Los formadores de opinión de los grandes medios ocupan un rol inesperado y estelar en la primera parte de la campaña. A su vez, los editorialistas del periodismo mainstream insisten en advertir sobre la supuesta molestia del candidato Alberto Fernández con la libertad de expresión. ¿Qué debería hacer el Frente de Todos en ese campo de intervención tan sensible? Opina Abe Mendieta Vitale del Grupo Fragata
La participación equilibrada, solvente y argumentativa del candidato presidencial Alberto Fernández el lunes por la noche en el programa televisivo “Desde el llano” por la señal TN fue festejada por la base electoral peronista en las redes sociales como si el ex Jefe de Gabinete hubiese convertido un gol desde mitad del campo de juego. Joaquín Morales Sola buscó desde el principio del reportaje incomodar al hincha más famoso del club Argentinos Juniors con las mismas preguntas que, unos días atrás, otros colegas suyos como la cronista radial Mercedes Ninci o el accionista de Radio 3 Mario Pereyra, habían logrado irritar al fundador del Grupo Callao.
El columnista del portal “El Canciller”, el politólogo “Nano” Thompson, sintetizó con humor en un tuit el asimétrico trato conferido por los medios concentrados a las principales fuerzas políticas. “Entrevista a Alberto Fernández. -Kuka corrupta, ¿vuelve el cepo? ¿Lo va a manejar CFK? ¿Es cierto que desayuna pollitos vivos? ¡Confiese! Entrevista a Macri: -Presidente, su gestión parece llevar la velocidad de un tren fuera de control, ¿por qué es tan popular?”. Morales Sola, claro está, no utilizó la palabra Kuka cuando compartió el set televisivo con Fernández pero buscó en todo momento hacer sentir el rigor de un trato frío, punzado por comentarios que relativizaban el fracaso económico del macrismo. Pero, está vez, Alberto Fernández contestó sereno y apabulló con datos del actual INDEC a un periodista que, por momentos, comenzó a titubear al corroborar que la entrevista transitaba carriles diferentes a los proyectados.
Evidentemente, los medios de comunicación concentrados vuelven a utilizar un traje que les queda cómodo. Como dijo, en su momento, el ministro del Interior radical César Jaroslavsky: “Clarín ataca como partido político, y se defiende con la libertad de prensa”. En ese sentido, las repercusiones de las disculpas ofrecidas por la actual candidata a Vicepresidenta Cristina Fernández al periodista Luis Novaresio por haber referido que siento “un trato de interrogatorio” por parte de él revelan esa doble máscara utilizada por los medios hegemónicos.
El propio canal América, donde Novaresio ocupa un rol estelar, fue el último lunes un desfile continuo de referente de Cambiemos utilizando el plató televisivo para minimizar lo dicho por CFK y para recargar tintas sobre lo que ya parece ser una línea narrativa central del kit discursivo oficialista: “los Fernández están contra la libertad de prensa”. Esa situación alcanzó un paroxismo cuando el diputado Waldo Woff aseguró en el programa de Maximiliano Montenegro en el canal América que: “Alberto Fernández quiso poner (pegar) a un periodista de Cadena 3 cuando salió del programa de Pereyra. Alberto es un violento, cuando era Jefe de Gabinete oficiaba de censor del gobierno contra los periodistas que le resultaban molestos”.
Diagonales habló con Abe Mendieta Vitale, referente del Grupo Fragata, uno de los nodos que integran la usina de ideas Agenda Argentina. En principio le preguntamos, ¿Cuán significativo es para el electorado blando o indeciso que emerja la supuesta pelea del peronismo con el periodismo independiente? A lo que Vitale contestó que: “No puedo aseverar ni que sea significativo ni que esas supuestas peleas sean con el periodismo. A veces, como con la Justicia o la propia política, caemos en visiones corporativas. Ni un juez es la justicia, ni un periodista es el periodismo ni un político representa a la política. Creo que Alberto Fernández trae un aire fresco en estas relaciones, tanto en relación a la última etapa del gobierno anterior como al actual. Así como CFK no apostaba a la mediación del periodismo clásico para comunicarse con la sociedad, podemos decir que lo mismo hace Macri, quien no ha dado más que un puñado de reportajes a periodistas, por lo menos, amables con él. Alberto ha decidido otra cosa: atiende a todos. Creo que eso tiene un valor cívico importante para la esfera pública”.
Por último, cuando consultamos a Vitale qué debería haber el Frente de Todos para no ser endeble ante lo que parece ser un sistema de trampas montado en los grandes medios, el editor del blog Arte Política contesto lo siguiente: “Toda estrategia conlleva riesgos. Y esta decisión de Alberto Fernández de no rechazar ninguna entrevista, en ningún medio, tiene este riesgo. Hay que asumirlo. Porque la disparidad de recursos de poder del oficialismo con respecto al Frente de Todos, en cuanto a dinero, manejo del Estado, apoyo de los poderes económicos y mediáticos, hacen de esta campaña un terreno desigual desde el vamos. En esta desigualdad el objetivo de una campaña que tiene menos recursos es extremar los canales para hacer llegar tu mensaje. De ahí que el riesgo deba correrse”.
De acá al 11 de agosto es muy posible que vuelvan a ocurrir cruces como los referidos entre los candidatos del Frente de Todos y los comunicadores que dominan el share televisivo. Como refiere Vitale, Alberto Fernández parece decidido a enfrentar ese riesgo. Por el contrario, el candidato presidencial de Juntos por el Cambio visibiliza su intención de no salir de su zona de confort mediática. Ese hecho fue advertido por el periodista económico de Infobae Pablo Wende: “Alberto Fernández patina, pero la realidad es que va a entrevistas con un montón de periodistas como mínimo no amigables para él. Sería bueno que Mauricio Macri también se deje entrevistar por Gustavo Sylvestre o Victor Hugo, por ejemplo. O no?”.
Fuente: Diagonales