domingo, 29 de abril de 2012

¿Por qué Daniel Hadad vendió sus medios?

Una predicción de Einstein fue que, si las abejas desaparecieran del planeta, a la humanidad sólo le quedarían cuatro años de vida. Sin las abejas no se polinizarían muchos frutos, y así plantas, animales y hombres irían desapareciendo progresivamente en cadena. ¿Pasaría lo mismo con la democracia si ya no quedaran más periodistas al frente de los medios de comunicación?
No se trata de que los periodistas sean buenas personas –como en cualquier actividad, hay periodistas que merecen todo tipo de condenas– sino de que, por su naturaleza y su lógica profesional, aun defectuosamente hacen las cosas de una manera diferente a un empresario tradicional o un funcionario del Estado, pudiendo cumplir una función especial dentro del ecosistema político.
La acumulación de Moneta, Garfunkel, Szpolski, los dueños de Electroingeniería, Olmos y ahora Cristóbal López al frente de medios de comunicación produce una transformación sugestiva. Pero si alguien compra es porque alguien vende, y –al igual que en el tema de la Ley de Medios o la nacionalización de la mayoría de YPF– no se trata de una confrontación entre buenos y malos.
Por qué vendió Hadad. Habría que comenzar por el principio de parsimonia del filósofo medieval Guillermo de Ockham: “Cuando dos teorías en igualdad de condiciones tienen las mismas consecuencias, la teoría más simple tiene más probabilidades de ser correcta que la compleja”. En este caso, comenzar por lo más simple es tener en cuenta lo que siempre pasa cuando alguien vende: no gana plata y/o prevé que no va a ganar. A pesar de haber logrado en poco tiempo convertirse en el segundo canal de noticias más visto del país y con una audiencia mucho más calificada que las del tercero, el cuarto y el quinto canal de noticias, C5N no logra ser rentable contando incluso con la enorme “capacidad comercial” de Hadad, que haciendo malabarismos consigue publicidad oficial simultáneamente del Gobierno nacional, de Macri y de Scioli.
Es que competir con TN es muy difícil. Primero, porque lleva años de liderazgo y audiencia fidelizada. Segundo, porque está en la preferencial ubicación entre Telefe y El Trece. Y tercero, porque cuenta con recursos económicos imposibles para cualquier otro, ya que divide sus costos de producción con los de los noticieros de El Trece.
Crónica TV, Canal 26 y América 24 se conforman con cautivar a públicos menos exigentes que los de TN y C5N, y por eso requieren menos inversión. América 24 también divide sus costos con los noticieros de América, pero además tanto los dueños de América como los de Canal 26 cuentan con ganancias que les dejan sus empresas de televisión por cable, las mayores del país después de Cablevisión/Multicanal de Clarín. De Crónica TV se puede decir que todavía le quedan algunas de las ventajas de haber sido el primero de todos los canales de noticias (especialmente en el interior) y de ofrecer una temática más popular, pero aun así es probable que esté contando con ayuda de terceros para sobrevivir.
¿Por qué los canales de noticias pierden dinero en la Argentina? Porque hay muchos más de los que el mercado puede sostener con publicidad genuina. En Estados Unidos hay sólo tres canales de noticias, en Brasil sólo dos, en Chile sólo uno, y en España hasta tuvo que cerrar la CNN/Canal Plus, una sociedad entre CNN y el diario El País, nada menos. Y la respuesta a por qué hay tantos canales de noticias en la Argentina es porque no se sustentan con publicidad genuina.
La aparición de la publicidad no genuina tiene una doble incidencia negativa en el ecosistema periodístico clásico. No sólo fabrica medios artificialmente, sino que les hace la vida más difícil a los medios normales canibalizándoles parte de sus audiencias y sus anunciantes comerciales tradicionales, a los que no pocas veces el Gobierno aprieta para que contribuyan con una forma de impuesto revolucionario publicitando en los medios afines.
Hadad gana dinero con las radios, pero éstas son un negocio más pequeño que la televisión y no dejan lo suficiente como para sostener las pérdidas de C5N. Además, tampoco a Hadad le gusta perder su propio dinero, por lo que en los últimos años fue sumando socios minoritarios a los que les vendía una parte de su empresa para con ese aporte solventar las pérdidas. Los dueños de la minoría a los que ya les había vendido son varios (se habla de Werthein, Brito, Eurnekian, Montoto, Eskenazi, el propio Cristóbal López y Colella, el ex CEO de Yabrán), de modo que sus influencias estarían atomizadas y muy diluidas.
Una cosa es la causa y otra la oportunidad; o sea: ¿por qué ahora? Por varias razones. Primero, porque para seguir invirtiendo en C5N ya había vendido el 45% del total de las acciones y si seguía con ese método, perdería la mayoría del 55% que le vendió a Cristóbal López y que asegura el control de la empresa.
También porque el escenario político y económico le anticipa múltiples problemas:
1) La inflación hace que los costos sigan aumentando más que las ventas, y las empresas perderán rentabilidad en los próximos años. Si era difícil mantener C5N en los años del boom de consumo, más difícil será cuando se frene.
2) La baja en sólo tres semanas del 11% del valor de todas las acciones de las empresas que cotizan en bolsa es una señal de que hay quienes suponen que habrá en el mediano plazo algún cimbronazo en la economía argentina, y que es mejor vender ahora y guardar los dólares para recomprar más barato dentro de algunos años, cuando haya otro clima político y económico.
3) Antes de fin de año se haría plenamente aplicable la Ley de Medios, obligando a desinvertir a aquellos que tienen más licencias de lo permitido; Hadad debía desprenderse de dos.
4) En el Congreso se presentó un proyecto de ley que grava con el impuesto a las ganancias la compra y la venta de acciones, que actualmente están desgravadas. Al no poderse corregir los balances por inflación, los patrimonios netos de las empresas quedaron totalmente desactualizados, y lo que se cobre por la venta de las acciones de una empresa puede llegar a ser considerado todo ganancia para el fisco. Si Hadad vendiera después de aprobarse esa ley, el 35% de lo cobrado se lo llevaría la AFIP.
5) La profundización del modelo kirchnerista que rompe alianzas del pasado y eyecta a un tibio por semana le impediría a Hadad mantener la cuota de mínima neutralidad con la que ha venido haciendo equilibrio. El levantamiento del programa de Longobardi mientras hablaba Alberto Fernández fue una señal.
Hadad ya no podría apoyar al Gobierno nacional y simultáneamente al de la Ciudad y al de la Provincia, y además seguir sin atacar a los opositores y críticos, si quiere continuar recibiendo publicidad oficial. Cuando pidió disculpas por el levantamiento del programa de Longobardi, lo que dijo fue premonitorio: “Lo valioso de este antecedente que tuvimos anoche es que estamos todos atentos y alertas, y ninguno de nosotros quiere ningún tipo de censura; y con mayúscula lo digo: el día que Alberto Fernández esté censurado en algunos de los medios que tengo el gusto de dirigir, ese día preferiría no trabajar más en esta profesión”.
Por qué compró López. Comentan que Cristóbal López dice abiertamente que compró para tener defensa cuando vayan por él, como fueron por los Eskenazi. Otros sostienen que es para obtener del Gobierno más negocios. En cualquiera de los casos, no habría comprado para ganar dinero con los medios y reinvertir en ellos. Pobres medios si son medios para otros fines.
Fuente: Diario Perfil