domingo, 25 de septiembre de 2005

La compleja historia de "Noticias", el diario de Montoneros

La periodista realizó una completa investigación sobre el órgano periodístico de la organización armada. Su staff combinó militantes, intelectuales comprometidos y periodistas sin vínculos con el movimiento. Su fuerte impacto y el final por decreto
Por: Pablo Montanaro
La periodista Gabriela Esquivada ofrece en su libro "El diario Noticias. Los Montoneros en la prensa argentina" una exhaustiva investigación acerca del órgano periodístico de la organización armada argentina. Conformado por notables periodistas con militancia montonera -como Rodolfo Walsh, Miguel Bonasso, Francisco Urondo, Juan Gelman, Horacio Verbitsky- y otros sin vinculación militante, "Noticias" se convirtió en el más importante medio de comunicación revolucionario en la Argentina de los años ’70 como en un caso interesante de las formas de hacer periodismo y política.

¿Con qué incógnitas inició la investigación del diario "Noticias"?
Mi duda principal era qué podía salir de la combinación de una patronal que, aunque no formalmente, era Montoneros y un equipo de profesionales -en su mayoría importantes intelectuales nacionales- a los cuales no se podía llevar de las narices. Veía allí una especie de puja entre una organización armada, con profundos intereses ideológicos que comunicar, y un grupo de periodistas, algunos afines a Montoneros y otros no, pero todos ellos capaces de elaborar un discurso crítico, inclusive sobre las decisiones de su conducción política, que podía tener sus propias ideas sobre el delicadísimo momento histórico que se vivía.

Los nueve meses del diario coinciden con un período de infinidad de sucesos políticos y delictivos.
Otra duda era cómo había influido la intensidad de la vida política en ese tiempo tan vertiginoso: Perón asumió como presidente tras casi dos décadas de proscripción, a partir de las acciones del ERP en Azul, forzó la renuncia del gobernador bonaerense Bidegain y echó a los Montoneros de la Plaza de Mayo. Además, la Triple A comenzó a actuar confusamente con el asesinato del Padre Mujica y abiertamente con el asesinato del diputado Ortega Peña. Cuando Perón murió y su esposa, María Estela Martínez, asumió la presidencia bajo el consejo perpetuo de José López Rega, comenzó el fin. Me preguntaba cómo habría cambiado el diario si Montoneros había sido un actor político de ese tiempo, enfrentado a la derecha del gobierno y al patriarca político por cuyo regreso habían luchado.

¿Con qué propósitos Montoneros decidió en noviembre de 1973 sacar el primer número de "Noticias"?
Como todo medio periodístico, aspiraba a influir y lucrar. Aún en este caso, cuando los fondos provenían de acciones y movimientos financieros de una organización armada, influir no era el único punto, puesto que hacer un diario es carísimo. El punto de la influencia es significativo, ya que en el momento de la salida del diario, Montoneros contaba con un órgano de difusión de su línea, "El Descamisado", que llegaba únicamente a quienes ya estaban convencidos de la particular visión revolucionaria del grupo, o integraban directamente las organizaciones visibles que se conocían bajo el nombre general de Tendencia peronista.

¿Qué factores influyeron para que se convirtiera en el medio de comunicación revolucionario más importante de los ’70?
El staff, indudablemente, era de profesionales probados: Rodolfo Walsh, Juan Gelman, Horacio Verbitsky, Francisco Urondo, Norberto Habbeger y Miguel Bonasso fueron sus principales editores, todos ellos con militancia montonera. Además, en las secciones trabajaban periodistas sin esa militancia pero con experiencia, como Carlos Ulanovsky, Roberto Guareschi, Silvia Rudni, Leopoldo Moreau, Sylvina Walter, entre otros. La tirada quedó en un promedio de 100.000 ejemplares, con picos de 180.000 en los días posteriores a la muerte de Perón.

