lunes, 5 de abril de 2010

"678 es una mirada particular: es la mirada de la televisión pública"

El director del Sistema de medios públicos se muestra orgulloso de que el Estado dé el puntapié inicial en este avance tecnológico
Por: Victoria Linari, vlinari@miradasalsur.com
En agosto del año pasado, la Argentina eligió la norma para la televisión digital. Optó, siguiendo los pasos de Brasil, por la norma japonesa. El Sistema Argentino de Televisión Digital Terrestre está en marcha y las primeras emisiones serán en mayo. Tristán Bauer, presidente del Sistema Nacional de Medios Públicos, dialogó extensamente con Miradas al Sur. No sólo mostró el orgullo de estar al frente de una etapa inaugural en materia tecnológica. Lo más destacable de esta nueva etapa es que permitirá el acceso libre y gratuito de un conjunto de señales.
El mes del Bicentenario tendrá a los habitantes del Conurbano Bonaerense como los primeros receptores de la televisión digital. En paralelo, en Avellaneda estará operativa la primera antena satelital que permitirá emitir a todo el país. A lo largo de este año, se construirán 47 plantas transmisoras, distribuidas en las principales ciudades del país, y que permitirá llegar a tres de cada cuatro habitantes de la Argentina.

¿Cuáles son los cambios que percibirá el público en su pantalla con la digitalización?
Este sistema, esta norma, significa que es una televisión de aire, gratuita y de alta calidad. Aquel usuario que tenga cualquier sistema de televisión paga –tanto por cable como satelital- no va a notar diferencias, pero para todo el sector que ve televisión por aire, la diferencia va a ser extraordinaria. Va a recibir una señal de alta definición. Cinco señales estándar en la primera etapa y 20 en la segunda etapa. El otro salto muy importante es el de la televisión móvil, una televisión que llega también en forma libre y gratuita, sin usar pulso telefónico y que se puede ver en cualquier parte de la ciudad.

¿Cuáles serán las etapas de implementación?
Tenemos que dividirlo en dos etapas. La primera comienza en los próximos días con la puesta en funcionamiento del transmisor de 12 kilos, que fue una donación muy importante del gobierno y del pueblo del Japón. Tiene un área de cobertura que alcanza La Plata-Cañuelas-Luján aproximadamente –que alcanza a 12 millones de personas- donde ya empezaremos a transmitir. La segunda etapa esperamos tenerla desarrollada para el Mundial de Fútbol, donde avanzamos con la construcción de 25 repetidoras a lo largo y ancho del país, en los grandes centros urbanos. Ahí vamos a administrar las cuatro señales UHF que nosotros tenemos, con lo cual vamos a poder tener unas 20 señales en estándar.

¿Eso está previsto para el inicio del Mundial?
Estamos trabajando muy intensamente. Lo que te puedo asegurar es que en unos 15 días inauguramos la televisión digital con la donación de Japón y el Ministerio de Obras Públicas e inmediatamente nos ponemos a trabajar en estas primeras 25 repetidoras. Nuestra idea es inaugurarlo lo más rápido posible para que la mayor cantidad de gente tenga acceso libre y gratuito a una alta definición para el mundial de fútbol.

¿Cuál es la situación de los canales privados, en este marco en el que la televisión pública va a ser pionera en la digitalización? ¿Tendrán que seguir sus pasos?
A mí me llena de orgullo, de emoción y de alegría que sea el canal público quien da el puntapié inicial, que esté a la vanguardia de este proyecto, de este proceso, y sin lugar a dudas los canales privados se irán sumando. Si bien el tiempo para el apagón analógico es dentro de 10 años, yo creo que ese proceso en los términos concretos y reales se va a acortar.

La adopción de la norma digital implica no sólo una decisión tecnológica, sino política y económica. ¿Cuál sería el modelo de negocio más beneficioso para el país?
Creo que esta decisión de haber optado por la norma brasilera-japonesa es sumamente acertada. Hay tres factores que me parecen fundamentales: la calidad técnica de la norma, la gratuidad de la televisión móvil y otra que nos vincula con América. Porque esta norma ha sida fijada por todos los países de Sudamérica, salvo Uruguay, que en este momento está revisando su elección, y Colombia. Esto nos vincula con el continente y nos da posibilidades extraordinarias para todo lo que es la producción, coproducción y los vínculos y armados de redes latinoamericanas.

