viernes, 14 de septiembre de 2007

Pasado y presente

El día 29 de junio del 2000, ante la Legislatura de nuestra provincia , en la Cámara de Diputados presenté el pedido de Juicio Político contra uno de los supremos de aquella época, el doctor Casiano Rafael Iribarren.
Como usted recordará, ante la remota posibilidad que la Cámara de Diputados le diera curso al pedido, ese supremo, luego de tildarme de borracho y que me iba a agarrar a trompadas, en agosto o setiembre de ese año presentó su renuncia.
Gobernaba nuestra provincia, en su segundo mandato, el ex chofer de la Feyari, el que según algunos de los formadores de opinión era muy ejecutivo ya que había tomado decisiones a más de trescientos kilómetros por hora. El tiempo demostró que gobernando no tomaba decisiones ni a trescientos metros por hora, y lo que es peor, dejó que sus parientes y amiguitos hicieran lo que quisieran adentro del Poder Judicial y lo terminaran de consolidar como lo que hoy es, una farsa.
Como el supremo Raúl Alvarez estaba también en edad de jubilarse y querían nombrar a dos juntos, digamos, había que esperar que se jubilara el ut supra nombrado. (¿pensó que me había olvidado del ut supra?) para completar la Suprema Corte de Injusticia.
Recién en octubre del año 2001, -los santafesinos estuvimos más de catorce meses sin un supremo y cuatro o cinco meses sin dos supremos-, luego de ponerse de acuerdo las grandes mayorías populares, usandizaga y yeutemann, nombran a la Dra. Gastaldi y al Dr. Mario el catorce Netri.
Seguramente recordará esos terribles meses que tuvimos que soportar los habitantes de nuestra provincia mientras estuvimos, sin un supremo al principio y sin dos supremos al final. En Rosario no podíamos vivir; gente que no comía y muchos comprovincianos debieron recurrir a tranquilizantes para conciliar el sueño.
En fin, mejor no recordar esos tiempos nefastos que pasamos sin dos supremos.
Por suerte, dado el antecedente de lo ocurrido, el héroe revolucionario jorge obeid, con celeridad inusitada, mandó los pliegos para cubrir los cargos dejados por jorge bof y rodolfo vigo.
No estoy de acuerdo con quienes por los pasillos del palacio de la diosa ciega dicen que la actitud tomada por jorge obeid es una afrenta al sistema democrático y a la ética republicana.
Algunos dicen que nuestro gobernador mintió cuando dijo que antes de hacer las designaciones iba a realizar una consulta a los partidos políticos y a las instituciones intermedias. Seguro que no lo hizo porque se olvidó, y en el caso específico de la propuesta de agustín chiche bassó, recibió una crítica de nuestro Colegio de Abogados.
En este punto quiero aclarar que estoy en desacuerdo con la crítica realizada por el Presidente de nuestro Colegio, ya que a mi juicio no es completa; porque si nos oponemos por el método utilizado por jorge obeid, nos debemos oponer a las dos propuestas.
No es cuestión de nombres, es cuestión de métodos y de respeto, fundamentalmente, a las decisiones que surgieron de las urnas.
Nuestro gobernador no se percató que la decisión de las urnas fue un rechazo por parte de la mayoría de la comunidad, precisamente, a las situaciones como la que estamos viendo en estos momentos, en que jorge obeid dice, y legalmente tiene razón, sigo siendo el gobernador y cubriré todos los cargos, y para cubrirlos, formalmente podrá decir que no conoce al propuesto, que nombrará genios del derecho, pero la realidad, y esta es la trama secreta de la mentira organizada y nos damos cuenta muchos, que los propuestos y futuros designados, como lo hicieron durante veinticuatro años, fueron antes y son ahora, los amigos del poder.
Pero además, como dije en mi anterior, podrá ser legal pero no tiene legitimidad.
Y también pienso que tiene que ver con el prolongado tiempo que transcurre entre la elección del nuevo gobernador y el día que el mismo asume. No pueden transcurrir cien días entre un acto eleccionario y la asunción del ganador. Esto es algo que debe ser corregido, porque en cien días, querida lectora y abnegado lector, hay tiempo de sobra para hacerle un desastre a la nueva administración, que en este caso, además, es de un signo contrario al que se retira.