El escenario creado por "Noticias" también reflejó la difícil relación de los intelectuales con los procesos políticos.
El país fue fundado por intelectuales, las generaciones del ’37 y del ’80 construyeron los mitos sobre los que se unificó el sueño de una nación, sobre los que se diseñó el Estado como institución. En 1916, con el voto masivo -aunque todavía sólo para varones- que otorgó la Ley Sáenz Peña, ese papel pasó a los partidos políticos y los intelectuales ingresaron a la política por otros caminos. Leopoldo Lugones, por ejemplo, a través del golpismo; otros, a través de la función pública, la fundación de grupos y revistas para el debate político; otros, a través de la militancia. La relación con el peronismo fue un problema aparte para muchos de ellos; un problema tan complicado que se puede sintetizar en el ejemplo de Rodolfo Walsh, que pasó de un activo antiperonismo a denunciar los fusilamientos ilegales del golpe de 1955 y luego, vía Cuba y la CGT de los argentinos, a integrar las Fuerzas Armadas Peronistas y luego Montoneros. Creo que "Noticias" fue un escenario de participación muy especial para intelectuales como él: combinaban su militancia revolucionaria con su hacer crítico.

La heterogeneidad de su redacción -periodistas con compromiso político y otros sin vinculación con la militancia-, ¿de qué manera actuó en relación con el objetivo del diario que era construir y conformar un espacio y una herramienta en la lucha revolucionaria?
La heterogeneidad fue positiva para la calidad periodística del diario, ya que si se compara un ejemplar de los comienzos de "Noticias" con uno de "Crónica", "La Nación" o "La Opinión", verá que casi no había diferencias en la agenda de temas, al menos no diferencias mayores a las que se observan al comparar entre sí a esos otros medios claramente comerciales. Sin embargo, conviene recordar que todo sucede demasiado rápido y caóticamente. Se dan conflictos que la realidad superpone antes de haber resuelto el anterior. Varios redactores se quejaron de las presiones de Montoneros para que saliera o no saliera la información tal o cual, o para que el punto de vista enfatizara una cosa. Lo más visible de estos conflictos fueron las renuncias de aquellos que no querían construir y conformar un espacio y una herramienta en la lucha revolucionaria, sino hacer periodismo. Carlos Ulanovsky renunció con mucho dolor, como así también Pablo Giussani.

¿Quiénes marcaban la línea editorial del diario?
Los jefes de la redacción vinculados a Montoneros (Urondo, Walsh, Bonasso, Verbitsky, Gelman) tenían absoluta independencia para decidir qué se cubriría, cómo se haría, qué importancia se le daría. Se suponía que, por su misma militancia, verían el mundo desde el mismo prisma. Ese equívoco permitió que trabajaran sin sufrir censura. En cambio, sufrieron discusiones y tal vez represalias, como se puede suponer del alejamiento de Francisco Urondo de la secretaría de redacción, decidido por la conducción de Montoneros, junto con un descenso en los grados que casi militarmente otorgaba la organización. En esa época y en esos microclimas se veían desviaciones ideológicas y tendencias burguesas por todos lados. Además, la realidad era lo suficientemente caótica como para no permitir una interpretación unívoca.

¿Mario Firmenich ejercía algún tipo de presión para marcar el rumbo editorial?
Ante mí se quejó de que no tuvo la suficiente. "Si hubiera sido por mí –señaló– ‘Noticias’ habría sido el ‘Granma’". Supongo que quiso decir que él hubiera preferido controlar más firmemente la línea. Sin embargo, el hecho de tener figuras importantes de la organización a cargo de la redacción hacía innecesaria su influencia, en teoría; luego vería que esos intelectuales tomaban decisiones propias acerca de los hechos noticiables, o de cómo se los habría de cubrir, con las que no siempre coincidía el dirigente.

