El Sindicato de Prensa de la Provincia del Chaco, lamenta y repudia la actitud del abogado Pablo Cristian Linares, quien en representación del Grupo Linke y Canal 9 de Resistencia, intenta amedrentar, censurar e incluso imponer una mordaza legal a periodistas de distintos medios de comunicación por el solo hecho de realizar críticas al multimedio que conduce la familia Linke y al gerente de noticias del canal 9, Marcelo Rubiolo.
Este tipo de actitudes que buscan coartar la libertad de expresión y el derecho social a la información no hacen más que debilitar el sistema democrático y encorsetar el libre debate de ideas y opiniones en una sociedad abierta y plural.
La libertad de expresión es uno de los derechos fundamentales del ser humano y no pueden ser menoscabados por ningún grupo mediático, por más poderoso e influyente que este sea.
Pedimos a las autoridades del multimedio que den marcha atrás con esta decisión y que revean este tipo de actitudes para que no vuelvan a repetirse en el futuro.
Pedimos a las autoridades del multimedio que den marcha atrás con esta decisión y que revean este tipo de actitudes para que no vuelvan a repetirse en el futuro.
Ministerio de la Verdad
Pablo Cristian Linares, asesor legal del Grupo Linke y de Canal 9 de Resistencia, intimó esta semana mediante cartas documento a por lo menos tres periodistas del Chaco a quienes ordenó retractarse bajo amenaza de una demanda civil. ¿El delito? Criticar al multimedios y al gerente periodístico, Marcelo Rubiolo, en redes sociales. El increíble caso de un grupo mediático que amenaza con poner un bozal legal y promover acciones legales contra quienes no piensen como ellos, en esta crónica de LITIGIO.
Hace más de una década que dejé la casa de mis viejos. Me fui poco tiempo después del nacimiento de mi hija. Desde ese entonces, vivo en un barrio de la zona oeste de Resistencia.
A pesar de que ya no estoy más con ellos, aún mantengo esa dirección en mi documento. ¿Por qué no la cambié? No lo sé. Ahora que lo pienso, nunca me interesó cambiarla. No creo que sea sólo por la modorra que me da ir al Registro Civil. Considero que hay un vínculo ahí, una necesidad de sentirme en casa siempre, con mi mamá y mi papá, aunque sea en términos administrativos. Esté donde esté, el barrio España siempre será mi barrio.
Lamentablemente, esta cuestión hace que mucha de mi correspondencia les llegue a ellos. Facturas de la patente del auto, de la tarjeta de crédito y demás. El martes, entre tantas cosas, llegó una carta documento. Estaba firmada por un tal Pablo Cristian Linares. De común acuerdo, porque no tenían idea de qué demonios se trataba y en qué problema se había metido su hijo periodista, mis viejos decidieron no recibirla.
Me llamaron preocupados. Me explicaron qué pasó. Les dije que no tenía idea. Tampoco conocía a este tal Linares. El apellido me sonaba, pero no sabía quién era.
¿Qué hice entonces? Primera bolilla de Investigación Periodística I: rastrear ese nombre en Facebook y Google. Ahí apareció la conexión: Pablo Cristian Linares es abogado y familiar de uno de los principales productores de Canal 9 de Resistencia. Empecé a entender de qué se trataba.
***
Pero antes retrocedamos unas cinco semanas.
Al 31 de mayo, más precisamente. Ese día me enteré de una noticia muy triste mediante una cadena de whatsapp. Julio Sosa, conocido en el ambiente periodístico chaqueño por haber sido durante mucho tiempo la voz de las noticias de Canal 9, fue diagnosticado con ELA (Esclerosis Lateral Atrófica). Por si no la conocen, es la misma enfermedad que padece el senador Esteban Bullrich. La ELA es neurodegenerativa y produce atrofia muscular e inmovilidad progresiva. Una mierda, realmente.
En ese momento, y al conocerse el caso de Bullrich, la familia del colega (quien sufre serios deterioros en su motricidad y hasta le cuesta hablar) se animó a iniciar una campaña para recaudar 30 mil dólares y así afrontar los gastos de un tratamiento experimental en EEUU que le podría mejorar su calidad de vida.
