jueves, 6 de octubre de 2011

Clarín se queda con la presidencia y vicepresidencia de AdEPA

Carlos Jornet es el nuevo presidente de AdEPA
La renovación parcial de la conducción de AdEPA constituyó el último acto de la 49 Asamblea General Ordinaria de la entidad, tras dos días de deliberaciones en la Capital Federal para analizar la situación de la libertad de expresión del país y asuntos relativos a la industria periodística.
Carlos Jornet (La Voz del Interior, Córdoba) fue electo hoy presidente de la Asociación de Entidades Periodisticas Argentinas (AdEPA) para el período 2011/2012 y será secundado por Martín Etchevers (Clarín) y Alfredo Ronchetti (El Tiempo, Azul) como vicepresidentes primero y segundo respectivamente, y Carlos Rago (La Nueva Provincia, Bahía Blanca) como secretario general.
La presidencia del Comité Estratégico de la entidad recayó en José Claudio Escribano (La Nación) y la vicepresidencia, en Carlos García Morato (Editorial Perfil).
En tanto, la Comisión de Libertad de Prensa e Información de AdEPA será presidida por Daniel Dessein (La Gaceta, Tucumán) con la vicepresidencia de Guillermo Ignacio (Ecos Diarios; Necochea)
A continuación la nómina completa de la nueva conducción de la entidad representativa de la prensa argentina:
Concejo Ejecutivo de AdEPA 2011-2012
Presidente: Carlos Jornet (La Voz del Interior, Córdoba)
Vicepresidente 1º: Martín Etchevers (Clarín, Buenos Aires)
Vicepresidente 2º: Alfredo Ronchetti (El Tiempo, Azul)
Secretario General: Carlos Rago (La Nueva Provincia, Bahía Blanca)
Secretario de Organización: Sebastián Etchevehere (El Diario, Paraná)
Secretario de Relaciones: Carlos Besanson (Diario del Viajero, Buenos Aires)
Secretario de Actas: Jorge Brinsek (Productora de Servicios Periodísticos, Bs. As.)
Tesorero: Julio Botta (El Popular, Olavarría)
Protesorera: Elsa Courtet (El Argentino, Gualeguaychú)

Vocales titulares
1º Guillermo Ignacio (Ecos Diarios, Necochea)
2º Arturo Guardiola (Los Andes, Mendoza)
3º Víctor Cabreros (La Mañana, Bolívar)
4º Hugo Beaín (El Fénix, Benito Juárez)
5º Luis H. Tarsitano (El Tribuno, Salta)
6º Roberto Suárez (Jornada, Mendoza)

Vocales suplentes
1º José Claudio Escribano (La Nación, Buenos Aires)
2º Carlos García Morato (Editorial Perfil, Buenos Aires)
3º Gustavo Ick (El Liberal, Santiago del Estero)
4º Néstor Balián (Nueva Epoca, Wilde)
5º Rogelio Rotonda (El Eco de Tandil, Tandil)
6º Augusto Zamarripa (Resumen, Pilar)

Comité Estratégico
Presidente: José Claudio Escribano (La Nación, Buenos Aires)
Vicepresidente: Carlos García Morato (Editorial Perfil, Buenos Aires)
Comisión de Libertad de Prensa e Información
Presidente: Daniel Dessein (La Gaceta, Tucumán)
Vicepresidente: Guillermo Ignacio (Ecos Diarios, Necochea)

Comisión de Asuntos Económicos y Resoluciones
Presidente: Miguel Gaíta (La Palabra, Berazategui)

Centro Técnico “Luis A. Pérez”
Presidente: Sebastián Borda (La Mañana, 25 de Mayo)

Comisión de Premios “Federico C. Massot”
Presidente: Carlos Rago (La Nueva Provincia, Bahía Blanca)

Comisión de Difusión
Presidente: Luis H. Tarsitano (El Tribuno, Salta)

Comisión de Socios
Presidente: Néstor Balián (Nueva Epoca, Wilde)

