miércoles, 12 de agosto de 2009

En la Rosada juegan el partido mientras varios golpean la puerta

El partido que juegan en la Rosada
Aunque aseguraron que “no hay ningún compromiso” con la AFA, anoche diversos funcionarios ya analizaban posibles salidas: asociar al Estado a la transmisión del fútbol con una empresa mixta o que el negocio pase a otras manos del sector privado.
Por: Martín Piqué
Mientras se conocía la noticia de la rescisión del contrato que le permitía al Grupo Clarín tener el monopolio de la transmisión del fútbol profesional en la Argentina, anoche, en el Gobierno y en la Asociación del Fútbol Argentino ya se analizaban los próximos pasos a seguir. “No hay ningún compromiso por parte de la AFA con el Estado”, aseguró a Página/12 el vicepresidente de la agencia TelAm, Sergio Fernández Novoa. Según pudo saber este diario, en la AFA se están evaluando dos posibilidades. La primera es asociarse con el Estado a través de una empresa mixta y con una conducción tripartita -estaría integrada por un representante del Sistema Nacional de Medios Públicos, uno de los clubes y otro del sector privado- para que esa nueva sociedad transmita, comercialice y distribuya los partidos de fútbol en todo el territorio del país: así se podría garantizar la transmisión gratuita y en directo de al menos cinco partidos en cada fecha del torneo. Pero la otra opción que podría escoger la entidad que rige el fútbol profesional es aceptar una nueva oferta privada que mejore sustancialmente el contrato rescindido. “En la AFA van a escuchar al mejor postor”, insistió Fernández Novoa. La segunda opción permitiría a los competidores de Canal 13 -sobre todo América y Telefé- ingresar en un negocio que tuvieron vedado desde hace más de veinte años.
En la Casa Rosada se siguió con atención la conferencia de prensa en la que se anunció la rescisión del contrato con la empresa Televisión Satelital Codificada (TSC), del Grupo Clarín. El secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, observó el anuncio desde su despacho acompañado por colaboradores. Como el seguimiento a la situación del fútbol profesional se manejó con hermetismo para evitar filtraciones, algunos funcionarios miraron la transmisión televisiva con avidez. La información clave nunca había salido de círculos muy reducidos. En el estudio del tema sólo intervinieron el secretario legal y técnico, Carlos Zannini; el titular del ComFeR, Gabriel Mariotto; directivos del Sistema Nacional de Medios Públicos, en particular su presidente, Tristán Bauer; y abogados especialistas en medios de comunicación. Una vez que la AFA confirmó la rescisión del contrato, ese grupo de trabajo empezó a pensar en el nuevo esquema de transmisión de los partidos de fútbol.
“Nos tomaremos unos días para resolver eso”, adelantó a Página/12 uno de los participantes de esas reuniones. La idea que parecía ir tomando más fuerza era la de crear una Sociedad del Estado (SE) que administrará unos 600 millones de pesos anuales y estaría gobernada por un directorio con tres miembros: uno en representación del Estado (anoche se hablaba de Bauer como un candidato puesto), otro en representación de los clubes y otro de la AFA. La entidad que encabeza Grondona habría puesto como condición esa conducción colegiada. “Después de la experiencia con TyC, la AFA no va a firmar ningún contrato si no está asociada en la comercialización del fútbol”, remarcó a PáginaI12 el diputado kirchnerista Carlos “Cuto” Moreno. Esa postura fue dada como un hecho por miembros de la Comisión de Comunicaciones de la Cámara baja. Aunque ayer se discutió sobre la prórroga de las facultades especiales y las tarifas de gas, algunos legisladores se hicieron tiempo para monitorear las novedades en materia de fútbol televisado.
A la hora de pensar en el nuevo sistema de televisación del fútbol, los funcionarios que trabajan en el tema ya fijaron una prioridad. Quieren garantizar que al menos una buena oferta de partidos importantes de cada fecha -se habla de 5 como mínimo- sean transmitidos de manera gratuita por los canales de aire. Según los funcionarios, la mayoría de los presidentes de los clubes dijeron estar de acuerdo con ese objetivo. Una de las alternativas que haría posible la transmisión gratuita es crear la sociedad mixta y dotarla de un presupuesto de 600 millones de pesos anuales. “Es el doble que nuestro presupuesto”, contaron a este diario desde la Secretaría de Medios. Sin embargo, desde esa misma secretaría aclararon que los 600 millones que costaría transmitir en forma gratuita algunos partidos serían recuperados en un plazo no muy largo. “Es un negocio altamente rentable. Sería una inversión y no una pérdida”, argumentaron.
“Este es el inicio de la discusión de los monopolios de las comunicaciones.” La frase pronunciada por el diputado Moreno resumió el clima de excitación y nerviosismo que reinaba anoche entre miembros del oficialismo. “Esta es la primera vez que se va adelante con una medida que afecta en serio a Clarín”, reconoció un funcionario del Ejecutivo que trabaja en el primer piso de la Casa Rosada. Según los datos que circulaban en el Gobierno, el negocio de la transmisión y distribución del fútbol a través de la televisión por cable representa un negocio de 1300 millones de pesos anuales. De esa cifra, el grupo de empresas que hasta ayer tenía la exclusividad, obtenía, siempre según cifras del oficialismo, unos 800 millones de pesos anuales. “Con esa ganancia podían fondear el déficit operativo de otras empresas del grupo”, precisaba un funcionario especializado, que conoce bien el sistema de medios.
El proyecto que más consenso parece ir ganando en el Ejecutivo facilitaría el retorno del fútbol televisado al canal público. Porque fue en Canal 7 donde surgió la primera versión de Fútbol de Primera. En el Gobierno hay varios funcionarios trabajando para que la emisora de Figueroa Alcorta esté en condiciones de transmitir partidos en vivo con estándares profesionales. Uno de los que se dedica al tema es Fernández Novoa, periodista deportivo, quien cuenta con varios años de experiencia en Brasil como coordinador y productor ejecutivo de la cadena RBS, encargada de la transmisión en vivo del campeonato brasileño.

