En cada momento, los objetivos que dieron origen a la experiencia se mantuvieron: mostrar las noticias que los medios tradicionales no muestran (es decir, construir una agenda alternativa); poner las fuentes y voces de la clase trabajadora en la pantalla, abriendo las puertas de la emisora a la comunidad; funcionar como herramienta al servicio de las necesidades de nuestro pueblo organizado; construir masividad, disputar sentido y soberanía comunicacional.
El recorrido de estos 10 años tiene tres etapas. La primera se destaca por la pelea por la legalización al compás del debate, sanción y aplicación de la ley de servicios de comunicación audiovisual; la segunda abarca la defensa de las conquistas alcanzadas contra la regresión que infligió el gobierno macrista, resistiendo en el aire cuando empresarios oportunistas vaciaban sus medios y echaban a sus trabajadores y trabajadoras. La tercera etapa, en cambio, se abre como desafío sobre la base de las dos anteriores: crecer en escala, consolidar la profesionalización y la sostenibilidad, de manera de asegurar alternativas dentro del sistema de medios.
Fieles al compromiso que asumimos, Barricada TV quiere ser una pantalla para un mundo nuevo. Para eso necesitamos más concursos de radio y televisión comunitaria. Y para que eso pase, es fundamental terminar con la concentración mediática, recuperar el despliegue de la televisión digital abierta, poner en marcha el fomento, una ley que transparente la pauta oficial y el desarrollo de políticas públicas respetuosas del sector alternativo, popular y comunitario.
La comunicación es un derecho humano. Con concentración no hay libertad de expresión. Y sin medios comunitarios no hay democracia.
Del muro de Natalia Vinelli