Al día siguiente de enterarme de esto, hice un comentario en mi cuenta de Facebook en el cual mencioné que me parecía un despropósito hacer una campaña solidaria para pagarle el tratamiento a Julio sabiendo que los dueños del canal en donde trabaja, la millonaria familia Linke, tienen los recursos suficientes para hacerlo. Para los Linke, comenté en ese momento, 30 mil dólares era un vuelto. Pues bien, ese comentario, tuvo 549 compartidos, 271 reacciones y 55 comentarios. Es decir: se hizo viral.
Un rato más tarde, amplié la información para que se entienda de qué hablamos cuando hablamos de una familia rica y poderosa como esta.
Mencioné que los dueños de Canal 9 tiene un grupo empresario con una gran cantidad de firmas dedicadas a las telecomunicaciones y a la producción primaria. Y detallé cuáles son sus unidades de negocio, las cuales se las puede encontrar fácilmente en una búsqueda rápida por Internet.
En telecomunicaciones, son dueños de Canal 9 de Resistencia, Radio Nordeste, Diario 21 y Video Visión Centro (operadora de cable e internet del sudoeste chaqueño). En actividad agroalimentaria, son propietarios de Agrocoton SA, El Estero SA y Fibra (desmotadora de algodón ubicada en Gancedo con la mayor capacidad de Sudamérica para producir 800 toneladas de algodón bruto/día).
También en su faz agropecuaria, el grupo opera en seis provincias: Chaco, Corrientes, Formosa, Santa Fe, Santiago del Estero y San Juan. Cuenta con 10 mil hectáreas ubicada entre Hermoso Campo y Santa Sylvina con explotación ganadera. En la provincia de San Juan cuenta con 3 mil hectáreas donde se desempeña en el desarrollo turístico y en Santiago del Estero tiene el centro tecnológico más importante de la firma con una estructura montada en la zona de Tintina, Quimilí y Otumba. Además, según su página web, tienen 45 mil hectáreas en producción. Es decir: tienen mucho dinero. Y si mis cálculos son correctos, podrían pagarle el tratamiento al colega sin que eso afecte sus finanzas.
Ese mismo día, un par de horas más tarde, en el noticiero nocturno de Canal 9, el conductor del programa y también gerente periodístico, Marcelo Rubiolo, se refirió al caso de Julio Sosa, a la familia Linke y a mí, cuidando de no mencionar mi apellido, por supuesto.
Con cara de tipo duro y enojado, barba de dos semanas algo recortada, saco oscuro y corbata al tono, Rubiolo comenzó su editorial con ideas hilvanadas de manera muy dificultosa. En un momento dado, parecía que intentaba hacer una amenaza, evocando El Padrino, pero se quedó en el camino por las dificultades propias para sostener alguna coherencia discursiva. (Pienso, sin embargo, que es más inteligente de lo que se muestra. Nadie llega a ese lugar de casualidad.)
Esto dijo Rubiolo en su editorial:
"La mejor manera de respetar (a Julio Sosa y su familia) es con el silencio o ayudando. Claro que siempre habrá atrevidos. Le agradezco a Bruno Díaz. Le agradezco a Batman. Porque se disfrazan de Batman en las redes, pero mano a mano y cara a cara no se animan a decir nada. Se esconden en el anonimato y hacen mucho daño. Pero gracias. Gracias por poner en duda el prestigio de tantos años de Canal 9 y el prestigio de la familia Linke. Yo quiero contarles que la familia Linke comenzó en una pieza de dos por dos. Don Guillermo comenzó arreglando planchas y hoy somos un gran Grupo pero sobre todo somos una gran familia. Y no quiero emular al Padrino, pero con la familia, todo. Fuera de la familia, nada".
El video de esa editorial lo compartí en mi redes sociales junto a un comentario dedicado:
"Marcelo Rubiolo, gerente periodístico de Canal 9, se refirió a mi hace un rato como ‘Bruno Díaz o Batman’. Dice que me escondo en el anonimato (eh??), que debería lavarme la boca antes de hablar del Grupo Linke y que tendría que hacer silencio. ¿Todo esto a cuento de qué? De mi pedido público para que los Linke, familia ultra millonaria dueña de Canal 9, de un servicio de cable en el interior, de una radio, de un portal, de miles de hectáreas de campo, de desmotadoras y de un largo etcétera, aporten 30 mil dólares para que Julio Sosa, periodista del canal que padece ELA, pueda acceder a un costoso tratamiento experimental en EEUU que le mejoraría su calidad de vida. Para estos millonarios, esos 30 mil dólares, es menos que una propina. Rubiolo ya no sabe cómo lamer las botas de sus amos. No sé si le piden tanto, pero bueno. Cada uno elige su camino. Yo sé muy bien de qué lado de la mecha estoy".