Prensa más libre, para una sociedad más libre. Voces plurales, para una sociedad plural
A continuación, consignamos en forma textual las conclusiones del informe que brindó, durante la 49a. Asamblea anual de AdEPA, el vicepresidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información, Guillermo Ignacio
Lejos de disiparse, las sombras que en los últimos años se proyectan sobre la libertad de prensa en la Argentina han adquirido nuevas y peligrosas formas, que apuntan a la consagración de un discurso único y al sistemático debilitamiento de la crítica y el disenso como elementos centrales del debate democrático. Porque pese a que formalmente todavía se puede decir lo que se piensa, quien lo hace queda expuesto a la represalia y la persecución.
Esto sucede con el soporte del aparato estatal. Un hostigamiento moral, administrativo y financiero, desplegado a través de diversas herramientas y con recursos públicos apunta, por un lado, a deslegitimar a periodistas y medios independientes y, por el otro, a fortalecer un sistema comunicacional al servicio del Gobierno. Se trata de un mecanismo de dimensión inusitada, destinado a propalar sin matices el relato oficial y a agraviar al que piensa diferente.
Sin información independiente la democracia no es posible. Sin información no se puede elegir. Para que la democracia republicana exista es indispensable que todo argentino pueda estar informado para decidir y ejercer el derecho a discrepar con quienes gobiernan, sin sufrir represalias. Esa democracia supone entonces, además de un gobierno elegido por el pueblo, la efectiva vigencia de un pluralismo que no consiste en que muchas voces digan lo mismo, sino en que sean muchas las voces que puedan expresar miradas diferentes sobre la realidad.
Las necesidades y urgencias políticas que eventualmente expresen las mayorías en cualquier circunstancia, no eximen al periodismo de cumplir con su función y con el compromiso que tiene con la sociedad. Ese compromiso incluye el de buscar la verdad allí donde se encuentra oculta y hacerla pública.
No hay circunstancia que otorgue a poder alguno legitimidad para exigir a los ciudadanos y a la prensa que guarden silencio frente a los abusos de aquel. Hoy, una vez más, debemos recordar que el periodismo no pretende ni directa ni indirectamente competir con el poder político, sino que está llamado, por definición, a ofrecer una mirada crítica de éste para que, a través de la difusión de sus actos, la sociedad tenga la oportunidad de poner límites a posibles excesos.
En definitiva, el periodismo siempre dependerá de la confianza de sus lectores, para generar información sin condicionamientos ni presiones. Aunque pueda equivocarse siempre estará obligado a escuchar a sus audiencias y a intentar reflejar sus necesidades, esperanzas y la diversidad de sus voces.
Durante el último año ha seguido creciendo sobre el conjunto de la sociedad argentina una concepción totalizadora del poder. Esta no admite opiniones críticas y se propone instalar en la conciencia colectiva el discurso de quienes gobiernan.
En nombre de un supuesto interés público, el Gobierno confunde arbitrariamente propaganda oficial con periodismo, transformando a los órganos del Estado en difusores de la doctrina oficialista.
El periodismo independiente es naturalmente un obstáculo para un poder con voluntad hegemónica y por eso, durante el último año sufrió:
El agravio personal y la injuria de periodistas y directivos de medios que mantienen su independencia editorial, por parte de funcionarios, de sectores afines al gobierno o de manos anónimas.
La arbitraria persecución administrativa dispuesta por diversos organismos públicos para amedrentar y condicionar a aquellos periodistas y directivos.
La obstrucción de la libre distribución y comercialización de medios de prensa, impidiendo su circulación o su llegada al público.
El propósito de controlar la producción y distribución del papel para la prensa gráfica; y, además, la ausencia de soluciones concretas para facilitar el acceso a este insumo de las publicaciones de menor dimensión económica.
La consolidación de un bloque mayoritario de medios periodísticos -gráficos, radiales, televisivos y digitales- a fin de que en todo el territorio nacional sostengan y reproduzcan el discurso gubernamental. Para ello se dispone de enormes recursos públicos provenientes de variadas formas de subsidios y de la asignación arbitraria de la pauta publicitaria del Estado.
La manipulación y distorsión de la realidad presente y de la historia, mediante:
La adulteración de la información económica que deben brindar los organismos oficiales y la presión sobre las consultoras privadas.
La imposición a la agencia de noticias del Estado TelAm de un plan de propaganda para que difunda información progubernamental.
El financiamiento de producciones televisivas o cinematográficas que atacan a medios de prensa, a sus periodistas y directivos.
AdEPA ha estado y seguirá estando siempre abierta al diálogo democrático. Lo hace con la voluntad de que las rectificaciones que se introduzcan en esta situación aseguren la vigencia de la prensa libre para una sociedad libre, justa y pluralista.
Fuente: AdEPA