El símbolo de los ’90. TyC, con la marca de Carlos Ávila
Por: Daniel Guiñazú

Acaso como ninguna otra empresa de la Argentina, Torneos y Competencias representa la esencia misma de los valores de los años ’90. El alto perfil público que asumió su creador, Carlos Avila, el crecimiento explosivo que tuvo a partir de 1993, la ostentación desembozada de su poderío económico y sus relaciones políticas, y la arbitrariedad con la que hizo y deshizo en el ambiente del fútbol y de los medios, transformaron a TyC en mucho más que la productora líder en contenidos deportivos de TV. En verdad, fue (y sigue siendo) un imperio multimediático deportivo que hoy, por primera vez en su historia de éxitos, muerde el polvo de la derrota.
No es casual que se fije a 1993 como el año del big-bang de esta firma que Avila pergeñó con cuatro amigos en 1982 para vender publicidad en la vía pública y que en 1987, pasó a producir Fútbol de Primera, que no era sino la transmisión del clásico del domingo que ATC (ahora Canal 7) emitía en diferido, junto con un resumen de la fecha que conducía Enrique Macaya Márquez y que nunca abarcaba más de tres partidos.
En 1993 y luego de tres años en el Canal 9 que manejaba Alejandro Romay, Fútbol de Primera llegó a Canal 13, la emisora del Grupo Clarín con el que Avila se había asociado en 1991 para formar las empresas Telered Imagen S.A (Trisa) y Televisión Satelital Codificada (TSC) y obtener de Julio Grondona los derechos de televisación del fútbol argentino hasta 2014. El arreglo fue más que módico: pagaron 1,75 millones de pesos por transmitir un partido codificado los viernes (el primero fue River 2 Central 1, el 1º de agosto de 1991) y el mejor partido de la jornada.
Si en el 9 el fútbol había sido descuidado como producto y sólo interesaban su rating y facturación, en el 13 ocurrió todo lo contrario. La emisora volcó todo su poderío tecnológico para enriquecer la pantalla. Y un grupo de pujantes directores encabezados por Juan Loschiavo y ambiciosos productores liderados por Juan Cruz Avila, el hijo del dueño, y José D’Amato, diseñaron la estética y el estilo del programa y de todas sus transmisiones deportivas que hasta hoy subsiste. El desenfadado relato de Marcelo Araujo en contraposición con los sobrios apuntes de Macaya y un sólido equipo periodístico que, ahora sí, cubría la fecha íntegra, terminaron por darle forma a un clásico de los domingos por la noche que por entonces, no bajaba de los 30 puntos de audiencia.
Con el éxito abrazándolo a cada paso y el dinero lloviéndole por la venta del fútbol a más de mil cables del interior, Avila no perdió tiempo. En cinco años armó un monopolio que ahogó toda competencia y disidencia. Salvo los del automovilismo y el rugby, compró los derechos de transmisión de los deportes más importantes y llegó a manejar la venta de entradas y la publicidad estática de los estadios de fútbol. Creó TyC Sports, transformó la radio La Red en una emisora dedicada casi totalmente al fútbol, compró la revista El Gráfico y firmó contratos de exclusividad para producir programas deportivos en los cuatro canales privados de aire y en la señal Fox Sports, Torneos usó y abusó de su posición dominante. Dos fueron sus reglas maestras: el alarde del dinero y el capricho.
En paralelo con la retirada de Carlos Menem, de quien fue amigo y compañero de largas tardes de golf, a fines de los ’90 Avila empezó a vender sus participaciones accionarias en TyC hasta retirarse del todo de su máxima creación. Hoy los dueños de la empresa son la holandesa DLG Offshore Partners III (16,7%), el estadounidense Frederick Arnold Viarra (26,56%), el local Nofal Sports Holdings SA (23,53%) y DirecTV LatinAmerica (32,2%).
Aún hoy, muchos creen que Avila sigue siendo el dueño de Torneos y del fútbol y que, de haber estado él a cargo, no se hubiera llegado a esta ruptura inesperada. Torneos seguirá ligado al fútbol a través de las transmisiones de las copas Libertadores y Sudamericana y de las Eliminatorias. Pero de ahora en más, nada será igual que antes. Con su manera de decir y de mostrar (y también de no decir y de no mostrar), para bien y para mal, Torneos y Competencias ha marcado para siempre la historia del periodismo deportivo y del fútbol argentino. Ayer se cerró un capítulo que duró más de veinte años. En el nuevo, que pronto habrá de iniciarse, ya no habrá una T dando vueltas en el comienzo de cada partido.