¿Qué pasó cuando Perón trató de imberbes a los Montoneros en la Plaza de Mayo?
Como los hechos políticos, la línea del diario derrapó. Hizo crisis el delicadísimo equilibrio entre la naturaleza informativa de un diario y los intereses políticos de la patronal. Montoneros se ubicó decididamente a la defensiva del ataque que la derecha peronista organizaba desde el Estado mismo (el Ministerio de Bienestar Social de López Rega, obviamente), y sus posiciones en esa pelea comenzaron a infiltrar el diario. Hubo tapas con conferencias de prensa de dirigentes montoneros que los otros diarios daban en una nota pequeñita ubicada en una página par perdida en el fondo de la sección política, si acaso la daban. Comenzó un deslinde de la realidad que constituye la más grave enfermedad posible para un diario. A medida que el diario se parecía más a lo que había sido "El Descamisado" (para entonces, cerrado por la presidenta y su ministro favorito), perdía su sentido. Pero también los hechos políticos perdían su sentido. La presidencia de María Estela Martínez, se sabe, fue una tragedia, preludio de otra.

Precisamente fue ella quien cerró el diario.
El diario fue cerrado el 27 de agosto de 1974 por un decreto presidencial. La señora de Perón consideró que "Noticias" desarrollaba "una intensa campaña de exaltación de las actividades delictivas en el campo de la subversión", lo cual constituía una "campaña de acción psicológica para hacer aparecer determinados hechos que se producen aisladamente como una instancia pre-insurreccional." No hubo intentos por reabrirlo, entre otras cosas, porque Montoneros tenía problemas más urgentes: pocos días más tarde, la organización anunció su regreso a la clandestinidad.

La elegida
Gabriela Esquivada
nació en Buenos Aires en 1967. A los veinte años ingresó al diario "Página/12", donde trabajó hasta 1995 como redactora y luego, subeditora del suplemento literario "Primer Plano", que dirigió Tomás Eloy Martínez.
Tras una etapa en revistas femeninas, en 1997 volvió a "Página/12" para inaugurar el suplemento "Radar libros".
Participó al año siguiente del lanzamiento del semanario "Veintitrés", en el que fue editora de ‘Sociedad y Artes’. Debido a su mudanza a los Estados Unidos, se convirtió en ‘freelancer’: publicó en medios argentinos como "Clarín", "La Nación", "3 Puntos", "TXT", "Rolling Stone", entre otros; también en latinoamericanos, como las revistas "Surcos" y "Gatopardo" y los diarios "Milenio" y "El Mercurio".
El libro "El diario Noticias. Los montoneros en la prensa argentina", publicado por Ediciones de Periodismo y Comunicación, La Plata, es su tesis de la maestría en periodismo y medios de comunicación, de la Universidad Nacional de La Plata y la Unión Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (Utpba).

