La apuesta por contar con contenido original de las grandes plataformas y cadenas como Netflix, HBO, Amazon Prime o Movistar acciona a la profesionalizada industria audiovisual en América Latina. El objetivo es diversificar su oferta de contenidos con productos que enganchen con las crecientes audiencias locales, pero también exportar la ficción regional a otras latitudes
Por: Laura Villahermosa
principios de los 2000 HBO empezó a analizar posibilidades para crear contenido en América Latina. Roberto Ríos, vicepresidente corporativo de producciones originales de HBO Latin America, explica que el canal de televisión por suscripción ya en los 90 tenía claro que uno de sus objetivos era tener presencia en América Latina y que esta estaba vinculada a generar contenido original. Sin embargo, estuvieron esperando a que el momento fuera el adecuado. “Era cuestión de tiempo para que el modelo económico tuviera sentido, porque, obviamente, producir cuesta más que licenciar. En 2000, viendo la ola que había puesto HBO con producciones de altísimo calibre como Los Soprano o Band of Brothers, nos dio el confort de explorar posibilidades”, dice Ríos.
Más al sur del continente americano, por otro lado, si bien había una relevante experiencia audiovisual, la industria era “virgen”, en el tipo de producciones que requerían. La región –explica Ríos– tenía una fuerte tradición en la producción de telenovelas, un formato que la cadena no quería explorar. Tampoco querían adaptar formatos ya existentes. “Es muy divertido, porque recuerdo estar en reuniones en México donde nos decían que hiciéramos una adaptación de Sex and the City, pero no queríamos eso. Queríamos encontrar historias locales porque para ser universal la historia tiene que ser genuina en origen”, dice el ejecutivo.
En 2004, y tras dar con una historia de los hermanos Walter y Marcelo Slavic, la cadena estrenó Epitafios, coproducida con la productora argentina Pol-ka Producciones, su primera serie en la región, a la que seguirían numerosas más los siguientes años. Y en sus primeras producciones –detalla Roberto Ríos– el trabajo del gigante de Warner Media fue casi de mentoría. “Queríamos transformar y ayudar a que naciera un grupo de producción que fuera capaz de cumplir con nuestras necesidades, como producir en HD. Había cuestiones, hasta de tipo técnico, de trabajar con narrativas más complejas, sin reiteración. En Brasil y en México trabajamos bastante con gente que venía del cine”, dice.
El contexto actual de la industria audiovisual es muy diferente. 15 años después de la primera incursión de HBO en América Latina existe mucha más experiencia en buena parte de los países y las grandes cadenas, plataformas y productoras de contenido se encuentran a la caza de contenido original regional. “Cada vez se está profesionalizando más el sector. Ahora las productoras son cada vez más sofisticadas y hay mejores guionistas, directores… ”, dice Óscar Berrendo, director de la Sociedad de Servicios para Productoras Audiovisuales (Egeda), quien asegura que las inversiones que están haciendo Netflix, Amazon Prime o HBO para tener contenido en sus propias plataformas está conllevando a que exista más capital para nuevas producciones.
En los últimos Premios Platino, organizados por Egeda y la Federación Iberoamericana de Productores Cinematográficos y Audiovisuales (Fipca), llevados a cabo en México. De hecho, Netflix estuvo presente escuchando 20 proyectos en los que invertir en una jornada organizada por la misma sociedad y la Cámara Mexicana de Cine. “Se hicieron unas semanas de pitching donde iban a escuchar proyectos que escuchaban los productores. Que la compañía esté dispuesta a escuchar tantos propuestas dice mucho de lo bien que se están haciendo las cosas”, dice Berrendo.
Netflix, HBO, Amazon, Disney, Movistar y Claro, entre otras grandes compañías de la esfera audiovisual, buscan hoy desarrollar contenido en tierras latinoamericanas. La primera de ellas, según Francisco Ramos, su vicepresidente de Contenidos Originales para América Latina y España, de hecho tiene un repertorio de más de 70 producciones originales grabando en la región. “Desde que llegamos en 2011 a América Latina vimos una aceptación muy fuerte de nuestros miembros por el contenido local”, detalla Ramos, cuya compañía cuenta con 148 millones de suscriptores e invirtió en contenido para su plataforma la friolera de US$ 12.044 millones en 2018, la mayor parte en contenido original.
