Por: Carlos Gamond - Director Diarios Puntal y Puntal Villa María
Pienso que quién hace un juicio de valor generalizando queda expuesto a cometer una injusticia, o cuanto menos, a caer en el error.
Víctor Hugo Morales en su programa de la mañana en Radio Continental en el Día de la Libertad de Expresión (podes escucharlo acá), al referirse a la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (AdEPA), que somos los titulares de las empresas, la calificó como la que despide, somete y condiciona a los periodistas.
Desde el interior de la provincia de Córdoba en donde lo escucho cada día y dirijo los diarios Puntal y Puntal Villa María me pregunté ¿Qué necesidad de agraviar así? ¿Es que en verdad somos los editores argentinos persecutores de aquellos con quienes compartimos la tarea diaria? ¿Desde qué lugar mira Víctor Hugo el país?
En la posibilidad que la circunstancia le da de enfrentar aquello que él ha considerado conductas empresariales abusivas, en algunas de ellas con razón, atropella agraviando gratuitamente a quienes desde años la reman para sostenerse en una actividad cada día más complicada por los costos de producción, Internet y la caída del poder adquisitivo de los lectores.
Digo atropella, porque desde el lugar en que se ubica, se atraganta con los diarios de Buenos Aires y no alcanza a ver a tantísimos editores medianos y pequeños asociados a AdEPA, sin los cuales el debate de las necesidades e intereses de las diferentes regiones no tendrían cause ni difusión alguna.
Es injusto con AdEPA como entidad, por cuanto lo convocamos a participar en un seminario organizado conjuntamente con la Corte Suprema de Justicia de la Nación y la invitación no fue aceptada.
Porque personalmente hablé con la señora Fabiana Segovia, hace años ya, para incluirlo en paneles futuros y no tuve suerte.
Ciertamente tengo una visión distinta de la que tiene Víctor Hugo Morales de la realidad y la gestión del Gobierno Nacional.
Estoy convencido de que es impostergable darle solución al problema de millones de argentinos subalimentados y sin trabajo, y a la colonización del país por narcotraficantes. Que la corrupción no es buena o mala según sea la afinidad o ideología del que se corrompe, es siempre la forma de robarse recursos que bien utilizados multiplicarían soluciones colectivas.
Estoy convencido de que nuestra Presidenta está a tiempo de articular el pacto ciudadano que comience rescatando a los que no tienen nada.
Estoy convencido de que nada es desechable en la confrontación de ideas, y que AdEPA como expresión de defensa de la libertad de expresión y también de los intereses de todos los editores argentinos, aún con errores, es preferible activa en la democracia que desechada por la intolerancia.