Fuente: Diario Río Negro

Un capítulo de la investigación
La empresa editora del diario
"En los tempranos años '70 dos matutinos se destacaban por razones opuestas Crónica y La Opinión. El diario de Héctor Ricardo García, líder en las clases trabajadoras, se ubicaba en las antípodas del periodismo de interpretación del diario de Jacobo Timerman. Ambos modelos inspiraron a quienes hicieron Noticias: periodistas militantes dispuestos a dar al peronismo revolucionario un medio a la vez masivo e interpretativo.
"Tenían una idea clara -según Eduardo Anguita y Martín Caparrós-: no querían competir con La Opinión sino con Crónica. Aunque la formación de muchos los inclinara más a la primera opción" . Pero la ambición, a la segunda: "Esa fue una idea de Horacio, que todos aprobamos", recordó Juan Gelman: no podíamos ser un segundo diario, porque ibamos a vender como La Opinión, nada más" .
En ningún momento de los meses de vida de Noticias, entre el 20 de noviembre de 1973 y el 27 de agosto de 1974, se reconoció su vínculo con Montoneros.
Pero con el paso de los años esa pertenencia -que de todos modos se puede rastrear en las empresa editora y en los contenidos del diario- se ha ido revelando. Escribió Miguel Bonasso, director de Noticias, en su memoria Diario de un clandestino: "Anoche vino Dardo (Cabo) y me largó una idea sensacional: la Orga quiere lanzar un diario popular de gran nivel, con los mejores periodistas del país" . Según Gelman, fue Rodolfo Walsh quien había propuesto la edición de un medio para las fuerzas revolucionarias.
Para la fecha en que Bonasso recrea esa anotación, Montoneros contaba con una publicación política. Según Alejandro Costábile en su tesina sobre el semanario, El Descamisado salía desde el 22 de mayo de 1973, tenía una tirada de 100.000 ejemplares y buscaba homogeneizar el activismo montonero, por lo cual sus decisiones editoriales pasaban por la estructura de la conducción de la organización peronista . Un diario, en cambio, permitía ir más allá del núcleo militante, llegar a quienes no se había llegado, poner la línea de la organización en la construcción de la noticia.
Los criterios deberían ser los periodísticos que corresponden al periódico independiente de información general, que Héctor Borrat define como la necesidad de "dar señales -falsas o auténticas- del trato justo y equilibrado de los conflictos noticiables y del pluralismo de los comentarios políticos. (...) Cuando la línea política se hace explícita, su escenario es el editorial. De manera implícita, en cambio, la línea política recorre y modela todo el temario publicado: entendida como la estrategia del periódico, decide inclusiones, exclusiones y jerarquizaciones tanto en los escenarios de los relatos informativos como en los escenarios de los comentarios políticos"
En una de las reuniones preparatorias, con Francisco Urondo y Julio Iván Roqué, Bonasso conoció a Gregorio Levenson. Este empresario de 63 años en ese momento estaba vinculado a las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR): había sido el padre de uno de los fundadores de la organización que se fusionaría con Montoneros, Miguel Alejo Levenson, quien había muerto a fines de 1970. Se integró al peronismo revolucionario junto con su otro hijo, Bernardo, asesinado en un operativo del ejército a siete meses del golpe de 1976. En una entrevista para este trabajo Levenson explicó que se hizo cargo de la administración general de Noticias "como acto militante", convocado para integrar una comisión fundacional del diario. "Yo era más bien político, participaba de parte de las FAR", detalló. "Venía trabajando con Montoneros y una de las tareas conjuntas era la edición de un diario. El proyecto de Noticias fue la resultante de la política general de las dos organizaciones armadas que mayor fuerza y presencia tenían en el país. La idea era aprovechar la gran aceptación de las masas: con la llegada de Cámpora al poder, se abrían perspectivas de legalización para el movimiento en su conjunto y para las organizaciones armadas; como un arma democrática y legal, uno de los proyectos existentes era la edición de un diario. No se lo puede separar del crecimiento popular de Montoneros, las FAR y todas las organizaciones armadas. Fue el momento en que el peronismo estuvo más cerca del verdadero poder. Los Montoneros eran un factor importantísimo de ese poder y el diario no era ajeno" .
Levenson también recordó a Noticias en su memoria De los bolcheviques a la gesta montonera: "La edición de un diario popular y peronista, que cubriera todo el espacio político que habíamos conquistado a través de nuestras movilizaciones, con información objetiva y que fuera al mismo tiempo un medio de formación y orientación ideológica fue una hermosa tarea en la que confluyeron compañeros de gran capacidad técnica y fervor revolucionario.
Nos animó desde sus inicios la voluntad y firmeza de Paco Urondo, que fue designado por la conducción nacional (de Montoneros) responsable político y organizativo de la empresa" .
De profesión químico, dedicado a la administración de una industria del sector, Levenson se integró al proyecto de Noticias con un puesto de dirección: administrador general de Hoy S.A., la empresa que se constituyó para editarlo y de la que no quedaron registros oficiales. El primer directorio de Hoy S.A. estuvo presidido por el ingeniero José Palma, propietario de un frigorífico, e integrado por el ex vicecanciller del presidente Héctor Cámpora, Jorge Vázquez; el empresario metalúrgico César Cao Saravia, el sindicalista de fideeros Miguel Gazzera y el general Jorge Leal (quien había encabezado la primera expedición argentina al Polo Sur), entre otros. "Se dice que la financiación provendría del rescate del 'holandés', un alto ejecutivo de la Phillips por el que se pide un millón de dólares" , escribió Bonasso. Una versión que coincide con la de Anguita y Caparrós: "Goyo Levenson era el administrador: el que solía recibir los paquetes de dinero fresco, que venían, en buena parte, de un par de secuestros de gerentes de empresas extranjeras que los Montoneros habían cobrado en esos días".
