Periodistas y autoridades de la SIP en uno de los paneles de la Asamblea.La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) inauguró ayer su 78ª Asamblea General, que este año se celebra en Madrid, España. Más de 250 periodistas, editores y propietarios de medios de comunicación asisten al encuentro que aborda la situación de los medios y los desafíos para el ejercicio libre del periodismo.
Esta reunión es la primera presencial desde 2019. En ella, además de revisar los informes de cada país sobre el estado de la libertad de prensa, se presentan los resultados del Índice Chapultepec, un barómetro de la libertad de expresión y de prensa en el continente americano.
La sostenibilidad de los medios de comunicación es uno de los temas principales de discusión. “El mayor reto de nuestra industria es la sostenibilidad de los medios y el apoyo al periodismo local”, dijo el presidente de la SIP, Jorge Canahuati, durante su discurso en la inauguración de la Asamblea General.
Desde América Latina
Periodistas de Nicaragua, Venezuela, El Salvador y Cuba denunciaron este viernes el trauma personal y profesional que significa tener que exiliarse para esquivar las “amenazas” de los gobiernos de esos países, con las que intentan “amordazar” la libertad de expresión y de prensa.
En la mayoría de los casos, dejan de ejercer el periodismo y de contar lo que pasa en su país por “temor”; sus familias siguen allí, donde son conocidas y vigiladas por las autoridades; las fuentes informativas también tienen miedo de hablar, incluso de manera anónima, y la vida suele ser mucho más cara en el extranjero.
Néstor Arce (Divergentes, Nicaragua), Gabriela Cáceres (El Faro ,El Salvador), Yadiris Luis Fuentes (Eltoque.com y ADN, Cuba) y Alonso Moleiro (colaborador de varios medios en Venezuela y en El País de España) participaron ayer en la 78ª Asamblea General de la SIP.
Fue en la mesa redonda “Por cada golpe a la libertad de prensa, un nuevo defensor”, moderada por el periodista de la Agencia EFE Alfonso Bauluz, presidente de Reporteros Sin Fronteras España; y Carlos Jornet, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP y director de La Voz del Interior.
“En 2022, la ola de violencia fue imparable. En menos de 10 meses transcurridos hasta hoy, son 38 los comunicadores silenciados por ataques que, en su enorme mayoría, aún no han sido esclarecidos”, señaló Jornet. Luego agregó: “Se suman 40 ataques desde nuestra Asamblea de octubre de 2021; 21 de ellos en México. La situación es crítica en ese país. La violencia contra la prensa parece no tener freno”.
“Cuando se silencia a un periodista, se silencian miles de voces, se vulnera el derecho ciudadano a informarse y a debatir”, sentenció.
“En estos mil días (desde que se inició la pandemia), el crimen organizado asesinó a unos 70 periodistas. En muchos casos, con la complicidad y casi siempre con la desidia de gobiernos y de fuerzas de seguridad. Y con un “bill de impunidad” que actúa como aliciente”, dijo.
Jornet expuso una serie de datos contundentes para retratar el peligro de ser periodista en México en los últimos 36 años: “En los 2.190 días de gobierno de Felipe Calderón, hubo 59 periodistas asesinados; en los 2.190 días de Enrique Peña Nieto, 48 muertos, y en la gestión actual, 52 asesinatos, cerca del récord de Calderón. Pero en apenas 1.384 días, ya que aún falta más de un tercio del mandato de Andrés Manuel López Obrador”.
“Sobre 660 comunicadores asesinados en 36 años, México supera por un tercio la cifra de muertos de Colombia y triplica la de Brasil, otros dos países que padecen el flagelo de la inseguridad para la prensa”, añadió. Jornet subrayó que entre los 613 periodistas varones y 47 mujeres abatidos en 36 años, sólo el 9% de casos esclarecidos, “lo que revela la otra cara de la tragedia: la alta tasa de impunidad, que termina incentivando la violencia criminal”, sostuvo.
Este año, la SIP se comprometió en la lucha contra la inseguridad que afecta a medios y a periodistas.