Audiencias crecientes
Las plataformas conocidas como over the top (OTT) generaron unos ingresos de US$ 1.188 millones en América Latina en 2017, según el informe Global Entertainment & Media Outlook 2019-2023 de PwC, quien predice además que estos crecerán a una tasa anual de 10,7% a 2022. Y precisamente cifras como esta, según Federico Durán, productor general de la productora colombiana Rhayuela Films, justifican e impulsan la inversión en producciones en la región. “Netflix, Amazon, Movistar o HBO, tienen presencia en América Latina, que es un mercado muy poco trabajado desde un mercado global y al que se suma el mercado de los hispanos en Estados Unidos. Hoy estas empresas dicen ‘realmente tenemos este mercado de millones de espectadores muy a la mano y lo que hay que hacer es invertir en producción, en historias que atraigan y evidentemente en promoción’”, dice Durán.
Rhayuela empezó su andadura empresarial en 1995 haciendo videos musicales y publicidad, pero en 2008 se adentró en el mundo del cine y en 2016 en el universo de las series. En ese entonces la compañía desarrolló la historia de suspenso y terror Mil colmillos, junto con el guionista Jaime Osorio, que captó la atención de HBO, y que será la primera serie colombiana de la cadena. “Ahora estamos en la posproducción y empezando a mirar la segunda temporada”, dice Durán.
El productor colombiano asegura ver más apetito en la región por la generación de contenidos e insiste en que, en el escenario de entretenimiento de los próximos años, la exclusividad sobre los contenidos será una de las razones por las que las plataformas tendrán éxito.
“Hay un auge mundial en la industria audiovisual, con la llegada de nuevos jugadores como Neflix y Amazon, en la búsqueda de contenido. Ha empezado en Estados Unidos, pero América Latina está participando en la segunda ola de este movimiento”, dice Renata Brandão, CEO de la productora brasileña Conspiração, que empezó también con producción de videos musicales y cine, y en los últimos años ha producido series para HBO y Globo, como Mandrake, nominada a los Emmy o Sob Pressão.
“El contenido es el rey. Quien más tenga y más variado es el que mandará”, coincide Andrés Tagliavini, director de producción de la compañía asentada en México Ítaca Films, quien ha trabajado también con HBO en las producciones Capadocia (realizada por Argos) y Dios Inc.
“Todos están mirando a producir y ampliar sus catálogos, produciendo contenido ya local, un tipo de contenido que consume mucho la base de la pirámide. Por eso vienen y está empezando a crecer la producción de estas plataformas internacionales, pero como contenido local, productoras locales y equipos locales”, dice Simón Beltrán, oficial de Inversión de Industrias Creativas de Invest in Bogotá.
Andrés Tagliavini asegura sentir el auge actual en el mercado regional y recibir de forma constante acercamientos de televisoras que quieren escuchar sus proyectos. La alta demanda en países como México, sin embargo, está conllevando el desafío –según el productor– de contar con el equipo humano necesario para desarrollar los proyectos. “Filmé un comercial hace dos semanas y no podía conseguir gente. Me decían, tengo micrófonos pero no sonidista porque todos están en tal serie. Se ha hecho difícil conseguir un buen crew para trabajar, porque todo el mundo está ocupado”, dice y alerta del peligro de que en el mercado mexicano se cree una burbuja que encarezca más los costos y deslocalice las producciones.
“En México es difícil armar un equipo de producción, porque el volumen de producción es altísimo, pero en Colombia hay más disponibilidad”, explica Rodrigo Guerrero, socio directivo de la productora AG Studios. Guerrero explica que en los últimos años en Colombia las televisiones locales, como ha sucedido en otros países de América Latina, han bajado su nivel de producción, lo cual ha conllevado a que exista todavía más oferta que demanda de profesionales audiovisuales en el mercado local. “Todavía no estamos logrando cubrir todos los puestos de trabajo que las televisiones locales generaban. Sin embargo, la preocupación que tenemos en Colombia es si a mediano plazo vamos a estar capacitados para las demandas de contenido que estamos viendo que pueden llegar al país”, dice. De 2015 a 2018, las semanas de filmación de AG Studios crecieron 250%, según Guerrero. Y es que en ese periodo la compañía estuvo encargada de la producción de la segunda temporada de la serie Jack Ryan, producida por Paramount Television y estrenada en Amazon Prime y las segundas temporadas de Ingobernable, para Netflix y La Reina del Sur, de Telemundo y disponible en Netflix.
