sufrimiento humano. NdE: reemplace Argentina por España en la nota y las situaciones se asemejan.Por: José María Grau
¿Qué hace un Observatorio de la Cobertura Informativa de los Conflictos y que pertenece a la Universidad Autónoma de Barcelona?
El Observatorio analiza cómo los medios hablan sobre conflictos y critica cuando esas coberturas no son completas, cuando ayudan a escalar los conflictos en lugar de desescalarlos, y no ayudan a resolverlos, sino todo lo contrario.
¿Y tiene que denunciar mucho el Observatorio del trabajo de la prensa española?
Nuestro grupo tiene que criticar mucho porque crece la tendencia de los periodistas hacia el sensacionalismo con la idea de ganar audiencia, y crece la presión para un trabajo simple y falto de base por las condiciones de precariedad en que se trabaja.
Usted defiende que un papel del periodismo es contribuir a evitar más sufrimiento entre la gente.
Tenemos que comprender que el trabajo del periodista no es sólo informar. Informar tiene repercusiones sobre la vida de las personas. Por ejemplo, entrevistar a una mujer para que cuente los abusos a los que ha sido sometida puede ser volver a hacerla una víctima, volver a revivirlo puede provocar un trauma brutal. En la guerra del Congo, mujeres que se creían curadas, que querían contar lo que les había pasado, se quedaban desechas después de hacerlo, y todo el trabajo que habían hecho con los médicos quedaba en nada. Describir al enemigo como algo demoníaco, cruel, sin medida, impide que algún día nos reconciliemos con él como ser humano. Eso es aumentar el dolor.
¿El periodismo va camino de parecerse al teatro por aquello de que siempre está en crisis?
El periodismo siempre está en crisis, porque es un campo de batalla ideológico para definir cuáles deberían ser las tareas del periodista. No es verdad que exista un estándar universal de qué es ser un buen periodista, eso depende de tu compromiso social y político. El grado en que tú eres crítico con el poder depende de tu compromiso ideológico. Y hay que aceptarlo, no hay verdades absolutas.
¿Qué le dice normalmente usted a ese joven que se le acerca diciendo que quiere ser periodista?
Hay quien quiere ser periodista porque es divertido ir por el mundo y contarlo. Es sólo un comienzo, pero no es un buen comienzo. Y hay quien quiere serlo para contar cosas porque quiere contribuir a hacer un mundo mejor. Ése es mucho mejor. Ése está mejor preparado para afrontar los retos a los que se va a enfrentar, para darse cuenta de que en un conflicto unos y otros van a tratar de manipularlo a su favor, y él tiene que ver por encima de las intenciones y estrategias de los actores.
¿Cómo está el periodismo que hoy en día se hace en España?
Hablar del periodismo en España es una generalidad muy grande y creo que cambia mucho de unos medios a otros. Dicho esto, no sólo el periodismo, en el contexto general de la crisis económica las empresas periodísticas son un elemento más y como subproducto de esa crisis la presión por la precariedad en el trabajo y la lucha por la audiencia, que son elementos degradantes del trabajo periodístico bajo mi punto de vista, esos vectores, digo, se ven incrementados, porque lo que la presión hace es empeorar. Entre la disputa entre los distintos actores políticos se da un periodismo muy sectario, muy ideologizado que se entretiene en los insultos entre uno y otro, que da espectáculo, pero que no atiende a las necesidades reales de la población.
¿Pero el periodista se autocensura más?
Sí, pero por la precariedad laboral. La dinámica combativa del periodista contra el sistema de la Transición ha perdido fuelle y ahora hay muchos periodistas que van a trabajar con una visión, salvando los matices, de mercenario.
Fuente: Información.es