¿Y qué beneficios trae la digitalización para la industria nacional?
Hay una decisión muy fuerte de nuestra Presidenta para que los desarrollos vayan siendo argentinos. Es enorme la capacidad que tienen nuestros científicos, técnicos y emprendedores que tienen Pymes. Acá se presenta una posibilidad extraordinaria de la fabricación de pequeños televisores móviles y celulares con la norma japonesa, de televisores que tengan ya incorporado el sintonizador de esta norma… Se abre un enorme abanico de posibilidad de desarrollo. Si bien la actividad del sistema es limitada, tiene una interactividad que posibilita el desarrollo del software. Creo que el campo de posibilidades que abre es enorme. Los argentinos nos acostumbramos, fundamentalmente por la deficiencia de la transmisión analógica, a que la televisión tiene que ser paga, a que si no tenés recursos económicos o no estás suscripto a algún sistema de televisión pago, ves uno o dos canales más o menos bien. Esto cambia absolutamente y posibilita acercar a todo nuestro pueblo una televisión de alta calidad.

En ese sentido también se pensó el Sistema de Televisión Satelital Directa al Hogar (TDH).
Simultáneamente a este sistema digital, que es muy eficiente para todos los centros urbanos, y entendiendo la responsabilidad que tenemos de llegar a todo el país, también estamos diseñando un sistema satelital de Televisión Directa al Hogar, y con lo cual no sólo vamos a llegar con la Televisión Digital Terrestre (TDT) a los centros urbanos, sino a todas las zonas rurales y de fronteras con el paquete de señales TDH. Me parece que es la nueva etapa de la televisión argentina, una etapa que estamos haciendo con mucho esfuerzo pero con mucha alegría, porque sabemos el impacto social enorme que va a tener esto. Son dos sistemas que conviven. El satelital tiene cobertura nacional absoluta y el TDT para los centros urbanos.

Una de las críticas fundamentales de la oposición y de algunos medios sobre este paquete de señales satelitales del Estado es que va a ser un golpe duro para los pequeños cableros locales.
Primero que nosotros no hacemos esto para competir sino para llegar, sobre todo con las señales públicas adonde nadie llega. Yo fui, de alguna manera, el creador de la idea del TDH, que nació en el momento que nacía Encuentro. Nosotros teníamos como canal del Ministerio de Educación, la enorme responsabilidad de llegar a todo el país, como también la tiene Canal 7. El camino para llegar a toda la población de verdad y sobre todo para aquellas zonas de frontera, rurales y escuelas rurales, el camino era y es el sistemas digital, y por eso lo estamos implementando con toda nuestra fuerza. Si el Estado hace este gran esfuerzo, el Ministerio de Educación hace un gran esfuerzo para desarrollar sus señales, la tecnología para llegar existe. Nuestro paquete de señales es pequeño. Hoy, empresas como DirecTV te ofrecen más de 500 señales y el cable más de 80. Nosotros tenemos un modelo de unas 20 señales aproximadamente, de las cuales muchas son públicas nacionales, latinoamericanas y públicas internacionales. Entonces no se trata de competencia sino de brindar una opción a aquel sector de la población que no puede acceder a ninguno de los dos, que hoy es un 30 por ciento. Lo bueno es que sea una televisión de calidad en cuanto a su recepción tecnológica y en cuanto a su contenido.

La otra crítica es que este sistema va a servir a muchos empresarios afines al Gobierno para que puedan ingresar al negocio de los medios de comunicación.
Es verdad que se abren nuevas voces y nuevas posibilidades. Ahora, lo de los empresarios kirchneristas corre por cuenta de quienes lo plantean. Aquí se van a abrir nuevas voces y no va a ser un sistema monopólico con cinco señales concentradas en el mejor lugar de la grilla y el canal público marginado al número seis con una cantidad de interferencias que lo vuelven imposible de ver, separado como está en este momento en la grilla de canales de aire y alejado del lugar que le corresponde. Acá se trata de sumar voces y de que haya otras posibilidades.

