jueves, 4 de junio de 2009

Bonasso denunció “censura” en Crítica, dice Crítica

El escritor y periodista basa su acusación en fuentes que no puede citar y en el privilegio que le otorgan sus fueros parlamentarios. La réplica de la empresa editora de Crítica de la Argentina: “dice falsedades y promueve operaciones de prensa”.
El diputado y ex columnista dominical de Crítica de la Argentina, Miguel Bonasso, denunció ayer en la Comisión de Libertad de Expresión de la Cámara baja que fue censurado por este diario. La reunión, que empezó a las 13 y se extendió por media hora sin lograr el quórum necesario, fue presidida por la radical Silvana Giudici y contó con las presencias de Paula Bertol (PRO) y Elsa Quiroz (Coalición Cívica).
Allí Bonasso expuso su postura. “Se me comunicó que no iban a salir más mis artículos en la contratapa, como había acordado cuando empezó el diario, y que iban a publicarse en el interior, cuando lo dispusiera la dirección. Eso constituye un modo de censura indirecta, fue darme el empujón para que me fuera”, sostuvo.
El diputado de Diálogo por Buenos Aires, ahora alejado convenientemente del kirchnerismo, explicó que ese episodio estuvo vinculado con supuestas tratativas para la venta de parte del paquete accionario de Crítica de la Argentina a Sergio Szpolski, empresario de medios de estrecha relación con el oficialismo. Según Bonasso, Szpolski habría oficiado de representante de Electroingeniería, una compañía que creció al calor del kirchnerismo y resultó adjudicataria de obras públicas en todo el país y, recientemente, adquirió Radio del Plata. Según el legislador, “las consultas llegaron hasta Néstor Kirchner, que dijo que sí”.
Si bien afirmó que se basaba en fuentes que no podía revelar, entre ellas, un “conocido columnista”, Bonasso aclaró: “Tengo cuarenta años de periodismo de investigación. Jamás hubiera salido a contar esto, si no tuviera el dato preciso”.
Para el escritor, el supuesto desembarco de una empresa afín al Gobierno tenía como contrapartida la eyección de los “molestos” de la redacción, categoría en la que se incluyó después de haberse distanciado de la gestión K a raíz del veto presidencial a la Ley de Protección de los Glaciares. Esa medida, a su criterio, beneficia a la trasnacional minera Barrick Gold, en su proyecto millonario de Pascua Lama. Bonasso, que preside la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano de Diputados, es crítico de la actividad de las empresas mineras y publicó su opinión en varias contratapas de este medio.
Al finalizar la exposición de Bonasso, la diputada Giudici concluyó que, como en todos los casos de denuncias contra la libertad de expresión, iban a llamar a la otra parte para que dé su versión.
Por su parte, la empresa Papel 2.0, responsable de la edición del diario, responde sobre la supuesta censura por el asunto Barrick Gold que la “acusación es absurda”, ya que el matutino ha publicado más de veinticinco notas sobre el tema, algunas de ellas firmadas por el diputado. Y sobre su desvinculación aclaró: “Se le informó que sus columnas podían cambiar ocasionalmente de página en función de criterios de edición que buscan estrictamente la excelencia editorial y no otra cosa. Y que seguirían siendo publicadas los días domingos en página 5. Sólo la incomprensión del escritor-diputado lo hizo sostener que no es prerrogativa del editor del diario elegir la ubicación de las notas, y lo llevó a acusar al diario de cargos ridículos, que ignoran el compromiso de transparencia de los profesionales que hacen este diario. Todas las notas que Bonasso envió fueron publicadas, pero en vez de discutir criterios editoriales, lamentablemente se dedicó a decir falsedades y a promover operaciones de prensa”.
La dirección de Crítica de la Argentina también negó cualquier tipo de negociación para vender el diario: “No hubo tratativa alguna con ningún grupo inversor ni con nadie interesado en adquirirlo. Y lo dicho por el diputado Bonasso fue sin citar ninguna fuente y amparado en sus fueros, hecho que responde a intereses cuya finalidad es desprestigiar al diario que jamás lo censuró ni a él ni a ningún otro periodista. La propiedad de nuestra empresa no es un misterio: sus accionistas son Antonio Mata y Marcelo Figueiras”.

Fuente:
Crítica de la Argentina