a otros tantos en periodismo visual. Dictó conferencias en universidades de Estados Unidos, España, Argentina y Cuba. Sus trabajos fueron reconocidos con más de un centenar de premios. Serra es un tipo curioso.
Infografía de autor Por: Juan Carlos Escobar, cultura@lacapital.com.ar Hace pocos días Jaime Serra dio en Rosario una charla basada en la lectura de doce de las columnas dominicales que publica en La Vanguardia. Son textos e imágenes que con razón o sin ella despliegan una idea, una narración o un retazo de algún juego visual. Algunas son la representación gráfica de algo cotidiano, a veces superficial, como un "mapa" de su recorrido por Estados Unidos hecho con cenizas de sus cigarrillos. Otras son relatos armados a partir de pequeñas imágenes, como una sucesión de fotos de decenas de mensajes de texto de un celular. Todas son muy personales. Antes ya había jugado a hacer unos gráficos con "contenido informativo inventado", que, a la manera de bestiario, le propusieron realizar. Allí Serra hizo, entre otros, "La vida como una muñeca inflable". En estos casos, como en tantos otros, lo que hizo fue llamar la atención, no pasar desapercibido.
Serra es un viejo conocido de la Argentina. En los 90, cuando la infografía periodística era incipiente en nuestro país, los diarios contrataron a españoles para formar sus respectivas secciones: Tomás Ondarra en La Nación y Jaime Serra en Clarín. Fue una etapa en la que todo era muy nuevo y el ensayo y error aportaron muchos más logros que desaciertos.
Para Serra fueron los años en que en la revista dominical logró incluir una novedosa sección que simplemente se llamó Infografía, de tema libre, e independiente de los artículos periodísticos. Eran casi siempre dobles páginas donde se publicaron algunos de los mejores y premiados trabajos de entonces.
Serra se dio el gusto de jugar con diversos materiales y técnicas. Un gráfico sobre el cultivo de la yerba mate coloreado con agua de esa infusión, un plano de las calles de los cuentos de Borges trazado con birome, o fotocopias y recortes de papel para armar estadísticas fueron algunas de las tantas experimentaciones visuales. De esa etapa también es un multipremiado gráfico sobre el beso, con la estatua de Rodin como imagen dominante.
Pero fue una doble página sobre la ballena franca austral la que le valió más de un reconocimiento, el último hace pocos meses, cuando en marzo sus pares lo eligieron como el mejor gráfico de los últimos 20 años y a su autor como el más influyente de ese período. Fue el resultado de una investigación que incluyó una semana en península Valdés más varios días de trabajo en su casa. Se decidió a armarlo, en una época donde se imponía la computadora, a partir de una ilustración central dibujada a mano, llena de datos y detalles.
Hoy, a muchos años de dejar el país, y luego de crear una consultora y reformular los departamentos de infografía de diarios como The Independent o el Corriere della Sera, se "asentó" (es sólo una manera de decir) en La Vanguardia. Allí, además de armar sus ensayos dominicales, sigue buscando la originalidad a manera de desafío, en gráficos que llevan su impronta y su arte. Tan personales como sus columnas.
Fuente: Diario La Capital