jueves, 25 de junio de 2009

El Ciudadano comienza una nueva etapa

Protagonismo ciudadano*
Con excepción del más que centenario Decano de la Prensa Argentina, patrimonio inconmovible de la ciudad como el río que le da vida y razón, los otros diarios de Rosario han atravesado su historia con variada fortuna fácil de percibir en la profundidad de la huella que han dejado. Algunos por su combativa prosa partidista, otros por la innovación gráfica y editorial que propusieron y otros simplemente porque ocupaban, ni más ni menos, un espacio de expresión vacante, un “nicho” –como se dice ahora– en el que una parte significativa del mercado de lectores encontraba una identificación y una satisfacción a su demanda de información.
Entre estos otros diarios se cuenta El Ciudadano, con su empecinada lucha por seguir ofreciendo esa “otra mirada” sobre la dinámica realidad cotidiana.
Nacido hace casi once años, acogido con entusiasmo por muchísimos lectores, zarandeado por los avatares de los altibajos del mercado y las diversas conducciones empresarias que lo administraron, este diario no decayó nunca en su voluntad de aportar al mejor conocimiento de los hechos, a mostrarlos de la mejor manera posible, a prestarles espacio de difusión a las vertientes más diversas de la sociedad y especialmente a aquellas a las que les cuesta más conseguir que su voz sea escuchada.
En esto reclama su crédito y protagonismo un cuerpo de trabajadores que desde el primer día se caracterizó por el compromiso adquirido para con el proyecto periodístico en marcha sin distinción de tareas ni jerarquías.
Un grupo humano forjado en la mística de que el objetivo es posible si existe la vocación, la entrega y la disciplina puesta al servicio de una causa noble: servir a la sociedad.
En los últimos tiempos, por imperio de circunstancias que les eran totalmente ajenas, este conjunto de trabajadores de prensa tuvo que tomar sobre sus hombros lanada fácil tarea de sostener la continuidad de las ediciones de El Ciudadano reafirmando su compromiso con la ciudad y sus lectores. Y sobre todo con su propia historia, con el presente ineludible y con un porvenir que siempre se imaginó posible.
La etapa estuvo plagada de desafíos, de dificultades y de incertidumbres, pero pudo ser atravesada con el acompañamiento solidario y generoso de todo el gremio periodístico local y regional y con el respaldo imprescindible del Sindicato de Prensa Rosario sin cuyo aporte la lucha no se hubiera podido sostener.
Este proceder, siempre abierto y leal, apuntalado por la voluntad del conjunto libremente manifestada y ejercida, nos trajo hasta aquí y lo reivindicamos como ejemplo para todos los trabajadores e irrenunciable patrimonio propio. Ahora viene una nueva etapa y la asumimos con la expectativa de que se corresponda con esta historia de dignidad, responsabilidad, consecuencia y profesionalidad que hemos construido.
El objetivo se cumplió; El Ciudadano seguirá siendo el otro canal de prensa diaria que Rosario se merece.
Cuando salió a la calle, el 7 de octubre de 1998, el diario se presentó como un desafío a largo plazo. La consigna fue: “Un siglo por delante”, y aún queda mucho por hacer para cumplimentarla.

*Publicado en la contratapa del Diario El Ciudadano y la región
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