domingo, 3 de abril de 2011

Bloqueo a La Voz del Interior comunicados de la empresa y AdEPA, sin mencionar el conflicto

A continuación, los comunicados de la empresa periodística y de la Asociación de Entidades Periodísticas:
A la opinión pública
Frente al bloqueo al que fue sometida su planta de impresión, que impidió la libre y completa distribución de sus diarios, La Voz del Interior SA informa a la opinión pública:
Desde la madrugada, un grupo de unos 50 canillitas –que luego recibieron el aval del Sindicato de Diarios y Revistas de Córdoba– no permitió la salida de las camionetas de reparto desde nuestra sede integral de avenida La Voz del Interior 6080, lo que afectó el reparto del 70 por ciento de las ediciones de los diarios La Voz del Interior y Día a Día.
Por sobre todo arbitraria e ilegal, esta actitud también ofende a la permanente vocación de diálogo que La Voz del Interior SA exhibe desde siempre en aras de favorecer a su canal de venta y perjudica abiertamente los intereses de los más de 1.500 vendedores de diarios y revistas de toda la provincia.
De hecho, alrededor de las 9 de la mañana, el gerente General de La Voz del Interior SA, contador Osvaldo Salas, mantuvo una reunión con los manifestantes, quienes le expresaron su reclamo por la demora.
Al respecto, Salas sostuvo que esta es una cuestión que preocupa a la empresa y que obedece a que, tras la reciente la ampliación de la planta impresora, se están realizando ajustes para lograr una fuerte mejora en la calidad de los diarios, un objetivo indeclinable.
Asimismo, el gerente General mantuvo contacto en varias oportunidades durante la mañana con la conducción del Sindicato de Canillitas para ratificar este compromiso.
En ambos casos, Salas les instó a la reconsideración de la medida, para evitar un daño a los mismos canillitas, a los lectores, los anunciantes y a la propia empresa editora.
Más allá de la cuestión técnica, que hizo que el último diario impreso estuviese listo para ser despachado a las 8.05, nuestro sistema de distribución hubiese permitido en esta oportunidad, como en otras, llegar a los kioscos y a los hogares de los cordobeses durante la mañana. Y dado que se trataba de un día domingo, esto no hubiese implicado mayores inconvenientes para la venta.
La empresa reconoce la eficiente y oportuna actuación de la fiscal Eve Flores, quien ordenó que se hiciera cesar de inmediato el bloqueo. En la misma línea actuaron el ministro de Gobierno, Carlos Caserio, y el jefe de la Policía de la Provincia, Alejo Paredes.
Sin embargo, La Voz del Interior SA resolvió no sacar las camionetas a la calle para evitar situaciones de tensión y preservar la seguridad de distribuidores y canillitas. Y dispuso, de inmediato, subir todas las secciones a su sitio web LaVoz.com.ar para que todos los lectores pudiesen tener acceso a la información.
Los problemas no sólo afectaron a La Voz del Interior y Día a Día, sino que se privó a la mayor parte de la ciudadanía de Córdoba de otros diarios dominicales porque se impidió la distribución de los ejemplares de Clarín y La Nación, en un sugestivo episodio que reiteró lo ocurrido una semana atrás en Buenos Aires cuando se bloqueó la planta impresora del primero y se demoró la salida del segundo.
La libertad de información y otros derechos y garantías constitucionales están siendo puestos en cuestión por equívocas decisiones del poder político nacional y, en algunos casos, por la acción de sectores sindicales y sociales afines.
Admitimos que la demora en la salida de nuestros ejemplares haya generado malestar en nuestros vendedores. Pero el reclamo siempre debe realizarse en un marco que respete otros derechos superiores, como es el de la sociedad a mantenerse informada.
Por ello, sostenemos que el bloqueo de ayer es una medida claramente desmesurada e inoportuna, que se monta sobre un ambiente favorable a este tipo de medidas, fomentado por la ambigua actitud del Gobierno nacional ante otras protestas similares, que llegaron a su punto culminante el pasado 27 de marzo, cuando se impidió la circulación de Clarín y Olé y se demoró la de La Nación.
En este contexto, conviene recordar que el Código Penal condena con prisión al que "impidiera o estorbare la libre circulación de un libro o periódico" (artículo 161), y a quien "impidiere, estorbare, entorpeciere el normal funcionamiento de transportes" (artículo 194).
La plena vigencia de la libertad de información –y, por ende, la de su libre circulación– debe ser revalorizada desde todos los sectores porque hace a la esencia del sistema democrático, sin perjuicio de otros derechos y garantías constitucionales, como la libertad de peticionar.
La Voz del Interior S.A.

AdEPA: Gravísimo efecto contagio
En la madrugada de hoy, la distribución de los diarios La Voz del Interior y Día a día de Córdoba fue bloqueada por un grupo de canillitas
En la madrugada de hoy, la distribución de los diarios La Voz del Interior y Día a día de Córdoba fue bloqueada por un grupo de canillitas. La mayoría de los 110.000 ejemplares que integran las ediciones dominicales de estos diarios no pudo llegar a sus lectores. El derecho de los ciudadanos a informarse fue nuevamente avasallado en la Argentina.
AdEPA advierte que este hecho, gravísimo de por sí, adquiere mayor relevancia aún ya que se produce a sólo una semana del bloqueo a la planta impresora de los diarios Clarín y Olé, que impidió la circulación de los mismos. Cabe recordar que, tanto La Voz del Interior como Día a Día, pertenecen al Grupo Clarín.
Impedir o perturbar la circulación de un diario es un delito del Código Penal. Este delito constituye un atropello a una libertad a la que nuestra Constitución le da un tratamiento jurídico preferencial. Esto ocurre porque la libertad de prensa es imprescindible para el funcionamiento de una democracia. Sin una ciudadanía informada, no hay decisiones fundadas y la democracia se convierte en una mera ficción.
Así lo entendió la Justicia cuando, a raíz de los bloqueos que afectaron a los diarios porteños en los últimos meses, prohibió estas medidas de acción directa, entendiendo que el eventual derecho a manifestarse no puede cercenar el derecho de los ciudadanos a informarse. En los cinco bloqueos que sufrieron esos diarios en los últimos cien días, el denominador común fue la pasividad policial y la inacción del gobierno.
En el bloqueo de la semana pasada, el silencio oficial fue interrumpido por tres ministros que redujeron los ataques a una cuestión sindical y negaron que la libertad de expresión hubiera sido dañada. Cuatro días más tarde las voces oficialistas rechazaron los bloqueos, pero ratificaron la política gubernamental de no reprimir la protesta social y sostuvieron que en nuestro país hay la más absoluta libertad de expresión. Olvidaron que esta libertad no puede ser absoluta cuando se impide impunemente que un medio pueda llegar a sus lectores.
La inacción, el silencio y el discurso tardío, cambiante o ambiguo del gobierno constituyen señales peligrosas. Particularmente para quienes creen que vulnerar la libertad de expresión puede ser una acción legítima o, al menos, no acarrear consecuencias. La multiplicación de una metodología que tenía antecedentes aislados y el cruce de un límite institucionalmente peligroso, como es impedir la circulación de un diario, se dan dentro de un contexto particularmente virulento para la prensa independiente. El gobierno no debe atacarla pero tampoco puede permitir que otros lo hagan. Es el encargado de velar por la vigencia de los derechos de los ciudadanos. Y en la Argentina se ha violado aquel que le permite al habitante ser plenamente ciudadano a través de la participación activa y fundada en el sistema democrático.


Ver anteriores: Córdoba: Lo que ocultan Clarín y La Voz sobre el bloqueo de los canillitas