domingo, 9 de junio de 2024

Edgardo Norberto Borda 1929 - 2024

Entre 1951 y 2023, estuvo ligado al mundo televisivo. Trabajó en cuatro canales de aire y uno de cable, y se consagró en su rol como director de grandes ciclos. Falleció este domingo a los 95 años.

Este domingo por la tarde se conoció el fallecimiento de quien fuera uno de los pioneros de la televisión argentina y uno de sus referentes más longevos, Edgardo Borda. El histórico director, que se jubiló en 2023 tras ¡72! años de trayectoria, murió a los 95 años. Las causas de su deceso todavía no fueron informadas.
Borda estuvo activo hasta el año pasado, cuando su familia le insistió para que se jubilara a sus 94 años y dejara finalmente su trabajo en Ciudad Magazine, último canal al que estuvo ligado y donde dirigió, por ejemplo, el ciclo La jaula de la moda.

"Le debo mucho a la televisión. Es mi vida y no te exagero", le dijo al diario Clarín en 2021, cuando fue entrevistado por los 70 años de televisión en argentina y por su regreso a la actividad tras el encierro de la pandemia, que lo obligó a alejarse del estudio durante 400 días, según él mismo contó.

Borda estuvo casado dos veces y tuvo tres hijos. Fue por recomendación familiar que en mayo de 2023 se despidió de la que llamaba "su casa".
Desde los comienzos de "la tele"
"Empecé como pasante, escondido, a fines del ‘51, y al año siguiente ya quedé efectivo", contó Borda en ese mismo reportaje al hablar de sus primeros pasos, que coincidieron con el comienzo de la televisión en Argentina, que se inició el 17 de octubre de 1971 con la inauguración del pionero Canal 7.

"Al principio hacía cosas de cadete, ‘Lleve esto, traiga aquello’. Fui testigo de los palotes de la tele. El grupo de gente que estaba ahí con don Jaime Yankelevich (el abuelo de Gustavo) a la cabeza era número uno. A nosotros nos daba no sé qué acercarnos a decirles algo. Pero sí estábamos dispuestos a todo", recordó.

En 1951, cuando se inauguró la TV en argentina con LR3 Radio Belgrano TV, luego sería Canal 7, Borda era electricista, telefonista y operador de los equipos de radio de las ambulancias. Alguien le dio un consejo que cambió su vida y se fue a la televisión. Allí comenzó su carrera como técnico y switcher. Dirigió el primer noticioso y la primera televisación de un partido de fútbol.
Lo que hoy se presume un cambio de paradigma en las pantallas, con la irrupción de las plataformas, ya lo había hecho Borda hace más de 60 años: en 1960 dirigió un largometraje para televisión, Los acosados, protagonizado por Pablo Acciardi, Alfredo Alcón y Orestes Caviglia. Ese mismo año estuvo a cargo de dos miniseries, Ceremonia secreta (basado en el cuento de Marco Denevi) con Estela Molly, Nelly Panizza y Milagros de la Vega, de tres episodios y Topaze, con Narciso Ibáñez Menta y Pepe Cibrián, de diez episodios.

No era streaming sino una pantalla chica a la que se accedía sin pagar una membresía y sin restricciones. Tampoco había fastuosos presupuestos generados por una industria multinacional que despersonaliza e invisibiliza el trabajo argentino: era la naciente industria nacional con jóvenes talentos puestos al servicio de una nueva forma de comunicación y de entretenimiento.
"En esa época, pensaba que esas ´ventanitas´, porque no les decíamos pantalla, iban a cambiar el mundo, ya que la gente iba a comenzar a recibir información visual directa sobre lo que ocurría", le dijo en otra oportunidad a La Nación.

"En los comienzos, había días que estábamos más tiempo con los personajes de ficción que con la propia familia. Se ensayaba, se hacía una pasada y luego salíamos al aire", recordó también en 2021 quien trabajara con figuras como Alberto Olmedo, Niní Marshall, Doña Petrona, Alberto Migré o Mirtha Legrand, a quien acompañó como director en sus almuerzos.
Luego de ser ascendido a switcher (operador de cámaras), a partir de 1954 comenzó a acercarse progresivamente a las tareas de producción y dirección, oficios que desarrolló en cuatro canales de aire (el 7, el 13, el 9 y el 2, hoy América) y, tras la llegada de Adrián Suar a El trece, en uno de cable: "Me dijeron ‘¿Querés ir al cable?’. Y empecé en Magazine".