Pero Levenson fue elusivo ante el punto: "No recuerdo. Yo no intervenía mucho en eso. No, no creo. No se hizo algo específico, sino que las organizaciones de algún lado sacaron dinero. A nosotros no nos querían comprometer. Y yo menos me quise comprometer en ese momento, ni (quiero) ahora, en afirmar que la plata salió de un secuestro".
El administrador insistió en que inicialmente las dos organizaciones financiaron el proyecto. "Necesitábamos un primer empuje, porque después el diario comenzó a tener una gran tirada e hicimos un acuerdo con (el ministro de Economía José Ber) Gelbard para que nos pautaran (publicidad) como a los demás diarios. A los cuatro o cinco meses ya teníamos una autofinanciación, peleando siempre pero sin depender tanto de las organizaciones" , argumentó. Y si cuando describió el directorio dijo que había estado formado por "simpatizantes y gente que pudiera aportar algo económicamente", aclaró luego que se había referido a las líneas de crédito que Cao Saravia logró que le otorgaran al diario en los bancos Rural y de Río Negro. Levenson
negó enfáticamente que luego del aporte inicial de capital se hubieran recibido otros, del empresario David Graiver -quien financiaba La Opinión -o del editor Rafael Perrota.
"Graiver en ese momento no existía. El primer contacto que tiene Graiver con Montoneros es cuando cobran el rescate de los Born. En ese momento el diario no tenía necesidad de dinero, Graiver no intervino para nada", repitió Levenson. "Perrota nunca aportó dinero. Con él teníamos un acuerdo profesional. El cobraba por sus servicios, normalmente" . Según Gelman, en cambio, Perrota habría prestado los talleres, por lo menos parcialmente, para la confección de las películas de Noticias. "Y eso le costó la vida", estimó, ya que fue desaparecido por la dictadura militar en julio de 1977.
Levenson se encargó de armar una sociedad anónima capitalista tradicional, con los canales y medios económicos necesarios para funcionar. "Yo tenía una empresa, conocía esta tarea. Me resultó fácil armar una estructura: trabajar con los bancos, conseguir créditos, contratar publicidad" , recordó.
Con la administración en sus manos, el sector producción se conformó de modo colegiado: Urondo y Juan Gelman, futuro jefe de redacción de Noticias, acordaron con Bonasso que él figuraría a cargo pero que el diario tendría una dirección colectiva. "Todo diario necesita una cabeza. Yo había sido secretario de Prensa del (Frente Justicialista de Liberación) FREJULI unos meses antes y era una figura pública de la izquierda peronista a pesar de ser joven: creo que eso pesó mucho a la hora de nombrarme director" , declaró Bonasso.
La pertenencia a las organizaciones armadas definía los bordes de esa dirección colectiva. "Los que éramos militantes conformábamos una célula de conducción -agregó Bonasso-. Los integrantes de la dirección estábamos todos encuadrados, en la R (FAR), en la M (Montonero); ese era un núcleo de hierro, que estaba subordinado políticamente". También Pablo Giussani, uno de los periodistas que renunció a Noticias por desacuerdo ideológico, confirmó en su memoria Montoneros, la soberbia armada los vínculos de la organización con el diario: "Paco Urondo, quien podía ser considerado un cuadro intermedio de cierto relieve en su condición de oficial montonero, fue designado a mediados de 1973 comisario político de la organización en el
diario Noticias, cuyo lanzamiento estaba previsto para el 17 de octubre de ese año. A tal título, me citó un día para ofrecerme la secretaría de redacción del rotativo".
Había otras militancias, como la de Leopoldo Moreau, redactor de universitarias y radical (quien ingresó al diario por expreso pedido de Raúl Alfonsín, afirma Cecilia De Dann) o de la agrupación peronista de secundarios. Recuerda Martín Caparrós, quien ingresó al diario como cadete antes de convertirse en redactor: "Los otros cadetes también eran gente militante, de la UES" . Pero la diversidad no hizo sombra a los propietarios. Levenson aseguró que durante los primeros meses "la línea política la marcaban Montoneros y FAR, que todavía no se habían unificado; estando el diario en funcionamiento se produjo la unificación.
Intervino alguna vez (Mario Eduardo) Firmenich, por Montoneros, y por las FAR el compañero Roqué, y se suscitaron discusiones políticas" .El ex director coincidió con él y evaluó que la conducción de Montoneros cometió en esos comienzos "los mismos errores que puede cometer un empresario dueño de un medio: presionar a los periodistas, hacer grosera la línea. Firmenich se quejaba de que salían pocos comunicados o noticias de los frentes de masas de la organización. En una reunión le dije: 'Es mucho más importante que el diario llegue a los actores sociales antes que publique comunicados. Si nuestros frentes de masas actúan sobre el conflicto verdadero, su presencia se va a notar en el diario por su simple participación. Pero no podemos convertir el diario en un reservorio de comunicados. No vamos a vender nada'".
Ese punto de vista se impuso durante unos meses: "Inclusive se puede ver cierta preocupación en la parte política por mantener una distancia" , estimó Bonasso. Pero todo cambió con el avance de la derecha peronista.
La portada del Nº 244, del 1º de agosto de 1974, titulada La universidad en estado de alerta e ilustrada con otra nota, la imagen de una olla popular del Matadero Municipal de Abasto, se cambió por Ortega Peña asesinado, con una foto del diputado Rodolfo Ortega Peña y dos del atentado donde murió.
Días después, cuando el comisario Alberto Villar atacó con golpes y gases al cortejo fúnebre dentro del cementerio, la tapa se tituló: Entierro a lo Villar. "En los últimos días -dijo Bonasso- el diario estaba en la línea abiertamente provocadora" . Se trató, según Caparrós, de "un proceso de aislamiento progresivo, que terminó de cristalizar el 6 de septiembre del '74 cuando Montoneros anunció el pase a la clandestinidad. El diario habíasido cerrado una semana antes".