¿Cómo repercutirá esto en los modos de ver televisión a los que estamos acostumbrados?
Creo que el gran impacto se va a dar en la televisión móvil. Es como una novedad eso de poder ir en un transporte público informándote, o caminando por la calle, o no tener que ir a un bar para ver los partidos de fútbol. Eso va a ser una transformación importante. También el poder recibir televisión gratuita de buena calidad, no llena de fantasma o distorsiones, imposible de ver, como cuando éramos chicos que estaba alguien arriba moviendo la antena: “mové para acá, mové para allá”. No. Acá vas a ver con una calidad asombrosa, eso tiene que ver con el acceso.

Todo esto, ¿podrá iniciar una transformación en cuanto a la calidad de los contenidos televisivos en general?
Yo creo que sí, que las cosas buenas triunfan y lo hacen naturalmente. El éxito de Encuentro radica fundamentalmente en su calidad, en crear televisión que esté al servicio del hombre, que sea de calidad. El crecimiento de la audiencia de Canal 7 no se debe sólo al fútbol sino al mejoramiento que van teniendo sus programas día a día. Me parece que desde el Estado tenemos la enorme responsabilidad de generar televisión de calidad. Uno de los proyectos más hermosos que estamos haciendo es un canal para niños: Pakapaka, una señal argentina que tiene profundo vínculo con el resto de Latinoamérica. Así nuestros niños no recibirán sólo las señales que vienen de los Estados Unidos de América, haciendo que se transformen en seguidores de esa manera de ver el mundo, incluso con esos valores y lenguaje: el español neutro. Queremos que aparezca nuestra forma de ver, nuestros modismos, sentidos propios; María Elena Walsh en el campo de la música, Hugo Midón como teatrista, referentes tan fuertes de nuestra manera de dirigirnos a los niños. Además, el canal de cine argentino -y también latinoamericano- que está desarrollando el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales es otra manera de entender el cine, de contarlo y mostrarlo. Nuestro ánimo no es de competencia sino de construcción. La manera más importante de consolidar este proyecto de medios audiovisuales es con el nacimiento de mejores señales. Muchas veces el Estado estuvo relegado a un segundo, tercer o cuarto plano, imitando y copiando a la televisión privada. Aquí donde estoy sentado hoy, se hacía una televisión que se sumaba al sistema del consumo, se repartía dinero cortando manzanas entre culos y tetas. Hoy la tarea es otra y en eso estamos.

Balance de los medios públicos Cuando inició su gestión en Encuentro dijo que la televisión era algo pasajero, que venía del cine y al cine iba a volver. Después se hizo cargo de la programación de Canal 7, del Sistema Nacional de Medios Públicos, más tarde de la planificación del plan de digitalización y del diseño del sistema satelital de televisión. ¿Cuál es su balance de todos estos años?
El amor al cine sigue y seguirá estando siempre… en los sueños muchas veces. Estoy filmando y escribiendo la próxima película de ficción que espero hacer cuando termine mi gestión. Desde aquellos primeros días en que nos propusimos crear Encuentro hasta hoy, voy descubriendo cada vez con más fuerza la contundencia extraordinaria que tiene la televisión. Cuando ponés la televisión, la radio, Internet –gran maravilla- al servicio de la comunidad, el resultado es extraordinario. Soy parte de un gobierno que ha demostrado que se pueden cambiar las cosas y que no todo tiene que ser necesariamente igual, que las cosas se pueden transformar. El esfuerzo que hacemos es gigantesco y vale la pena. Como ciudadano, como hombre perteneciente a un país y a un proyecto latinoamericano, uno tiene que asumir esa responsabilidad y dar lo mejor de sí. Para eso estamos acá firmes y todos los días construyendo.

Los medios públicos volvieron a ganar audiencia, recuperaron prestigio, renovaron contenidos, ¿cómo evaluá su crecimiento en los últimos tiempos?
Mi última película de ficción es sobre Malvinas, una película bélica. Hablé bastante con militares, leí bastante y analicé el rol que tienen las vanguardias en los conflictos militares. Y creo que hoy los medios argentinos tienen que asumir ese rol, tanto aquí como en el resto de América. A mí me llena de alegría ver lo que produce Encuentro en el ámbito de los ministerios de educación de América latina y en el ámbito de la discusión de medios. Ya no son ideas, propuestas, sino un canal concreto. Y además la transformación que estamos viviendo en Canal 7, de la mano de un cambio tecnológico. Estaré toda mi vida agradecido al Gobierno y a todo Japón por cómo nos están acompañando con esta idea. Siempre estuve en contra de señalar a la televisión privada como chatarra; no creo que sea así. Creo que es una televisión muy bien concebida para cumplir con ese objetivo de estupidización del ser humano, de transformarlo en consumidor. Para mí es maravilloso cómo es la televisión, y sobre todo ahora con Internet: un medio que sirve para transformar la sociedad, para mejorarnos, como reflejo de lo mejor, de lo que somos, de nuestra memoria y hacia el futuro.

