sábado, 22 de agosto de 2009

Describe Crítica "los medios mienten y el Kirchnerimo los quiere comprar"

Partes más importantes de la nota "Exclusivo: los medios mienten" escrita por Silvio Santamarina, en el diario Crítica de la Argentina:
La obsesión de los Kirchner con los medios de comunicación no sólo surge de la doctrina de Perón. También aprendieron de la experiencia de Carlos Menem: todavía hoy se escucha a algunos posmenemistas maliciar contra la “alta traición” del Grupo Clarín, a quien creen haberle hecho el favor de convertirlo en un multimedio sin rival.
Dijo Perón: “El proceso de captación de la masa, si uno fuera a tomar uno por uno, es inalcanzable. Es algo así como el que quiere terminar con las hormigas agarrándolas una por una y tirándolas al fuego. Hay un procedimiento mucho más eficaz que los hombres olvidan, que es el de tomar la masa en grandes sectores. Los políticos nunca habían utilizado la radio para su acción (…). Imagínense lo que significa la utilización de los medios técnicos en la política, cosa que no habían hecho mis antecesores. Por eso me fue posible, el día anterior a las elecciones, dar una orden que al día siguiente todos cumplieron. Fue así como ganamos las elecciones.” Así relataba el General, a comienzos de la década del 50, la batalla que le aseguró el poder. El peronismo es un producto de l a cultura de masas, y ésta una resultante del desarrollo tecnológico de los medios de comunicación. Por eso, Néstor Kirchner aparece hoy ante los ojos peronistas como un ganador de la política nacional a pesar de haber perdido en las urnas. Primero los medios, después las urnas y por último los ciudadanos. Por eso Kirchner analizó que su derrota electoral se la debía principalmente a Clarín. Y por eso no perdió tiempo descifrando el mensaje de las urnas: mientras sus empleados distraían a la oposición presuntamente triunfante en mesas de diálogo, él operaba su golpe más audaz contra la Matrix de la opinión pública. El cable sin fútbol no es un negocio seguro, y Clarín sin “los cables” es apenas un diario influyente y rentable. Si a lo que le queda al Grupo además se le retira la pauta oficial, para –como avisó Cristina en el festín de Ezeiza– “reorientarla” hacia otros medios de la competencia, el reinado de Clarín tambalea, justo en un momento de turbulencia interna (por el proceso de recambio generacional que debe encarar la empresa en toda su conducción estratégica), y en un contexto regional de revolución tecnológica de consecuencias impredecibles para el negocio de la información y el entretenimiento Este escenario explica el clima de euforia que embriagaba a los kirchneristas asistentes al acto de traspaso del fútbol televisado.
La obsesión de los Kirchner con los medios de comunicación no sólo surge de la doctrina de Perón. También aprendieron de la experiencia de Carlos Menem: todavía hoy se escucha a algunos posmenemistas maliciar contra la “alta traición” del Grupo Clarín, a quien creen haberle hecho el favor de convertirlo en un multimedio sin rival, para luego sufrir la puñalada de una campaña sistemática de estigmatización de la era menemista. Así llegamos a un momento en que la clase política argentina desconfía profundamente de la prensa, la radio, la tevé e internet, al mismo tiempo que sus principales caudillos dedican buena parte de su tiempo y dinero a erigirse como magnates de los odiados medios de comunicación. Y en este punto aplica el dilema del huevo y la gallina: ¿los políticos quieren comprar medios porque temen su poder letal o los medios se volvieron armas letales precisamente en manos de los operadores de la política? Como muchas preguntas teóricas, ya es tarde para responderla, o al menos es tarde para que su respuesta cambie el estado de las cosas. Lo sabe muy bien Kirchner, que es un Homo pragmaticus disfrazado –como buen pragmático– de Homo ideologicus.
...Kirchner predica la misma lógica, que hoy es moda en la política: los medios mienten. ¿Será por eso que se los quiere comprar?