Nueva forma de trabajar
Cuando Andrés Tagliavini empezó a trabajar en la producción de Capadocia para HBO, lo primero que le sorprendió fue que la compañía les recalcara que no iban a empezar la producción hasta que estuvieran los guiones de los 13 capítulos terminados. “Nos dijeron, además, que no iban a estrenar la serie hasta que estuvieran todos los capítulos acabados”, dice el productor.
El trabajo en buena parte de los nuevos contenidos que se desarrollan para las OTT, cadenas y telcos a nivel regional no tiene la presión de tener que estrenar un capítulo cada día de la semana, propio de las series y telenovelas de las emisoras abiertas locales. “Es mucho más cercano al cine que a la televisión. Filmamos como si estuviéramos haciendo ocho películas”, dice Federico Durán, de Rhayuela Films.
El costo promedio por capítulo para una serie premium en América Latina, según Rodrigo Guerrero, es de alrededor de US$ 500.000, aunque puede superar US$ 1 millón, y en el caso de las series rodadas en inglés el costo oscila en US$ 2,5 millones.
“Desde hace varios años hemos visto cómo las audiencias tienen, cada vez más, acceso a contenido internacional, rompiendo las barreras del contenido local, y elevando sus niveles de exigencia. Esto ha llevado a que la industria en América Latina haya tenido que evolucionar para lograr mejores estándares, y competir exitosamente con las principales casas productoras. Hoy por hoy, podemos ver cómo las producciones locales cuentan con calidad global, profesionales de altísimo nivel, tecnología de vanguardia y novedosos contenidos”, dice Camila Misa, directora general de Contenidos de Televisa Estudios, cuyo canal se mantiene como el mayor productor y distribuidor de contenido de habla hispana y que en enero anunció un acuerdo de coproducción de series con Mediapro.
Justamente, la nueva forma de hacer series en América Latina fue una de las razones que llevaron a que la directora de cine peruana Joanna Lombardi decidiera asumir la dirección de Ficción en Latinoamérica de Telefónica Media Networks. “Venía de trabajar en Tondero, una productora local, y cuando me ofrecen el puesto, de hecho, me estaban pareciendo mucho más interesantes las series que las películas comerciales que se estaban haciendo como formato. Son supercinematográficas y permiten construir el personaje mejor. Además, una de las cosas que más me interesó fue la distribución. En el cine uno se pelea siempre por el tema de distribución, y en este caso lo ponemos en una plataforma y lo pueden ver 100 millones de personas”, dice Lombardi.
Hoy, como responsable de los contenidos de la telco de origen español en América Latina, busca y trabaja en el desarrollo de ficción en América Latina, con tres series hasta la fecha, una de ellas producida en el Perú, Un día eres joven, que ella misma dirige junto a Bruno Ascenzo y que cuenta el día a día de un grupo de cinco amigos a punto de llegar a los 30.
“Nuestra estrategia siempre es que haya un contenido original y está bien que haya contenido internacional, pero también nos gusta el de carácter local. La idea es darle diversidad al cliente”, dice Luis Acuña, director de Márketing Residencial de Movistar Perú.
La empresa de telecomunicaciones, que inició sus producciones locales con la serie La peste en España, evalúa coproducir películas en diversos mercados para hacer un proceso de promoción conjunta y estrenarlas en exclusiva en su plataforma, una vez que hayan pasado por las salas de cine. Se trata de la estrategia que siguen hoy ya DirecTV y Claro.
“Al entrar en producción de cine nos aseguramos de que se produzcan contenidos, que haya una ventana de distribución exclusiva para nuestros abonados en pago por video y que luego podamos reestrenar el contenido en nuestro canal”, dice Nicolás Albistur, director de programación de DirecTV Latinoamérica.
El ejecutivo explica que los dos elementos importantes del ecosistema de la compañía de televisión satelital son el deporte y la ficción. Y en el segundo ámbito, la compañía apuesta tanto por comprar contenido como por producirlo. “Hemos hecho La casa del mar y Todo por el juego, de la que estamos empezando a producir una segunda temporada”, detalla Albistur.
América Móvil, por su parte, no se queda atrás y ha estrenado series originales como La hermandad, El rey del valle, Hijos de su madre y Rubirosa, todas ellas producidas en México. “Consideramos que la apuesta de contenido original es muy poderosa. Empezamos en 2017 y estamos madurando y viendo cómo es el gusto de nuestros clientes”, dice Vanessa Solís, gerente de servicios de valor agregado de América Móvil.
Tanto Solís, como Albistur destacan el alto nivel del talento regional, algo que resaltan también desde Netflix y HBO. “En los últimos años se ha ido gestando y creando un grupo de gente muy activa y productiva en Colombia. Cada vez hay más escuelas y universidades que imparten carreras audiovisuales y creativas. Eso hace que el país sea muy interesante para los productores como Fox, HBO o canales como Nickelodeon”, dice Gustavo Nieto Roa, cineasta, guionista y productor colombiano.
“En Brasil hay nuevos técnicos saliendo de escuelas superiores de cine de calidad ligadas a las mejores universidades del país. Hace años hay guionistas, actores y técnicos que han sido formados de una mejor manera. Antes nos formábamos exclusivamente con la experiencia”, dice el director brasileño Carlos Diegues.
Bogotá Hub audiovisual
Colombia, cuna de grandes producciones de telenovelas que traspasaron fronteras como Pedro el escamoso o Betty la fea, según los especialistas, ha ido ganando peso como hub de industrias creativas a nivel regional, especialmente en lo que respecta al mundo audiovisual. Según Invest in Bogotá, de hecho, en los últimos 10 años las compañías audiovisuales que se han asentado en la capital del país han invertido más de US$ 460 millones.
“El tema audiovisual, contenido y producciones se vuelve en un interés particular dados los incentivos que se están promoviendo en este momento”, dice Luisa Fernanda Mesa, gerente de Promoción de Inversión de Invest in Bogotá. La ejecutiva se refiere a la Ley 814, conocida como Ley de Cine, o su posterior Ley 1556, de 2012, que ofrece una devolución para películas totalmente o parcialmente rodadas a nivel local del 40% del valor de los gastos realizados. “En 2012 empiezan a llegar grandes compañías y están viniendo a filmar muchos actores de Hollywood. Si no está Ben Affleck en el país, está Mark Wahlberg”, bromea Simón Beltrán. Para series, por otro lado, el gobierno ha sacado ciertos incentivos, como una extensión de siete años de impuestos a la renta.
“Lo tributario ayuda. Es lo que de alguna manera hace que miren en esta dirección, pero hoy los incentivos se aplican a películas. Las compañías vienen también por la variedad de locaciones, nuestra geolocalización y también por nuestra experiencia en producción, especialmente en televisión”, añade Rodrigo Guerrero, de AG Studios.
En el país –según Simón Beltrán– Netflix, NBC e Universal son los que más han producido y prácticamente tienen un hub local, mientras que Mediapro, HBO y Amazon con Paramount lo han hecho en menor medida. El ejecutivo de la entidad encargada de promover la inversión extranjera directa espera que con el pipeline de proyectos actual, puedan duplicar sus ingresos en la industria audiovisual en los próximos años.
Acción fuera de campo
La apuesta de Netflix en América Latina, según Francisco Ramos, es que sus contenidos locales, como en otras regiones, encuentren audiencias alrededor del mundo. De hecho, el ejecutivo explica que La casa de las flores, Siempre bruja o Luis Miguel, la serie, son algunos ejemplos de series que han traspasado fronteras, y demuestran que las buenas historias no tienen nacionalidad.
