martes, 20 de noviembre de 2007

¿Por qué no te callas, Túpac Amaru?

Enrique Ortega Salinas
No todo comenzó como se dice, sino cuando el ex presidente Aznar comenzó a despotricar contra Chávez en diversos países y cuando respaldó el golpe de Estado contra éste en 2002, con tal torpeza que cuando Carmona El Breve salió huyendo del Palacio de Miraflores porque el derrocado retornaba, dejó en el piso la banda presidencial que ostentaba una etiqueta: "Made in Spain".
En la cumbre iberoamericana Hugo Chávez hizo referencia al ex presidente español y lo tildó de fascista. A Aznar y no a Zapatero. A Aznar y no a los españoles. A partir de allí, los sucesos son los siguientes:
- Zapatero efectuó una encendida defensa de Aznar.
- El rey le dijo a Chávez, cuando intentó defenderse: "¿Por qué no te callas?"
- Televisión Española le dedicó toda la semana al tema con paneles y notas variadas.
- Miguel Bosé anunció que no cantaría jamás en Venezuela mientras Chávez fuera presidente (Una tragedia sólo comparable con las inundaciones de Vargas, donde desaparecieron unas cien mil personas).
- El hecho le sirvió a Zapatero para golear al Partido Popular con una actitud de generosidad hacia su adversario, adversario que lo llamó para agradecerle y todo terminó con un "a ver cuándo nos reunimos". Sin embargo, el Partido Popular le escupió la mano tendida, habida cuenta de las críticas destiladas por Mariano Rajoy hacia Zapatero.
Por otra parte, y en la misma cumbre, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, se quejó de la creciente injerencia de España en los asuntos internos de los países de Sur y Centroamérica y la conducta poco ética de algunas empresas españolas en la región (nosotros recordamos aún a Focoex). La respuesta del rey fue levantarse enfurecido y retirarse de sala. Y como cereza sobre la torta, el ministro de Relaciones Exteriores de España dijo que su obligación era defender los intereses de las empresas españolas en Iberoamérica. Aznar llegó hace unas horas a Bogotá y criticó las políticas de algunos países iberoamericanos. Los periodistas de Televisión Española siguen hablando de nosotros como "Iberoamérica".
España está colaborando con dinero constante y sonante con nuestros países (esta semana miembros de la familia real donaron 13 millones de euros para obras sociales en Colombia), pero a cambio exige (lo dijo el ministro, no yo) que los gobiernos adapten su ordenamiento jurídico a los intereses de las empresas españolas. "¿Cómo no vamos a hacer lo posible para llevar a Iberoamérica nuestro modelo económico si a nosotros nos dio tan buen resultado?."
El mismo argumento que llevó a Estados Unidos a arruinarnos con el modelo neoliberal.
Quizás estos favores, a la larga o a la corta, nos cuesten demasiado caros.
El rey está en Santiago, Aznar en Bogotá, el príncipe en Medellín. ¿Qué sucede aquí? El rey también visita Marruecos en claro desafío al rey Mohamed VI, y es que los españoles siguen considerando española a dicha región.
Y ya basta, que como introducción ya es bastante dolorosa. España tiene que comprender que la época imperialista terminó, que llamar fascista a Aznar no es un insulto (de hecho lo hace el mismo PS todos los días) y que denunciar a algunas empresas españolas tampoco implica insultar a todos los españoles, a menos que se quiera convertir en cómplice.
Insulto es que nos digan "iberoamericanos", cuando ninguno de nosotros en Sud o Centroamérica utilizamos dicho término. Estas, Juan Carlos, son repúblicas que lograron su independencia a sangre y fuego, y debería recordarlo. Si los españoles desean seguir teniendo reyes en pleno siglo XXI, allá ellos, respetaremos eso, pero no olvide que no somos ni seremos jamás sus vasallos.
Usted no puede debatir ni con Ortega ni con Chávez, le falta autoridad moral. Aquellos son presidentes electos por voto popular. Convoque usted a un plebiscito para que la gente decida si continúan o no bajo la monarquía y se ganará mi respeto, tanto si gana como si pierde. Fíjese que "el dictador Chávez" puede ser removido del cargo a mitad de su mandato si se reúnen las firmas y pierde la consulta popular, norma que él mismo impulsó.
Insultante es la manera en que tratan a nuestros compatriotas cuando visitan su país, olvidando que países como Uruguay acogieron fraternalmente a millares de españoles cuando huían de las guerras europeas o el franquismo que Aznar defiende.
Insulto es que ustedes duden de la libertad de expresión en Venezuela cuando usted manda callar a quien critica a Aznar o se levanta para no escuchar denuncias concretas sobre empresas españolas concretas que han incurrido en ilícitos, a la vez que esta misma semana han condenado a dos periodistas por publicar caricaturas de la familia real y en España está prohibido hablar contra usted.
Si quieren hermandad y fraternidad, bienvenidos sean, pero por favor, Juan Carlos, la corona déjela en casa.
A Túpac Amaru le cortaron la lengua antes de descuartizarlo. Hoy se usa a las multinacionales de la comunicación. El problema es que hoy Túpac es Evo en Bolivia, es Hugo en Venezuela, es Daniel en Nicaragua, son muchos. Seremos más.

Fuente: La República