“Al presidente López Obrador le decimos, una vez más: en medio de esta tragedia, es irresponsable confrontar día tras día con la prensa. Modere su discurso, presidente, porque así sólo aviva el fuego que está consumiendo la libertad de expresión. Porque cada voz que es silenciada es una posibilidad menos de develar la escalada narco, la corrupción, las mafias enquistadas en las instituciones”, cerró Jornet.
Casos graves
Néstor Arce indicó que hay más de 180 periodistas nicaragüenses en el exilio que salieron por puntos irregulares de la frontera con Costa Rica para poder asegurar la vida y seguir informando sobre la realidad del país.
Aseguró que la libertad de prensa sufre un deterioro progresivo desde que Daniel Ortega regresó a la presidencia (2007); el poder ha ido “minando” todos los espacios de información independiente, ha comprado medios y trata de “manipular” las redes sociales. “Nicaragua es el único país del hemisferio sin un solo periódico impreso”, lamentó.
A pesar de la “represión”, el periodismo nicaragüense “resiste”, se ha reinventado, desde Costa Rica, Estados Unidos, México o España, donde profesionales tratan de seguir informando sobre su país, aunque tienen
Situación en México. En los menos de 10 meses de 2022 transcurridos hasta el presente, son 38 los comunicadores silenciados en México por ataques que, en su enorme mayoría, aún no se han esclarecido.
que vivir con sueldos nicaragüenses donde la vida es tres o cuatro veces más cara. “Pero es una lástima que se pierdan grandes periodistas por ese miedo”, apostilló.
También Miguel Otero (El Nacional, Venezuela) habló de la gran “diáspora” de periodistas venezolanos, que supone una “anulación” de su profesión, y apuntó que la SIP debería poner “énfasis” en ello.
La asociación Venezuelan Press de España agrupa a unos 400, pero sólo el 5% o el 10% ejerce la profesión, según dijo. Moleiro, a su vez, constató la “importante cantidad de periodistas en el exilio”, además de casos como el de Roland Carreño, dos años preso por estar acusado de “asociación para delinquir” y sin juicio abierto, aseguró.
A pesar del chavismo, del gobierno del presidente Nicolás Maduro y de la “censura”, valoró y agradeció que en Venezuela todavía haya periodistas que ejercen su deber cívico. Aunque advirtió de que la libertad de prensa se deteriore aún más y “pronto” se asemeje la situación a Nicaragua.
Gabriela Cáceres, quien salió de El Salvador en enero pasado de manera “preventiva”, denunció la persecución “muy directa” del presidente Nayib Bukele a su medio (El Faro )y al periodismo de investigación en general, los medios son “vigilados” y “espiados”, y probablemente empeore la situación, apuntó.
Yadiris Luis Fuentes explicó que el periodismo independiente es la “diana” del Gobierno y el Código Penal de la “dictadura cubana” para silenciarlo; y los profesionales que lo ejercen desde el extranjero “van a la cárcel si vuelven”. El “régimen” se dedica a “desprestigiar” a los periodistas (“mercenarios, vendepatrias”), y la comunidad internacional “a veces hace oídos sordos”, resaltó.
Por eso, “la mayoría estamos en el exilio y luego no nos atrevemos a contar nuestras historias”, comentó, pues necesitan “terapia” y adaptarse a otras sociedades. En Cuba, sintetizó, “no nos quieren presos, nos quieren fueran del país”.
Al margen, otros participantes en la asamblea alertaron del “deterioro” de la libertad de prensa en países como Perú y Guatemala, y falta de protección (o insuficiente) de periodistas colombianos, y pidieron acabar con la “impunidad” penal de los autores de crímenes contra estos profesionales.
La SIP es una organización sin fines de lucro, dedicada a la defensa y la promoción de las libertades de prensa y expresión en el continente americano. Está conformada por más de 1.300 publicaciones, entre periódicos, medios electrónicos y radios. Mantiene proyectos permanentes de monitoreo de vulneraciones al ejercicio periodístico, formación para profesionales en el área, y gestiones ante gobiernos para la aprobación de leyes para la protección de los periodistas y para garantizar el acceso a la información pública.
Conclusiones
La SIP finalizó su 78ª Asamblea General en esta ciudad con la presentación de las conclusiones tras cuatro días de reuniones.