Y es que si bien las grandes compañías buscan contenido local para captar las crecientes audiencias locales, también aspiran a que estas sean consumidas en cualquier punto del globo. “Por el lado de generar contenido y de ser clientes de contenido, el potencial es gigantesco en la región, pero creo que hay una oportunidad muy grande de integración global. Todo nuestro contenido, sin excepción, sale de nuestra plataforma de HBO en Estados Unidos”, dice Roberto Ríos, de HBO, quien resalta que su alcance les permite coordinar esfuerzos de PR, marketing y programación.
En una arena internacional, para los productores locales las historias diferentes de los distintos países y su autenticidad son algunos de los puntos fuertes del contenido original latinoamericano. “Tenemos historias que tienen que ver mucho con cómo somos nosotros, apasionados, intensos y familiares. Además, tenemos localizaciones que hacen que donde pongas la cámara veas un paisaje que no has visto en series gringas y eso llama la atención”, dice Andrés Tagliavini.
En el caso de la productora brasileña Conspiração, según Renata Brandão, están creando historias con personalidad brasileña, que tienen los personajes típicos brasileños, pero que pueden entretener a nivel mundial. “La producción brasileña se ve bien en el exterior y ya existe un mercado consolidado para nosotros. El mercado busca la universalidad de un producto, y uno de nuestros objetivos es hacer que nuestro contenido viaje y sea comprendido en todas partes”, dice la ejecutiva, quien recalca que São Paulo es el segundo destino en número de filmaciones en América Latina.
“Una ventaja que tiene América Latina es que es original, sincera en mostrarse en la pantalla”, dice Rodrigo Guerrero. El productor colombiano asegura que para diferenciar las producciones regionales de otras, quizás valga la pena explorar la fortaleza latinoamericana en el melodrama. “Es algo en lo que hemos demostrado que somos buenos produciendo y en lo que quizás deberíamos enfocarnos”, señala el ejecutivo, cuya segunda temporada de La Reina del Sur ha sido la serie de habla hispana con mayor presupuesto de la televisión hispana.
Para Guerrero, en el contexto actual, con un mercado con cada vez más jugadores en la creación de contenido, nadie sabe cómo se va a acabar de configurar el mapa. Además de los canales existentes, en Iberoamérica, según el estudio Panorama Audiovisual Latinoamericano de Egeda, existen 250 plataformas activas de OTT, y según los especialistas, Disney, Apple o Hulu alistan aterrizaje regional. El teaser sobre el futuro de las productoras de contenido audiovisual latinoamericano parece muy interesante.
Taquillas contentast
Si al streaming le va bien en la región, el séptimo arte no se queda atrás. En la pantalla grande en América Latina, las cifras reflejan un buen momento de la industria audiovisual, especialmente en términos de taquilla. Y es que la venta de entradas de los cines en los países iberoamericanos crece de forma sostenida desde 2014, al pasar de 724 millones de asistencia ese año a 921,1 millones en 2017, según el informe Panorama Audiovisual Iberoamericano de Egeda y la Fipca. El número de estrenos, asimismo, creció un 29% en ese mismo lapso, al llegar a 5.668 en 2017, en su mayoría extranjeros: 4.755. De todos los países de la región, México y Brasil destacan por sus mayores recaudaciones, que superan los US$ 850 millones, y por sus producciones de películas locales, 176 y 158 en 2017, respectivamente. “En México han llegado a un récord histórico de películas producidas, lo cual da una idea de lo bien que se está trabajando. Esto se debe al impulso que le está dando el sector público, pero también al empuje del sector privado, que está apostando cada vez más por hacer películas mexicanas”, dice Óscar Berrendo, director de Egeda. Y es que México, en 2017 se situó como el cuarto país del mundo con más entradas vendidas.
Más al sur, para el director brasileño, Carlos Diegues, con más de 50 años de experiencia cinematográfica y que presentó recientemente en Cannes su último filme, hoy el cine local vive su mejor época en la historia. “Estamos produciendo un número de películas que nunca produjimos antes y lo estamos haciendo con gran calidad. No solo estamos haciendo películas con buenos resultados de público, sino que tenemos una nueva generación de cineastas que conquistan festivales y circuitos internacionales”, recalca.
Minha Mãe É Uma Peça (Brasil) y Hazlo como hombre (México) fueron las películas regionales más vistas en 2017, con 5.187.803 y 4.363.565 espectadores.
Fuente: América Economía