Imagino que no habrá sido fácil introducir las ideas y cambios que traía, no sólo por tratarse de un desafío diferente al de Encuentro, sino por las estructuras operativas de décadas que tienen Canal 7 y Radio Nacional: la cantidad de empleados, las gran estructura de costos, las capas geológicas de gestiones anteriores.
No ha sido fácil pero Pablo Neruda decía que lo sencillo triunfa. Nuestro único ánimo es el de mejoramiento. Es un trabajo permanente y siempre estamos apostando a nuevas cosas. También es una muestra de que es mentira que las cosas no se pueden cambiar y hacia ahí avanzamos.

Otro de los problemas históricos del canal son las pujas internas que existen con los sindicatos (UTPBA y SAT). ¿Cuál fue el mecanismo que adoptaron para revolverlo?
Nosotros mantuvimos permanentemente un espacio de diálogo que apunte a la construcción. Discusiones hay siempre, porque la realidad y la historia que vos marcás generan tensiones, pero lo fuimos superando mediante el diálogo y el entendimiento de nuestra responsabilidad. Todos los que trabajamos aquí somos empleados públicos. Cobramos un salario que podría ir para hospitales, para otras necesidades de la sociedad, y como argentinos sabemos que tenemos muchas prioridades y una es esta. Entonces tenemos que ser responsables por los salarios que todos cobramos y apostar no al enfrentamiento sino a la unidad y a la construcción. Cuando uno va armando equipos de trabajo, encuentra gente excepcional. Me acuerdo que a los primeros días que llegué, voces de acá -y sobre todo de afuera- decían: “No se puede hacer nada”. El cambio en la pantalla a nivel estético fue hecho por los compañeros del canal. La verdad es que fuimos avanzando en perfeccionamientos técnicos, en valorar el trabajo propio, en que no es lo mismo hacer el trabajo bien que hacerlo mal. Con estas ideas vamos avanzando.

Desde siempre, los medios públicos son asociados en la Argentina a medios gubernamentales, y actualmente se critican los noticieros del canal o el programa 6,7,8 por su tratamiento de la información. ¿Cómo encontrar un equilibrio?
Creo que los periodistas de 6,7,8 son todos extraordinarios. Es importante que las voces de Sandra Russo, Orlando Barone, Luciano Galende, estén en este lugar. Y sí, es una mirada particular: es la mirada de la televisión pública. El hacer zapping va a cambiar cuando tengamos nuestra televisión satelital y nuestro TDT implementado porque va a haber otra voz, la voz del pueblo finalmente. Pero hoy, mientras los sistemas los maneje fundamentalmente el Grupo Clarín, las voces que se escuchan acá no se escuchan en otro lugar. Entonces, de alguna manera, son voces de la minoría. Pero también, a todos los que hacen esas críticas, yo les hago un desafío: que digan en qué otra pantalla está el cine que transmitimos nosotros. Estamos haciendo algo extraordinario, nos pusimos de acuerdo todos los países de Iberoamérica y estamos transmitiendo por primera vez en forma conjunta un paquete de 50 películas producidas en América Latina y España. Es la primera vez que desde una pantalla podemos reconocernos en el cine boliviano, ecuatoriano, brasilero, chileno.

Escenario post mundial y fútbol para todos La digitalización y todos los esfuerzos del canal están puestos hoy en el mundial de fútbol. ¿Qué desafíos planteará a la programación del canal el escenario post mundial?
Ahora estamos trabajando mucho en función del mundial, pero después vamos a desarrollar nuevas ficciones y a trabajar desde radio y televisión con la diversificación de señales en alianza con el sector público latinoamericano e internacional, y también con el sector privado. Cuando nosotros ingresamos al canal lo que encontramos fue un depósito de programas. Ahora estamos orgullosos de haber llegado a franjear el canal, lo organizamos con claras franjas de información: de cine, de la telenovela de la tarde, los programas que vamos desarrollando y los que no funcionen reemplazarlos y trabajar con otros, pero siempre con esta idea de canal generalista franjeado.