Este comentario, junto al video, también tuvo un gran alcance en las redes, con 382 reacciones, 184 comentarios y se compartió 100 veces.
Pedro Farías, periodista de Villa Berthet, fue uno de esos cien que lo replicó.
***
Cinco semanas después, y con el asunto para mí totalmente olvidado, le llegó la carta documento a mis viejos, de parte de este tal Linares. Al día siguiente, recibí un mensaje directo por Facebook que me llamó la atención. Era del colega Pedro Farías. Pedro es un periodista conocido, pero nunca antes había hablado con él, salvo una vez, medio al pasar.
―¿A vos también te mandaron una carta documento? ―preguntó Farías.
―Sí, pero les llegó a mis viejos y no la recibieron. ¿Qué dice?
―Ya te paso.
Pedro reenvió una foto de un papel escrito con el típico fondo amarillo y el sello de Correo Argentino. Tenía como remitente el nombre del abogado Pablo Cristian Linares (el mismo que me había escrito), con domicilio en Avenida Alvear 50 (el edificio central de Canal 9).
Con errores de género, número, persona y puntuación, la carta dice textual lo siguiente:
"Resistencia, 02 de Julio de 2021. En mi carácter de Asesor Legal de TV Resistencia SA y ante las publicaciones realizadas en redes sociales individualizadas como "…cuando ante lo esencial está el alcahuete…" y otros comentarios en la que hacen referencia al Grupo Linke, Canal 9, TV Resistencia SA y periodistas de la empresa. La intimo que en el plazo perentorio e improrrogable de 24 horas de recepcionada la presente SE RETRACTE de tales publicaciones por ser las mismas totalmente falaces, injuriosas, calumniosas y carentes de toda verdad. En el mismo sentido LO INTIMO a que se abstenga de seguir publicando imputaciones que resulten agraviantes que afecten a nuestra honra, honor y prestigio en los medios, lo que además me generan daños y perjuicio irreparable a mi persona. Finalmente LO INTIMO A DESDECIRSE de las manifestaciones vertidas en las publicaciones mencionadas con el fin de revertir la situación generada con vuestras publicaciones maliciosas, todo ello bajo apercibimiento de iniciar acciones civiles (daño y daño moral) que me pudieran corresponder por derecho para el caso de su negativa, omisión y silencio de los actos intimados y emplazados por la presente. QUEDA USTED DEBIDAMENTE NOTIFIDADO".
Pedro recibió esta intimación por compartir el video de Rubiolo, con el agregado de un comentario que está muy lejos de ser una injuria, sino que era una mera descripción de lo que se veía. Lo que vieron todos.
Le pedí permiso para publicar la carta documento en Facebook. El objetivo era doble: exponer esta insólita situación y también rastrear a otras personas que también pudieron haberla recibido. Si lo habían intimado a él y a mí, era muy probable que las hayan enviado a otros. Me dio el okey y lo hice. Y efectivamente así fue.
Roberto Espinoza, periodista de Chaco TV y de Radio Provincia recibió una intimación similar a la de Farías, con el mismo remitente: Pablo Cristian Linares, avenida Alvear 50.
El texto era un copie y pegue con algunas variantes. Sólo se reemplazó la parte de "alcahuete" y de "redes sociales" con un genérico "ante las publicaciones realizadas en el PROGRAMA TELEVISIVO DE CHACO TV (sic)".
Le consulté a Roberto cuál fue la calumnia e injuria que había dicho al aire. Esto me contestó: "En realidad yo había dicho que al Grupo Linke no le costaba nada comprar el medicamento que necesitaba Julio (Sosa), que era un grupo de un poderío económico importante y que para ellos era una ganga el medicamento. Al otro día de haber dicho eso, también marqué al aire lo que me dijo el hijo de Julio Sosa, que no podían reprocharle nada al Grupo, porque tanto el Grupo como Marcelo Rubiolo ayudaron mucho a su papá. Básicamente eso".
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La libertad de expresión es uno de los derechos fundamentales de las personas. Como todo derecho, no es absoluto, pero sus límites están determinados por las calumnias e injurias (y tampoco es punible en todos los casos).