En mi opinión, no es ético lo que están haciendo, no solo el gobernador que propone, no solo los miembros de la asamblea legislativa que pueden aprobar, -como siempre lo han hecho, como simples levantamanos-, sino también los elegidos no respetan la decisión de las urnas y faltan a la ética republicana, ya que son propuestos por un gobierno derrotado por la decisión popular, por un gobierno cuyo pueblo, en su gran mayoría peronista, harto, cansado de las humillaciones que sufrió durante veinticuatro año, le dijo: ¡basta!.
Y precisamente le dijo ¡basta! al método, que aún en la derrota el gobernador sigue utilizando: la del prepotente que dice: Todavía, aquí, mando yo.
Paradójicamente, y sin que se piense que intento hacer una interpretación psicoanalítica, el envío de los pliegos, en forma especial el del Procurador Fiscal remitido el día lunes 3 de setiembre, solo resalta la impotencia del perdidoso gobernador que con prepotencia trata de ocultar el miedo que tiene, no solo él, sino muchos de los que pasaron por la función pública en nuestra provincia, esto es, que se investigue su accionar y el de otros funcionarios que no funcionaron y terminar, como predijo el dirigente peronista Pedro González: si perdemos, van todos presos, desde Reutemann hasta el ultimo barrendero del peronismo, porque van a aparecer los papeles.
El gobernador, los levantamanos y los propuestos, saben, que si no los nombran ahora, no los nombrarían nunca más.
El Procurador Fiscal propuesto, agustín chiche bassó, es parte de la farsa judicial. Como miembro de la Cámara Penal y como Presidente del Colegio de Magistrados de nuestra provincia, la corporación judicial, es uno de los responsables de la actual situación de nuestra justicia.
Gesto altruista: Muchas veces he dicho que no tengo nada personal con quienes aparecen en mis apuntes, y a algunos, los conozco desde hace tiempo, porque el mismo, pasa para todos.
Hace más de cuarenta años que ando por los pasillos de la manzana de Moreno, Pellegrini, Montevideo y Balcarce, así que ellos me conocen y yo los conozco, digamos, que nos conocemos mutuamente.
Tengo compañeros de facultad, de peñas, de mesas en los bares, o de simples charlas y también algún que otro vecino de barrio y hasta de la misma cuadra. A algunos los invité, cuando los tenía, a mis programas de radio y televisión. Así que como hubiera dicho Martin Fierro, escribo estos apuntes, para bien de todos y para mal de ninguno, y por ello, hoy les cuento un gesto altruista.
Hay un señor de apellido Alvarez y de nombre Juan Carlos, o sea, tocayo mío. Me dicen que es un hombre muy humilde; que salió en el diario; que vive en un barrio humilde y que es un trabajador que ha ahorrado peso sobre peso durante toda su vida.
Con esfuerzo ahorró una pequeña suma de dinero que vaya uno a saber quién le aconsejó, la invirtió en el Club Atlético Rosario Central.
Algo debe haber pasado y el club ut supra nombrado no le devolvió el dinero y mi tocayo tuvo que iniciar acciones judiciales que tramitan por ante el Juzgado de Distrito de la Decimosexta Nominación de Rosario.
Por suerte para él, encontró un abogado eficiente que logró sacar un oficio de embargo y, valga la redundancia, pudo embargar por la pequeña suma de U$S 840.000 (ochocientos cuarenta mil dólares) el pagaré que tiene el Club Atlético Rosario Central que procede del Real Madrid.
Hasta aquí, querida lectora y abnegado lector, usted se preguntará ¿dónde está el gesto altruista?
Son esas cosas que pasan desapercibidas en nuestros tribunales y pienso que por la modestia de los que son generosos no tiene la trascendencia periodística que se merece.
Por suerte puedo contárselo y me percaté leyendo las páginas 38 y 33 de la última Guía del Foro de nuestra ciudad y me dije: este gesto debe conocerse.
Parece que el abogado de mi tocayo, el doctor Gustavo Daniel Franceschetti, no tiene lugar donde atenderlo y en un gesto que lo ennoblece, Daniel catedrático universitario Erbetta le presta la oficina para que lo atienda.

Juan Carlos Vennera