La intervención de Ente Nacional de Comunicaciones (ENaCom), opino que tiene lógica dentro de lo que es la política de este gobierno. Pero incluso si pudiéramos por un momento despegarnos de la política de este gobierno en particular, de Javier Milei, también tiene lógica yo diría en la concepción prácticamente unánime del sistema político, de los partidos políticos. Incluso previa a la irrupción de Milei respecto de la función de ese organismo gubernamental. Recordemos que este organismo fue creado por un decreto también de Mauricio Macri, que había anulado las entonces autoridades audiovisual de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), y las telecomunicaciones, Autoridad Federal de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (AFTIC). Y entonces ese decreto de Macri sujetaba al ENaCom a la decisión del Poder Ejecutivo. ¿Por qué? Porque tenía un directorio integrado por siete personas, cuatro de las cuales las designaba el Poder Ejecutivo, el presidente, y tres de las cuales las designaba el Congreso de la Nación, pero esas tres personas, incluso aún cuando el presidente tenía ya mayoría automática designando a cuatro, esas tres personas podían ser removidas. Y así lo dice el decreto de Macri, sin expresión de causa, o sea, porque se le cantaba al presidente.
Vale decir, hace nueve años que es un organismo gubernamentalizado, o ocho años y monedas, es un organismo gubernamentalizado. Entonces, lo que hace Milei ahora, yo creo, en mi modesta opinión, es de alguna forma sincerar esa sujeción por parte del organismo al presidente de la Nación, designando -según trascendidos periodísticos que a su vez citan fuentes de jefatura de gabinete de Milei-, a tres personas, dos de las cuales están muy familiarizadas con el organismo, porque han sido autoridades de este organismo, ENaCom, y han sido autoridades del ComFeR, qué estaba antes de la AFSCA y del ENaCom, y alguno de ellos ha sido autoridad del ComFeR tan lejos, estamos hablando del año 1999, 2000, 2001, o sea, lejos de representar una ruptura con la casta, si por casta entendemos este alto funcionariado estatal, lo que hace es elegir a algunas personas, seguramente muy identificadas con el ideario del presidente de Milei, para intervenir este organismo.
Esta semana, la diputada Silvana Giudice festejaba que el Ejecutivo incorpore dentro de su nuevo paquete de Ley Ómnibus un proyecto de ella, para eliminar algunas cosas que estaban dentro de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Giudice fue una de las directoras de este organismo, hoy intervenido, fue la propia Giudice, que le daba el ok y el visto bueno a un montón de proyectos que ahora critica.
Sí, fue presidenta, directora también antes de ser presidenta, designada por Macri, y además ella ha tenido una movilidad partidaria importante, porque viene del radicalismo, pero después pasó a filas del PRO, y ahora evidentemente está haciendo buenas migas con Milei, siempre del calor del poder. Silvana Giudice efectivamente, como presidenta, como directora, había avalado muchos de los proyectos del Fondo de Medios de Comunicación Audiovisual (FoMeCA), que son de aliento a medios comunitarios y sin fines de lucro, y ahora festeja, mejor dicho, se autoadjudica la autoría de haber colado por la ventana, en este llamado proyecto de Ley Ómnibus de Javier Milei, la eliminación del FoMeCA, también la eliminación de la Defensoría del Público Audiovisual, en fin, todas políticas muy regresivas, muy retrógradas, para entender el grado de regresividad que tienen, ni siquiera Milei las había propuesto, o sea, no estaba en el proyecto de ley ómnibus original, es algo que añade Giudici, y por lo que tenemos entendido quienes nos dedicamos a esas cosas, no sólo ella, sino obviamente otras personas muy vinculadas al macrismo que introdujeron medidas, que si las vota el Congreso la semana que viene, van a ser muy problemáticas porque retroceden en materia de promoción de pluralismo, de diversidad de géneros, de diversidad de propietarios, de diversidad de geográfica. Que, en fin, todo eso ha hecho el FoMeCA, que es un fondo que no tiene mayor incidencia en el presupuesto nacional. Si alguien pretendía con esto ahorrar dinero para pagar al FMI o no sé qué quieren hacer, tampoco lo van a poder hacer con el FoMeCA.
Cuando se debatía la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, en la redacción, dónde participaste, se tomó lo que sugerían organismos internacionales como fue la Unesco, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y otros, dónde se valoraba lo que tenía que ver con el derecho y el acceso a la comunicación. Ahora todo pueden ser borrada de un plumazo.
Sí, efectivamente es así, es lamentable, pero es así. Entre muchas otras afectaciones a jubilados o a la atención médica, a un montón de sectores de la sociedad, también, como uno podría decir y, perversamente, tiene lógica esto, porque es difícil avanzar sobre el derecho a la atención médica o el derecho a la educación pública y gratuita, si, al mismo tiempo, no se toma por asalto el capítulo de derecho a la cultura y a la comunicación, que es, efectivamente, lo que está haciendo este gobierno.
Muchos criticaban el trabajo de la Defensoría del Público, la gente ya no consume los medios tradicionales, como es radio o televisión, va por otro lado, dicen y señalan que la Defensoría terminaba siendo una especie de espacio de censura para muchas de estas cosas. Y creo que el rol de la Defensoría siempre fue otro
Creo que hay una contradicción entre quienes, muy ideologizados, hacen esos señalamientos. Siempre señalamientos que van a favor de recortar todo tipo de derechos, y siempre a favor de los grandes grupos de medios concentrados, curiosamente, pero esa observación sobre que ya no es importante la televisión, entonces no importa la Defensoría, pero guarda porque es un órgano censor, es contradictoria en sus propios términos. Porque si no es importante, entonces no importaría que lo fuera, pero tampoco lo es, ¿por qué? Porque la Defensoría no tiene poder sancionatorio. Ese es uno de los aciertos que tuvo la redacción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, su tramitación en el Congreso, y así salió publicada, y eso es lo que está vigente, por lo menos hasta hoy.
