Más de 200 caricaturistas firmaron una declaración que busca que la caricatura sea reconocida como un derecho fundamental. La declaración fue enviada a la UNESCO durante la conferencia del Día Mundial de la Libertad de Prensa el 3 de mayo en Addis Abeba.
El caricaturista francés Xavier Groce coordinó la "declaración de Addis Abeba", como la llamaron, que incluyó a firmantes de más de 20 países.
El documento de dos páginas describe el valor intrínseco y único de las caricaturas, afirmando que el arte se encuentra cada vez más amenazado por intentos de censura a nivel mundial. Haciendo hincapié en el valor de la caricatura en la sociedad y el papel crucial del caricaturista en una democracia, el grupo pide reconocerla como un derecho separado, aparte del derecho a la libre expresión que ya está consagrado en el Artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos humanos.
Hay ejemplos de caricaturistas asediados en todo el mundo, como Aseem Trivedi, de la India, quien fue acusado de sedición en 2012, o los caricaturistas franceses que trabajaban en la revista satírica francesa Charlie Hebdo y fueron asesinados en 2015. En Ruanda se aprobaron disposiciones penales en 2018 para prohibir caricaturas que humillen a los funcionarios del gobierno (aunque hace poco fueron revocadas).
La declaración afirma que "la libertad de dibujar es un derecho fundamental", insta a los estados miembros a "abrir procesos de discusión y reflexión sobre el derecho a la sátira y la irreverencia ", y sugiere que la UNESCO designe un Día Internacional de la Caricatura. Su último pedido es que la Dirección General de la UNESCO "transmita esta declaración a la comunidad internacional en la próxima Conferencia General de la UNESCO".
"Si la UNESCO aborda este tema y lo transforma en una resolución oficial, podría ser una señal importante a nivel internacional para que en todos los países los caricaturistas editoriales sean respetados y se acepte la idea del humor, la sátira y la ironía", dijo Groce. un ilustrador francés que contribuye en el sitio online de Le Monde. “Hay algo específico de la caricatura editorial que, hasta ahora, no se entiende bien. Queremos remarcar que podemos ser irónicos, burlones y no aceptar tabúes".
La declaración fue apoyada por Cartooning for Peace, una organización internacional de caricaturistas editoriales fundada en 2006 con el apoyo del entonces Secretario General de la ONU, Kofi Annan.
"La gente debería reconocer que nuestro trabajo es importante para la democracia", dijo Nadia Khiari, una caricaturista tunecina que comenzó a dibujar durante la revolución de 2011. "Cuando un dibujante no puede trabajar en su país es porque hay un problema. "Contribuimos a la libertad de expresión y a la democracia como un barómetro, y nos sentimos menos solos cuando estamos organizados".
Los firmantes incluyeron dibujantes de la India, Bélgica, España, Argelia, Estados Unidos, Israel, México, Turquía y Suiza, entre otros. La declaración fue entregada a la UNESCO tras la mesa redonda sobre libertad artística y de expresión sin restricciones.
"El enemigo de las caricaturas no es solo la ley, es la autocensura, incluso a nivel del editor o de los medios", dijo Zunar, un caricaturista malayo cuyo nombre real es Zulkiflee Anwar Haque y que ha sido arrestado cinco veces por su trabajo. "La risa es la mejor protesta".
Si bien la libertad de expresión ya está consagrada en la ONU como un derecho fundamental, los caricaturistas esperan que el reconocimiento específico de su arte sume una perspectiva adicional.
"Nos interesa que los caricaturistas estén protegidos al darles una categoría especial", dijo Brandan Reynolds, caricaturista sudafricano del Sunday Times. "Será importante en los próximos años".
En junio pasado, el New York Times decidió dejar de publicar caricaturas en su edición internacional y un caricaturista canadiense se quedó sin trabajo en varias publicaciones después de una polémica caricatura. Sin embargo, en ambos casos, los editores dijeron que las decisiones no estaban relacionadas con ninguna ilustración o ilustrador específico.
Durante la conferencia, algunos caricaturistas contaron los problemas a los que suelen enfrentarse y cómo lidian con ellos. "Lo mejor que puedes hacer cuando tienes problemas como caricaturista es contactar a las asociaciones que defienden los derechos humanos y la libertad de expresión", dijo Khiari. Señaló que los caricaturistas editoriales pueden recurrir a Cartooning for Peace, que monitoria amenazas y ayuda a aumentar la conciencia pública global sobre los ataques a caricaturistas. Otro miembro de la organización dijo que estaban en el proceso de elaborar un manual para caricaturistas amenazados que se publicará a fin de año.
"Mi consejo para los caricaturistas que enfrentan amenazas debido a su trabajo es que no se detengan, porque eso es lo que quiere su agresor", dijo Zunar. “Sigue usando la caricatura para contar la verdad. Pero al mismo tiempo, asegúrate de hacer bien la tarea y manejar datos correctos a la hora de dibujar. De ese modo siempre podrás defender tu trabajo”.