78 Asamblea General - 27 - 30 de octubre de 2022 - Madrid, España:
Un preocupante y franco retroceso de la libertad de prensa se registra en las Américas. Ello se evidencia en el aumento de los asesinatos de periodistas, así como en la intensificación de prácticas de persecución y criminalización judicial que desembocan en detenciones y exilios de integrantes de los medios del continente.
Este panorama, que genera alarma y socava las condiciones democráticas de la región, se constata en los informes semestrales de cada país aprobados por la 78ª Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), reunida en Madrid de forma presencial luego de más de dos años de encuentros virtuales debido a la pandemia.
Los 25 periodistas asesinados en los últimos seis meses fueron el hecho que generó mayor condena e indignación por parte de los más de 200 editores de medios que asistieron al encuentro. La cifra asciende a 40 si se considera el período desde la 77ª asamblea, realizada en octubre de 2021.
Nuevamente México fue el país con mayor número de víctimas, con 11 homicidios de periodistas y trabajadores de medios desde abril último, sin que las autoridades de esa nación hayan logrado combatir de forma eficaz esta dolorosa tragedia.
Los otros países donde se registraron asesinatos fueron Colombia (3), Haití (3), Ecuador (2), Honduras (2), Estados Unidos (1), Paraguay (1), Brasil (1) y Chile (1). Además, en Colombia prescribieron, en medio de la impunidad, tres casos de periodistas asesinados en 2002.
Durante la reunión fue entregado el gran Premio Libertad de Prensa de la SIP, en calidad de homenaje póstumo, a 20 periodistas que fueron asesinados en México durante los últimos 12 meses.
La asamblea exhortó a gobiernos y autoridades a que asignen prioridad a las investigaciones que permitan capturar a los culpables de los asesinatos de periodistas en la región. Además, instó a promover medidas que garanticen la protección del personal de prensa, tema que también fue discutido durante las sesiones, en busca de crear mecanismos adicionales y sistemas que contribuyan a fortalecer la seguridad de los integrantes de los medios en condiciones de riesgo.
En ese sentido, Ecuador y Paraguay están creando sistemas de protección para periodistas, que se sumarán a los de Brasil, Colombia, Honduras y México.
Pero no solo mediante el asesinato se intenta silenciar las voces de una prensa libre que investiga, denuncia y cuestiona. En este período, la persecución mediante intimidaciones y la criminalización judicial ha llevado al exilio a 29 periodistas y mantiene en prisión, en muchos casos en condiciones infrahumanas, a 15 comunicadores y trabajadores de medios, ya sea por expedientes en curso o por condenas dictadas sin juicios justos.
El caso de Nicaragua, bajo el régimen de Daniel Ortega, sigue siendo el más alarmante. Seis periodistas condenados permanecen en prisión, en tanto que dos trabajadores del diario La Prensa siguen detenidos. Al menos 15 periodistas salieron al exilio y ya son más de 150 los que han vivido la misma situación en los últimos cuatro años. El gobierno continuó cerrando medios, entre ellos varias radioemisoras de la Iglesia Católica y cortó la señal de CNN en español.
Cuba es otro protagonista crítico de exilios y detenciones que lesionan gravemente la libertad de expresión. Un periodista y dos ‘influencers’ digitales permanecen presos, en tanto que cuatro ciudadanos están detenidos por críticas al gobierno en las redes sociales. Además, tres periodistas independientes se exiliaron y a otros 20 se les «ofertó» la opción de salir del país, con la amenaza de no regresar.
También en El Salvador dos periodistas permanecen presos, en tanto que 10 más se exiliaron debido a la hostilidad del gobierno de Nayib Bukele, el cual intensificó sus amenazas contra la prensa desde que decretó el estado de excepción para combatir las pandillas. Esta situación ha generado, además, autocensura de las fuentes informativas.
En Venezuela, otro país que ha sido fuente del exilio en los últimos años, el gobierno de Nicolás Maduro cerró 41 radioemisoras. También intensificó su ofensiva contra el libre acceso a la información mediante el bloqueo de sitios de internet de medios nacionales e internacionales. Para lograrlo, ordenó a las compañías telefónicas, oficiales y privadas, sacar del aire esos sitios web. Esa situación abrió una controversia sobre el papel de Movistar, filial de la multinacional Telefónica, por darle cumplimiento a este tipo de intervenciones antidemocráticas.