De todos modos, en este último punto, ninguno de mis colegas intimados ni yo incurrimos en estas acciones lesivas. Basta con releer todo lo escrito hasta el momento. El problema está en confundir un delito con la crítica dura en el marco de una discusión abierta propia de un sistema democrático.
En su artículo "La libertad de expresión y la represión penal de ideologías en el derecho argentino", el profesor de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Austral y de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Católica, Julio César Rivera, recuerda que el derecho de toda persona a difundir sus ideas por la prensa sin censura previa está consagrado en el artículo 14 de la Constitución Nacional y el derecho a la libre difusión de opiniones e ideas de toda índole se encuentra reconocido en los tratados de derechos humanos que gozan de jerarquía constitucional*.
¿Qué pasa cuando la opinión ofende a otros? ¿Cuándo se da de manera cruda o satírica? Rivera cita al constitucionalista Roberto Gargarella quien en una nota de Página/12 del 20 de diciembre de 2004, a propósito de la censura judicial a una exposición del artista León Ferrari, sostiene que si se reconociera la posibilidad de usar el aparato coercitivo estatal contra los supuestos ofensores de nuestras sensibilidad, "la discusión política de todos los días debería ser suspendida, porque en ella cada instante se entrecruzan críticas brutales, porque es de la esencia de ella que agrupaciones con ideologías contrarias confronten, se peleen, se desmerezcan o aún se denigren las unas a las otras".
"La prohibición del ‘discurso ofensivo’ dejaría a las minorías disidentes especialmente desprotegidas frente a la natural tendencia de las mayorías a silenciar al que ataca, cuestiona o ridiculiza los valores comunitarios. En este sentido, debe tenerse en cuenta que el derecho a la libre difusión de ideas busca proteger a los disidentes no sólo frente al gobierno de turno sino también frente a las mayorías opresivas", analiza Rivera.
Y añade: "El derecho de cada ciudadano a participar en el proceso de formación de la opinión pública y de influir en la colectividad es lo que distingue el sistema democrático de los sistemas totalitarios. La democracia constituye un proceso comunicativo, en el cual cada ciudadano tiene derecho a participar y a exponer su punto de vista acerca de un determinado asunto. La voluntad general es creada a través de un proceso permanente de discusión ente las mayorías y las minorías. De esta manera, el sistema democrático reconcilia la autonomía individual con la autodeterminación colectiva".
***
Para cerrar.
La situación en la cual nos vimos envueltos con otros colegas es cuanto menos bizarra. No sólo porque alguien envíe cartas documentos de manera masiva porque criticaron a una persona o a un medio en las redes sociales, sino porque ese alguien lo hace en representación de un grupo mediático cuyo derecho a la libertad de expresión y de prensa es fundamental para su funcionamiento. Un oxímoron por donde se lo mire.
Considero que la mejor alternativa que tienen desde ahora, con esta incipiente persecución judicial ya hecha pública, es bajar las armas y declinar todo tipo de acción legal e intento de censura.
Los grupos mediáticos poderosos, no sólo del Chaco sino de cualquier lugar del planeta, deben saber que no son dueños de la opinión. Tampoco manejan el Ministerio de la Verdad, en el sentido que le dio George Orwell en su novela "1984".
A pesar de tener todo el poder, todo el dinero y todas las influencias, no pueden controlar lo que se dijo, se dice o se dirá tanto de sus medios como de los periodistas y directivos que trabajan en ellos. La libertad de expresión vale tanto para ustedes como para el resto. Es la democracia misma.
Creo que al final del día, algo está bastante claro y vale la pena mencionarlo: con la revolución tecnológica, los medios alternativos y las redes sociales, los medios hegemónicos perdieron el control de la verdad. Aunque no lo quieran aceptar, y crean que aún son el único canal de aire que se puede ver en la provincia, la verdad ahora está en disputa, en todos lados, todo el tiempo.
Y ya no les pertenece.
Ya no más.
Fuente: Revista Litigio*El artículo cuarto de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre sostiene que "toda persona tiene derecho a la libertad de investigación, de opinión y de expresión y de difusión del pensamiento por cualquier medio". En tanto que el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos establece que "todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión".El artículo 13, inciso 1, de la Convención Americana de Derechos Humanos expresa que "toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir, y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección".El artículo 19, incisos 1 y 2, del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos indica que "nadie podrá ser molestado a causa de sus opiniones. (…) Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión; este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección".