lunes, 2 de diciembre de 2019

Juan Heilborn, Premio Gabo 2018: “La crisis del periodismo está en el modelo de negocios”

Juan Heilborn, editor de El Surtidor, que ganó el Premio Gabo 2018 a la innovación en medios
Diseñador gráfico y tipógrafo, el paraguayo Juan Heilborn se abrió camino desde los noventa en la arena cambiante del periodismo, donde hizo pie en los nuevos formatos. Como editor de El Surtidor acaba de ganar el Premio Gabo 2018 al Periodismo más Innovador de Iberoamérica, y el Global Youth and News Media Prize 2019 por la serie de reportaje ilustrado “Los desterrados del Chaco”. Estuvo de visita en el país para participar en el Festival de No Ficción Basado en Hechos Reales, donde dialogó con BAE Negocios sobre los desafíos de los medios, la desinformación y las amenazas a la democracia en un continente candente.

¿Por qué es tan relevante el tema de Los desterrados del Chaco para la comunidad?
La serie parte de un sentido de urgencia. El problema más grande en Paraguay es la desigualdad en la tenencia de la tierra. Chaco es un territorio muy grande que está siendo rápidamente depredado. Se está poniendo en peligro la vida natural y la enorme riqueza de la biodiversidad de ese ecosistema, el segundo ecosistema más grande de latinoamerica después del Amazonas. Para un medio pequeño como el nuestro es muy caro viajar a reportar ahí en terreno. Entonces decidimos hacer reportajes ilustrados. Hablamos incluso del negocio del carbón que va a Europa y de las comunidades que defienden su territorio. No es sólo gente aislada que busca hacer su negocio o falta de control estatal sino que hay un entramado de poder.

¿Cuál es el aporte de los nuevos formatos en estos temas?
El jurado del premio Gabo lo explicó muy bien. Logramos que no sólo sea una lectura inmersiva, en la que el lector se mete dentro de la historia con ilustraciones bellas y textos cortos con ligeras animaciones diseñadas para teléfono móvil, sino que también logramos explicar fenómenos muy complejos de manera muy sencilla. Más allá del premio, llegamos a audiencias inesperadas: hemos tenido lectores que nos explicaron que con sus niños pequeños ingresaron a ver la historia.

¿Qué rol están teniendo estas nuevas formas de narrar en un periodismo en crisis?
Creo que la crisis del periodismo está en el modelo de negocios, no está en el periodismo en sí. El oficio va a ser necesario cada vez más porque hay una crisis de desinformación. Sin embargo, cuando los modelos de negocios - no sólo de los medios corporativos sino también de las redes sociales- fomentan la desinformación o se apoyan en ella, la credibilidad en el periodismo es la que sale perdiendo. El periodismo debería salvarse a sí mismo primero.

¿De qué manera?
No hay una fórmula única. No creo que nadie la tenga. Nuestro entender, como equipo de El Surtidor, es que se tiene que acercar a la comunidad. Buscar que la audiencia participe activamente preguntando, aportando datos, creando pequeñas comunidades de especialistas que puedan generar cedibilidad a lo largo del tiempo. Creo que en el diálogo está el futuro del periodismo. En generar una conversación informada, en seguir la conversación y en no descartar ocupar espacios.

¿Cómo se puede salir de las burbujas de desinformación?
Es una pregunta difícil que mucha gente se está haciendo. Creo que al final de cuentas hay que tener en claro que la gente elige en qué creer. Todos tendemos a confiar más en los datos que confirmen nuestras ideas. Es muy difícil aceptar datos que contradigan nuestros prejuicios. En ese escenario, cada vez va a ser más obligatorio enseñar a los jóvenes, en la escuela o dónde sea, que es periodismo y qué no. Hay que trabajar sobre la alfabetización periodística para que los ciudadanos tengan más herramientas para no ser desinformados o no caer en conspiranoia o campañas.

Influencia evangélica en la región
El surtidor participó este año de la serie Transnacionales de la Fe, un trabajo que partió de Columbia University y fue realizado en conjunto con 15 medios de la región. Por su temática cobra una vigencia impactante.

¿Cómo se realizó el trabajo?
Teníamos directrices muy claras. La premisa de la investigación es que grupos ultraconservadores evangélicos tienen mucho poder en el actual gobierno de EEUU y tienen una agenda para incidir políticamente en América Latina con sus ideas. Se pudo demostrar en muchos de los países una influencia directa de estas organizaciones que tienen nombre y apellido, que tienen webs y que tienen muy claro su relacionamiento con embajadores en los diferentes países. Hay una claro delineamiento de sectores evangélicos conservadores que tienen una agenda que está incidiendo en políticas públicas en América Latina.


¿Cómo está afectando esto a las democracias?
En el retroceso de derechos porque son agendas que van en contra de los derechos universales. En Bolivia hay rumores de que están vinculados a un golpe de estado. El gobierno de Bolsonaro tiene asesores ligados. Son negacionistas del Cambio Climático, por ejemplo. Es peligroso.

¿En lo colaborativo hay una clave para el periodismo?
Sí, apostamos mucho a las redes. Participamos de cuatro redes periodísticas ahora mismo, una de ellas es Chequeado, otra Latfem (periodistas feministas) y también redes de periodismo ambiental. Creemos que para contar el marco general de la región, hay problemas que están muy relacionados unos con otros y soluciones que están relacionadas unas con otras. Sobre todo en derechos de género y crisis climática está todo muy vinculado. Podemos tener más relevancia, solidez y alcance si trabajamos con medios de la región.

Tipografías con historia
El bilingüismo en Paraguay
En su origen, muchas tipografías dialogan con momentos sociales, históricos, políticos. En el caso de las creadas por Juan Heilborn también hay un contrapunto con la realidad de su país, Paraguay. “Las tipografías son, así como la arquitectura, reflejo de su tiempo. En ambos casos, leer a qué tiempo corresponden requieren un ojo entrenado”, explica el diseñador. Y puntualiza: “Mi foco era mucho más pragmático. Buscaba una solución visual a un problema lingüístico. Paraguay es un país bilingüe. Se habla guaraní. La mayoría de la población habla una lengua indígena. Había una gran necesidad de equilibrar visualmente los dos idiomas por la ausencia de herramientas de tipografía para guaraní. Me dediqué por 10 años a las fuentes tipográficas que permitan la edición de textos bilingües de manera equilibrada”.
Fuente: Diario BAE