¿Qué le dejó al canal la experiencia de la televisión del fútbol?
Para mí dos cosas: una es la alegría de que la televisión pública sea el vehículo para transmitir el deporte más popular y querido, y a esa alegría se le puede sumar una enorme audiencia que se va acercando y sumando al resto de los programas. Como cuestión crítica, en el primer torneo fueron demasiados partidos.

Lo que hizo que el canal ganara visibilidad, pero obligó a reformular la grilla de programación en desmedro de otros contenidos.
Cosa que ya estamos corrigiendo y ya hay otras ventanas que muestran el fútbol y que nosotros podemos administrarlo de mejor manera. Pero creo que en el balance salió muy bien.

¿Cómo describiría hoy el vínculo que se plantea entre el canal público y la televisión privada de la Argentina?
Me parece que de alguna manera la televisión pública es el reflejo de un gobierno, de una mirada social del espacio público. No es casual que durante el menemismo este canal pretendía privatizarse y que imitara a los privados. No es casual que después fuera abandonado, que hasta hace 3 años las cámaras que estaban eran de 1978 y que no había habido ninguna renovación tecnológica y que estaba casi librado a la buena de Dios. Creo que esta pantalla expresa el rol del Estado en este nuevo proceso: el de transformación social. Para mí, para nosotros, nuestro modelo sin lugar a dudas es el de Evita. ¿Qué es lo que estamos desarrollando fuertemente ahora? Una televisión gratuita, llegar a todo nuestro territorio, llegar con un mensaje de transformación social, de igualdad, de diversidad, que aparezcan las voces de nuestros niños, que aparezcan las voces de nuestros científicos como en el canal de ciencia. Ese canal tiene que ser el de la mejor calidad, como fueron los hospitales de Evita. A ella la criticaban porque hacía los mejores hospitales, nosotros estamos en la misma línea y me parece que lo que va apareciendo en este canal –y por eso nos critican y antes no hablaban de canal 7, ni los pseudos progresistas se acercaban, es más, lo despreciaban- es el esfuerzo que vamos haciendo y la conducción, sino todos.

¿Piensa que pueden llegar a disputar audiencia?
Lo está haciendo. No me parece, no es una utopía, está ocurriendo. Y va a seguir creciendo.

¿Entre los nuevos canales en plan de creación figura el de ciencia entonces?
Sí. Estamos trabajando fuertemente con el ministro de Ciencia. La ciencia es una de las cosas más bellas de un país. Desde lo audiovisual específicamente, construir una señal es bellísimo, correr el velo del desconocimiento y abrirse hacia ese mundo. Estamos muy entusiasmados porque creo que se va a concretar y que va a ser una maravilla.

¿Y una señal deportiva?
Sí.

¿Hay fechas?
Las fechas concretas son las del canal de niños y del INCAA, que yo creo que en tres ó cuatro meses ya están al aire.

¿Y el de noticias?
Es muy difícil, debido a los costos, la inmediatez de la noticia, la gran estructura. Es un canal que está en el terreno de los sueños como el guión de mi próxima película.

Todos estos proyectos afines a la propuesta del Gobierno de democratizar las comunicaciones, enfrentan los frenos judiciales que tiene la nueva ley de medios. ¿Cómo sortear esos impedimentos?
La ley voy a defenderla por todos los medios. Aquellos jueces que quieren resucitar la ley de la dictadura son tiranos que merecen, y van a merecer, el peor de los castigos. En simultáneo a esto, el marco legal es fundamental pero no es imprescindible. Todo lo que nos proponemos hacer mientras se libre esa batalla, se tiene que seguir haciendo. Canal Encuentro nació en el marco de esa ley horrorosa de la dictadura y eso muestra que siempre se puede construir. Me corrijo: siempre se debe construir. Hoy, nuestro trabajo y responsabilidad es seguir defendiendo a rajatabla la nueva ley y en simultaneo seguir construyendo con todas nuestras fuerzas un nuevo espacio de los medios públicos, privados, de las ONGs, para sumar voces y terminar con este monopolio atroz de la desinformación.

Fuente: Miradas al Sur