Concepción del medio y antecedentes
De Dann afirma que Noticias apareció con el propósito de convertirse en un diario peronista que funcionara como herramienta en la lucha para la liberación nacional. "Se pretendía con él modificar la realidad socio-política, partiendo de la convicción de que esto es factible desde un puesto periodístico" , detalla, agregando que la lucha por el poder, entendido como relación política en permanente construcción, se da en y por los discursos. Tanto Levenson como Bonasso coinciden con ese punto de vista, y Horacio Verbitsky explicó en una entrevista para este trabajo que ese origen planteaba dificultades en la edición: "Hubo muchos conflictos porque la conducción de Montoneros tenía como ejemplo El Descamisado. Eso era lo que a ellos les gustaba: la resolución disciplinaria, en la cual la línea orgánica bajada por la conducción política se sigue a rajatabla, donde los cuadros que ejecutan eso no son intelectuales o, si lo son, se
subordinan acríticamente y producen esa revista vergonzosa, de estilo ramplón, prepotente, gritón, vulgar" .
Verbitsky reconoció que recibían "órdenes sobre cómo cubrir determinadas noticias" y "una presión constante para que el diario fuera más bien de tipo agitador"; en la redacción, esas pretensiones de los dirigentes de Montoneros encontraban "una resistencia constante a hacer ese tipo de periodismo porque, si bien no cuestionábamos la línea general, no estábamos de acuerdo con hacer un diario propagandístico, tachín-tachín, sino que queríamos hacer un diario que le sirviera a la gente. Noticias es una obra cuidadosa, de calidad profesional, de seriedad informativa, siempre en el borde, siempre en el límite" .