Entre otros hitos de la vasta historia de la televisión argentina, Borda participó del primer noticiero de la TV, estuvo en la transmisión del primer partido de fútbol a nivel local (San Lorenzo vs. River Plate) y grabó la primera ficción premiada en el exterior. Al momento de jubilarse, en mayo de 2023, era el profesional con más trayectoria en la historia del medio televisivo argentino.
Otro de los hitos que tuvo en su extensa carrera fue la de dirigir en 1977 la versión argentina de Cumbres Borrascosas, una miniserie legendaria que contaba entre sus figuras a Rodolfo Bebán, Alicia Bruzzo, Gianni Lunadei, Carlos Andrés Calvo y Susú Pecoraro. "Fue una gran producción hecha en sólo 21 días con los recursos de la época, sin cámaras portátiles, grabando con sonido directo. Se realizaron 150 trajes exclusivamente para eso que lamentablemente se perdieron en uno de los incendios que sufrió el canal", aseguró Borda en Detrás de escena del libro por los 50 años de eltrece.

"Para hacer Cumbres Borrascosas, reprodujimos en el canal el enorme salón del castillo, en el inmenso estudio principal que teníamos en ese momento. Para ambientarlo hubo que comprar cientos y cientos de velas. Cada vez que yo decía corten, al terminar una escena, todos corríamos a apagar las velas para que al grabar la escena siguiente no perdiéramos la continuidad. Era muy gracioso vernos a todos corriendo", detallaba.

Asimismo, Borda contó que, mientras dirigía Almorzando con Mirtha Legrand creó "un código de trampa" con La Chiqui. "Cuando en el programa pasaba algo que a ella no le gustaba, se tocaba un aro, entonces yo paraba la grabación y decía "hubo un problema técnico, vamos de nuevo", recordó.
También protagonizó (y padeció) un suceso que se asemejaba a un gag pero tenía una profunda connotación de repudio a la dictadura militar, instalada desde el 24 de marzo de 1976. Alberto Olmedo, en el primer (y último) programa de esa temporada de El chupete, inició la emisión con un fundido a negro y una voz en off que decía que el actor "había desaparecido". Pasados los primeros segundos de silencio, Olmedo salía al aire corriendo y argumentando que había llegado tarde. El interventor militar, en un alarde de inteligencia de los que no abundaban, entendió la broma como lo que realmente significaba: una alegoría a la tragedia que vivía la Argentina, en la que cotidianamente desaparecía gente. Olmedo y Borda fueron inmediatamente despedidos. El bufo, además, sufrió amenazas de muerte y debió salir de la escena pública por un tiempo.

Recién reaparecería en la pantalla chica dos años más tarde, en un olvidable programa infantil de libretos esquematizados.

En una entrevista al diario La Nación, Borda describió, evocando sus orígenes: "En esa época, pensaba que esas ´ventanitas´, porque no les decíamos pantalla, iban a cambiar el mundo, ya que la gente iba a comenzar a recibir información visual directa sobre lo que ocurría". Era un visionario, en tiempos en que se estaba creando un arte nuevo.
En 2019, en la entrega de los Martín Fierro al Cable, se le dio un reconocimiento especial a su trayectoria. "En los últimos años me tuve que reinventar y adquirir conocimientos que no tenía. La televisión significa todo para mí", expresó y agregó: "Le dedico esto a mis hijas y mis nietos. Espero que les quede a ellos el recuerdo de que su abuelo hizo todo por el medio", dijo al recibir la distinción. En el mismo sentido pero en dirección opuesta, se podría decir que Borda significó todo para la televisión.

Actualmente la televisión abierta atraviesa una crisis de audiencia, una encerrona en gran medida impulsada por la competencia de plataformas, contenidos en redes, streaming, muy consumidos por los más jóvenes. ¿Se repite el miedo a extinguirse que tuvo la radio cuando apareció la televisión?, le preguntó Pablo Mascareño en La Nación y respondió: "Cuando apareció la televisión, nos hicieron una gran guerra, porque no nos querían ni los de la radio ni los empresarios teatrales, pero, lo que nadie cuenta es que, cuando Narciso Ibáñez Menta hizo El fantasma de la ópera, un gran éxito de televisión por la noche, los teatros tuvieron que cambiar el horario de sus funciones, porque les quitaba público. La televisión no va a morir jamás".
Fuentes: La Nación, Norberto Chab, Infobae, Archivo Señales