En esta asamblea se hizo un llamado para que se facilite que los periodistas en riesgo puedan acogerse al programa de Reporteros Sin Fronteras España con el Ayuntamiento de Madrid, que les brinda formación y apoyo.
Otro frente de preocupación es el serio deterioro de las condiciones de seguridad para el ejercicio periodístico por cuenta del avance del narcotráfico y el fenómeno de su transversalidad que abarca a varios países. Las denuncias de amenazas y hostigamientos contra la prensa bajo ese contexto se registraron especialmente en México, Colombia, Ecuador, Argentina y Paraguay.
A eso se suman las conductas de estigmatización del periodismo y las campañas de desprestigio provenientes de gobiernos, sus aliados y movimientos políticos. El escenario más extendido para estos ataques han sido las redes sociales. Los casos de mayor intensidad en este frente se registraron en Brasil, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, México, Perú y Nicaragua. También el ambiente de alta polarización en las campañas presidenciales de Colombia y Brasil desembocó en este tipo de hostilidad contra periodistas y medios.
La incitación a los discursos de odio en el ecosistema digital afecta prácticamente a toda la región, al punto que hasta en Canadá, uno de los países con mayores garantías para la libertad de prensa, las organizaciones de periodistas reclamaron al gobierno tomar acciones contra las plataformas y redes sociales para que frenen la circulación de mensajes violentos contra los medios y sus integrantes.
Además, siguen siendo inquietantes los intentos por limitar la libertad de expresión a través de leyes nuevas o en proceso de ser debatidas y mediante mecanismos gubernamentales de control.
En Cuba genera temor el reciente Código Penal, el cual aumenta los castigos, que incluyen prisión, por el delito de desacato en casos de ofensas o críticas contra miembros del gobierno. Y en Chile hay alerta por la decisión de la presidencia de Gabriel Boric de crear una comisión que contempla definir estándares sobre la «regulación del sistema de medios» y definir «el derecho a la libertad de expresión y de prensa». El borrador de un proyecto de ley en Colombia que establece restricciones a la libertad de prensa en el marco de una iniciativa para promover la pluralidad de medios comunitarios también despierta preocupación.
De forma positiva hay que destacar que Guatemala y República Dominicana archivaron leyes sobre ciberdelincuencia con mordazas a la prensa, mientras que Honduras derogó la Ley para la Clasificación de Documentos Públicos, que incluía obstáculos para acceder a información pública.
La presentación de un nuevo reporte del Índice de Chapultepec de Libertad de Expresión y de Prensa confirmó la situación crítica consignada en los informes de cada país. En la escala más baja, sin libertad de expresión, aparecen Cuba, Venezuela y Nicaragua. Las únicas dos naciones que están en la franja de libertad de expresión plena son Canadá y Jamaica. En tanto que en el grupo de parcial restricción figuran Colombia, Perú, Argentina, Honduras, Ecuador, Brasil, Bolivia, México y El Salvador. Guatemala está en la categoría de alta restricción. El resto quedaron clasificados en el bloque de baja restricción.
La compleja situación de quienes ejercen el periodismo, la pérdida de sostenibilidad de numerosas empresas de prensa por los efectos de la pandemia y el avance de las grandes plataformas globales y la consolidación en varios países de los poderes políticos autocráticos, limitan el papel de investigación y fiscalización de la prensa. Desde esta asamblea se reclamó a las plataformas digitales que remuneren a los medios en forma justa, razonable y equitativa por el uso de los contenidos noticiosos que distribuyen y monetizan. Todos estos factores constituyen hoy una mezcla de elementos que debilitan las democracias de las Américas, una región que hoy más que nunca necesita de un periodismo fortalecido y protegido por la sociedad.
La SIP es una organización sin fines de lucro dedicada a la defensa y promoción de las libertades de prensa y de expresión en las Américas. Está compuesta por más de 1.300 publicaciones del hemisferio occidental, y tiene sede en Miami, Florida, Estados Unidos.-