Existía, entonces, una tensión en las rutinas con que Noticias elaboraba sus discursos informativos. Miquel Rodrigo Alsina enumera el conjunto de actividades que en cada medio construyen, con independencia de su ideología, la noticia: "La determinación del acontecimiento, las fuentes, el trabajo vperiodístico en sí, son elementos de un proceso de producción institucionalizado" . En la medida en que esos criterios prevalezcan, según el autor, se puede hablar de masas media y no de otro tipo de prensa, como la política. También las nociones de periódico independiente de información general que ofrece Héctor Borrat -"todo aquel que se define y actúa en función de los objetivos permanentes de lucrar e influir, excluyendo toda relación de dependencia estructural respecto de cualquier otro actor que no sea su empresa editora" - se aplican a Noticias, ya que aunque sólo se haya hecho por la necesidad de establecer una composición legal del capital, la existencia de una empresa, y sus objetivos y rutinas consecuentes, evitaron un destino de prensa partidaria.
Las contradicciones entre los modelos de medios que querían los periodistas y la dirección de Montoneros se desarrollaron bastante, y no sólo en la determinación del enfoque noticioso de determinados acontecimientos. "Un tema motivo de muchas discusiones fue que en el diario había una sección de turf. Era muy buena, trajimos los mejores periodistas", recordó Verbitsky.
Sus títulos se destacaban normalmente en la tapa, incluyendo jactancias como seis aciertos sobre ocho en los pronósticos del día anterior. "Eso era un criterio periodístico: un diario que quería ser popular tenía que incluir el tipo de informaciones que en ese momento eran de consumo popular. Pero desde un punto de vista ideológico, eso era cuestionado", agregó.
El modelo resultante fue "una experiencia de periodismo popular", como tituló la revista Crisis su nota sobre el cierre de Noticias, con ciertas particularidades de enfoque en las actuaciones políticas, acaso no mayores sino simplemente más visibles que las medios tradicionales, según Bonasso: "Bajaba línea como pueden bajar La Nación o Clarín" . Lo señala Borrat: "El periódico independiente de información general es un verdadero actor político de naturaleza colectiva, cuyo ámbito de actuación es el de la influencia, no el de la conquista del poder institucional o la permanencia en él".
El texto de Crisis, elaborado por el Centro de Estudios de Comunicación Masiva (CECM) que en 1974 existía en la Universidad de Buenos Aires destacó que Noticias fue parte de un intento de renovación de la prensa popular, sucedido tras el fuerte cambio social que produjo el triunfo peronista en las elecciones. "Los quioscos se inundaron de nuevas publicaciones que, al mismo tiempo, eran nuevas propuestas periodísticas, intentos de fundarformas de comunicación y de información que correspondieran al proceso que se iniciaba".
Pero además del ascenso de las masas, otro factor influyente en este intento de renovación es un conjunto de antecedentes, tanto de la prensa popular (Crónica, y por eso el anterior Crítica) como de la alternativa que resistió a la represión desde 1955 (CGT) y de la interpretativa para minorías ilustradas (La Opinión). El CECM describe el resultado de esa mezcla curiosa: "Noticias, aunque siga en términos generales el equilibro de temas que desde hace décadas caracteriza al periodismo escrito, ha logrado alterarlo más que ningún otro diario incorporando al mundo privilegiado de la noticia la realidad política de muchos sectores subordinados.