Por: Marta Oyhanarte*
El 3 de diciembre de 2003 el entonces presidente Néstor Kirchner aprobó el Decreto N° 1172/03 que reglamenta el derecho de acceso a la información en el ámbito del Poder Ejecutivo Nacional. A casi cinco años de su sanción, ciudadanos y funcionarios aprendimos que la existencia de una norma escrita es condición necesaria pero no suficiente para la efectiva implementación de su contenido. La reglamentación del derecho fue un paso fundamental para el establecimiento de reglas claras no sólo para la realización de pedidos de información por parte de la ciudadanía, sino también para la provisión de documentos por parte de los funcionarios. Conocimos las inquietudes y expectativas de la ciudadanía en relación a los asuntos públicos.
Las consultas recibidas por los organismos abarcaron diversos temas, desde cuestiones presupuestarias, contenido de contrataciones, implementación de políticas e informes de auditorías. La experiencia demuestra que el acceso a la información ha funcionado como una herramienta para el ejercicio de otros derechos.
Muchas organizaciones no gubernamentales han mejorado su capacidad de participación y monitoreo; muchos estudiantes han comprendido que el Estado no es una pura abstracción sino un conjunto de personas que pueden atender sus consultas y, en algunos casos, viabilizar el efectivo ejercicio de derechos sociales tales como la salud o la educación.
El ejercicio del derecho a saber resulta también una herramienta de reclamo e integración para algunos individuos que se sentían marginados y que probablemente consideraban que el Estado les daba la espalda. Ciudadanos y funcionarios hemos aprendido a debatir y a demostrar que información pública no es sólo lo que se establece en un texto escrito sino también lo que colectivamente vamos definiendo en el ejercicio del derecho. Hemos participado también en arduos debates que contribuyen a la consolidación progresiva de la información como objeto de una política pública. Mañana, 28 de septiembre, Día Mundial del Derecho a Saber, ciudadanos y funcionarios debemos celebrar juntos estos aprendizajes y comprometernos a avanzar en los desafíos pendientes.
* Subsecretaria para la Reforma Institucional y Fortalecimiento de la Democracia de la Jefatura de Gabinete de Ministros.
Fuente: Subsecretaria para la Reforma Institucional