Lo que viene, lo que viene

El fútbol que retornará el 21 de este mes -con el inicio de la temporada 2009-2010- ya no será el mismo en los hogares de millones de argentinos. Incluso, es posible que la suspensión del juego se prolongue en la TV, pero no en los estadios. Ya no habrá que pagar para ver (ver página 5). También, desde el gobierno nacional (omnipresente en todo este proceso de ruptura) se analiza que los costos del abono deberían bajar, sobre todo en el interior del país. Pero lo que todavía no se puede anunciar con la formalidad que anoche la AFA difundió la rescisión del contrato es qué canales reemplazarán a las señales de cable que codificaban los partidos.
Bialo negó que exista un acuerdo con Canal 7. Pero en la emisora estatal ya se habla de la infraestructura disponible (tres unidades de exteriores para cubrir fútbol), de cómo reemplazar a la productora TyC, de que cinco partidos irían por el canal público y los otros cinco de Primera se licitarían entre los restantes cuatro (Telefé, América, el 9 y el 13). Se habla incluso del regreso de Marcelo Araujo como relator del encuentro “de la fecha”. Y más allá o más acá de sus puertas en la avenida Figueroa Alcorta, se menciona a Telefe como el otro beneficiario en el nuevo escenario del fútbol televisado.
“Argentina tiene una de las mejores reputaciones en el mundo por sus transmisiones. Vamos a tener que mantener esa calidad, lo que constituye todo un desafío”, le confió a Página/12 un funcionario que siguió este proceso con detenimiento. Una confesión que abona la idea de cómo el Estado se encamina a jugar un papel clave en el fútbol televisado que se viene. “Desde la Secretaría de Legal y Técnica de Carlos Zannini se trabaja en los aspectos jurídicos”, agregó la misma fuente.
La AFA, según se desprende de las palabras de su vocero, no se quedará atrás en la judicialización del conflicto. Bialo mencionó “un incumplimiento de contrato de TSC y TyC”, habló de “indemnidad” y de que la asociación se consideraba “perjudicada fuertemente”. La réplica a estas definiciones está en el final del comunicado de Televisión Satelital Codificada (en la que son socios el Grupo Clarín y TyC): “TSC reafirma que siempre ha cumplido con todas sus obligaciones contractuales e informado a la AFA de toda su gestión comercial, la que ha sido periódicamente auditada y aprobada por esta asociación, a la que incluso se adelantaron pagos hasta la semana pasada”.
La última oferta de las empresas al fútbol había sido de 268 millones de pesos por la temporada 2009-2010 -el incremento con respecto a la anterior era de 30 millones- y el pago de un adelanto de 45 millones de pesos en tres cheques para sofocar una posible medida de fuerza de Futbolistas Agremiados por deudas impagas con diferentes planteles. De ahí a los 600 millones que se asegura le habrían garantizado a la AFA desde el gobierno por el mismo período, el monto más que se duplica.
Pero es en los números y en la potencialidad del negocio donde menos certezas hay. Para la AFA, las empresas no le rendían al fútbol de acuerdo a sus ganancias. Pero si se trata de TSC, TyC y Trisa, el rubro de la publicidad, por ejemplo, “no llega al cinco por ciento. Cualquier otro número es falso”, dice el comunicado difundido anoche. Está claro también que las dos partes siempre mantuvieron bajo llave el bendito contrato que ahora se transformó en letra muerta. Esa decisión, que en los acuerdos comerciales suele estar al amparo de cláusulas de confidencialidad, abonó las legítimas sospechas de falta de transparencia en un negocio que no parece tenerla, a juzgar por las diatribas que intercambiaron las partes.
Está claro que los campeonatos en la Argentina, de la cancha para afuera, se acaban de transformar en lo que el recordado Dante Panzeri hubiera llamado “dinámica de lo impensado”. Igual que en un partido de fútbol, pero en las oficinas, resulta imposible saber dónde picará la pelota en los próximos días. Lo que si está claro, es quién se quedó con ella: la AFA, la misma que en todos estos años vio con pereza cómo otros jugaban con ella.

Fuente: Diario PáginaI12