En cuanto al capítulo de la Defensoría, que es un órgano sin capacidad sancionatorias, y lo que ha hecho siempre es mediar cuando hay abusos. Por ejemplo, cuando una conductora en el aire de la televisión, en plena pandemia, insta a la ingesta de dióxido de cloro, y a la semana siguiente muere un chiquito por ingesta de dióxido de cloro, lo que la Defensoría, que no tiene poder sancionatorio, ha hecho es convocar las autoridades del canal, de la productora. O sea, siempre una labor pedagógica, de mediación, nada de eso es censor. Censor sí es cerrar la Defensoría, porque le quita la posibilidad de expresión, de reclamos de las audiencias. Es cierto que la radio, que la televisión tienen menos rating, menos encendido. Su lugar de trascendencia social ha cambiado en las últimas décadas, eso es verdad. Pero también es verdad que la televisión sigue siendo, en todas las encuestas, nosotros hicimos una el año pasado con Colsecor, uno de los primeros, si no el primer medio, que la propia sociedad argentina cita cuando dice cómo se informa. ¿Cómo se informa? El primer medio es la televisión. Es verdad que las redes sociales complementa un paisaje que hoy es distinto al de 2009, cuando se votó la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, eso no significa que la televisión haya muerto, lejos de estar muerto,
Otra de las cosas que está planteando este gobierno es el cierre de los medios públicos.
Sí, efectivamente, esa es otra de las medidas que ya el propio Milei, en campaña, había anunciado, y algunos de sus voceros cómo la diputada Lilia Lemoine. Ese es otro capítulo lamentable de su propuesta política. Hoy los medios estatales son la única conexión informativa federal. La agencia TelAm es la única conexión informativa. Es el único medio que hoy tiene 24 corresponsales en todas las provincias argentinas. El único medio federal es la agencia TelAm. ¿Podría mejorar? ¡Por supuesto que sí!. La única vía para explorar formatos infantiles sin publicidad es el Estado, a través de la señal PakaPaka, o de cultura con Encuentro. La única radio nacional es el radio del Estado argentino: Radio Nacional. ¿Por qué? Porque son formatos que el mercado entiende que no le interesa, pues no son muy lucrativos. Entonces, se trata de géneros, de formatos, de presencia federal, aunque no sea redituable, aunque no sea mercantilmente atractiva, sin embargo forma parte de la obligación de acceso a la cultura que el Estado tiene que brindar a toda la población, independientemente de si vive en La Quiaca o si vive en el centro de la ciudad de Rosario.
Después de lo que charlamos queda claro que el derecho a la comunicación está en peligro. ¿Qué hacemos para tratar de ponerle un freno a esto?
Yo creo que la respuesta es compleja, porque es mucho más. No es una tarea sólo de comunicación lo que hay que hacer. Esta es una tarea más integral. Acá están vulnerando todos los derechos, también el derecho a la comunicación. Entonces, a mi juicio, lo que hay que hacer es pelear por la democratización de la sociedad argentina, que está perdiendo de manera veloz una gran cantidad de derechos laborales, de atención médica. Entonces, me parece que, en el marco de esa agenda grande, se inscribe también la agenda del derecho a la comunicación. Quienes nos dedicamos a estos temas tenemos la función de explicar por qué es importante, dentro de esa agenda general, sostener esta que estamos nosotros más involucrados, pero no puede estar disociada una cosa de la otra. Es decir, en un país que avasalla todos los derechos, insisto, perversamente tiene lógica también avasallar el derecho a la comunicación.
Una oyente, Graciela, me plantea en un mensaje: Finalmente son las redes sociales las que imponen las agendas de muchos de los medios, con cosas que son las que ustedes están combatiendo en este momento
Eso es relativo. Es cierto que la circulación de mensajes en redes sociodigitales alimenta parte de la agenda mediática tradicional, pero esa formulación es más correcta a la inversa. En las redes sociodigitales conversamos sobre todo de lo que ocurre en los medios tradicionales y eso pone en circulación una gran cantidad de conversaciones, discusiones en redes sociodigitales. Milei mismo es un producto de la televisión, él es un panelista, es un tipo que durante 15 años fue el economista con mayor cantidad de minutos en la televisión argentina. La televisión lo hizo conocido. Lo hizo un personaje extravagante, pero muy presente en programas incluso de chimentos, no solamente políticos. Le dio una visibilidad que luego él explotó, sus seguidores y sus grupos explotaron en redes sociodigitales, más o menos con destreza. De ahí la importancia radical que tuvo la televisión en su proyección. Nos muestra nuevamente la importancia de los medios tradicionales, sin subestimar que por supuesto parte de nuestra agenda también tiene que ver con lo que conversamos en las redes sociodigitales.
Por último, nos enteramos de las novedades de este gobierno, viendo los me gustas de Milei en Twitter.
En eso, él copia mucho el estilo Trump, un presidente tuitero que ahora cuenta con la simpatía, que se tienen mutua, con el dueño de Twitter, Elon Musk. Pero él ahí está copiando mucho del estilo de Trump, incluso en esta permanente agresión que hace a periodistas, incluso periodistas que son muy oficialistas, a los que califican ensobrados, todo eso es la retórica y el envoltorio estético de Trump.
Martín Becerra es especialista en medios y políticas de comunicación. Doctor en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona, profesor titular de las universidades nacionales de Quilmes y Buenos Aires, e investigador independiente en el Conicet. Es autor de libros sobre estructura y concentración de medios en América Latina y políticas de comunicación.