El caricaturista francés Xavier Groce coordinó la "declaración de Addis Abeba", como la llamaron, que incluyó a firmantes de más de 20 países.
El documento de dos páginas describe el valor intrínseco y único de las caricaturas, afirmando que el arte se encuentra cada vez más amenazado por intentos de censura a nivel mundial. Haciendo hincapié en el valor de la caricatura en la sociedad y el papel crucial del caricaturista en una democracia, el grupo pide reconocerla como un derecho separado, aparte del derecho a la libre expresión que ya está consagrado en el Artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos humanos.
Hay ejemplos de caricaturistas asediados en todo el mundo, como Aseem Trivedi, de la India, quien fue acusado de sedición en 2012, o los caricaturistas franceses que trabajaban en la revista satírica francesa Charlie Hebdo y fueron asesinados en 2015. En Ruanda se aprobaron disposiciones penales en 2018 para prohibir caricaturas que humillen a los funcionarios del gobierno (aunque hace poco fueron revocadas).
La declaración afirma que "la libertad de dibujar es un derecho fundamental", insta a los estados miembros a "abrir procesos de discusión y reflexión sobre el derecho a la sátira y la irreverencia ", y sugiere que la UNESCO designe un Día Internacional de la Caricatura. Su último pedido es que la Dirección General de la UNESCO "transmita esta declaración a la comunidad internacional en la próxima Conferencia General de la UNESCO".
"Si la UNESCO aborda este tema y lo transforma en una resolución oficial, podría ser una señal importante a nivel internacional para que en todos los países los caricaturistas editoriales sean respetados y se acepte la idea del humor, la sátira y la ironía", dijo Groce. un ilustrador francés que contribuye en el sitio online de Le Monde. “Hay algo específico de la caricatura editorial que, hasta ahora, no se entiende bien. Queremos remarcar que podemos ser irónicos, burlones y no aceptar tabúes".
La declaración fue apoyada por Cartooning for Peace, una organización internacional de caricaturistas editoriales fundada en 2006 con el apoyo del entonces Secretario General de la ONU, Kofi Annan.
"La gente debería reconocer que nuestro trabajo es importante para la democracia", dijo Nadia Khiari, una caricaturista tunecina que comenzó a dibujar durante la revolución de 2011. "Cuando un dibujante no puede trabajar en su país es porque hay un problema. "Contribuimos a la libertad de expresión y a la democracia como un barómetro, y nos sentimos menos solos cuando estamos organizados".
Los firmantes incluyeron dibujantes de la India, Bélgica, España, Argelia, Estados Unidos, Israel, México, Turquía y Suiza, entre otros. La declaración fue entregada a la UNESCO tras la mesa redonda sobre libertad artística y de expresión sin restricciones.
"El enemigo de las caricaturas no es solo la ley, es la autocensura, incluso a nivel del editor o de los medios", dijo Zunar, un caricaturista malayo cuyo nombre real es Zulkiflee Anwar Haque y que ha sido arrestado cinco veces por su trabajo. "La risa es la mejor protesta".
Si bien la libertad de expresión ya está consagrada en la ONU como un derecho fundamental, los caricaturistas esperan que el reconocimiento específico de su arte sume una perspectiva adicional.
"Nos interesa que los caricaturistas estén protegidos al darles una categoría especial", dijo Brandan Reynolds, caricaturista sudafricano del Sunday Times. "Será importante en los próximos años".
En junio pasado, el New York Times decidió dejar de publicar caricaturas en su edición internacional y un caricaturista canadiense se quedó sin trabajo en varias publicaciones después de una polémica caricatura. Sin embargo, en ambos casos, los editores dijeron que las decisiones no estaban relacionadas con ninguna ilustración o ilustrador específico.
Durante la conferencia, algunos caricaturistas contaron los problemas a los que suelen enfrentarse y cómo lidian con ellos. "Lo mejor que puedes hacer cuando tienes problemas como caricaturista es contactar a las asociaciones que defienden los derechos humanos y la libertad de expresión", dijo Khiari. Señaló que los caricaturistas editoriales pueden recurrir a Cartooning for Peace, que monitoria amenazas y ayuda a aumentar la conciencia pública global sobre los ataques a caricaturistas. Otro miembro de la organización dijo que estaban en el proceso de elaborar un manual para caricaturistas amenazados que se publicará a fin de año.
"Mi consejo para los caricaturistas que enfrentan amenazas debido a su trabajo es que no se detengan, porque eso es lo que quiere su agresor", dijo Zunar. “Sigue usando la caricatura para contar la verdad. Pero al mismo tiempo, asegúrate de hacer bien la tarea y manejar datos correctos a la hora de dibujar. De ese modo siempre podrás defender tu trabajo”.
Fuente: International Center for Journalists